sábado, 7 de junio de 2014
A mi generación…**
Por Marcos Jesús Concepción Albala*
Un 13 de agosto de 2012, recibo un hermoso poema de mi amigo y compañero Miguel Crispín Sotomayor, escritor residente en La Habana, Cuba, que me involucra de forma viva, incluso, me entusiasma a responderle en forma de crónica sobre nuestra generación…
Sin permiso, dedico este generoso poema de Miguel a muchos otros compañeros y compañeras que ya no podrán leer…
BREVE TESTIMONIO GENERACIONAL
Por Miguel Crispín Sotomayor
A mi generación, muchos ya no están, pero estuvieron.
Yo conocí a un pueblo sembrado de ignorancia
y me fui a combatirla con libretas y lápices.
Conocí los cañones treinta y siete milímetros, las marchas
y los tiros nocturnos tendido sobre el lodo y arriba un temporal.
Y aprendí a distinguir entre estrellas y aviones,
lo que es un hombre rana y qué las noctilucas, a controlar el miedo.
Conocí los resbalo en empinadas lomas y el café recogido
voltearse del morral en medio de la lluvia y truenos estomacales.
Las frías madrugadas
y al mediodía el sol derretir el cerebro en un cañaveral.
Yo conocí el hambre con dos mudas de ropa para vivir el día. Y otra para hospital,
velorios y festejos. Los zapatos de yute con suela de madera, “estilo japonés”.
Conocí a luchadores que fueron guerrilleros y luego asesinados
por fuerzas represivas de alguna dictadura.
Conocí la miseria de los negros africanos, la crónica malaria y su tuberculosis,
y a niños disputarles la comida a los perros, en tachos de basura.
Yo conocí, lo que nunca se olvida.
Mi estimado amigo Miguel, gracias por interesarte en lo que otros han olvidado, o no quieren recordar, con ello me haces de nuevo pensar que valió la pena vivir como vivimos.
En el mundo de los vivos existe un punto final, y muy pocos, contados con los dedos de mis manos, trascienden el después, estos últimos dejan legados que perduran para siempre.
Tuve un compañero de trabajo, Lucilo Echevarría, que a través de sus ocurrencias aprendí a conectarme con realidades que lograron identificarme con el grupo al que pertenezco.
Entrando una tarde a la oficina, veo a varios compañeros revisar la prensa escrita, enorme fotografía en primera plana anunciaba el arribo al aeropuerto internacional ‘José Martí’, de La Habana, Cuba, de una Delegación Gubernamental de la República de México, recibida por el Ministro de Relaciones Exteriores cubano y otros funcionarios.
Uno de mis compañeros le pregunta a Lucilo. ‘¿dime Lucilo, dónde aparecemos nosotros?’… Y Lucilo respondió con simpática gracia, ‘ahí, ¿no lo lees?, no seas zocotroco, fíjate bien… ¿Qué dice ahí?... ‘otros funcionarios’… A ese Grupo pertenecía yo.
En los titulares están los integrantes de la obra con un muy bien montado guion, en los segundos los que aplauden disfrutando a favor o en contra, y los terceros no aparecen ni en las misas espirituales, pero existimos. Precisamente, en este ultimo grupo están los ‘otros funcionarios’… Ese es mi grupo.
El poema de mi amigo Miguel es un excelente recordatorio de lo que fue nuestra generación con una gran mezcla de alegrías y tristezas. Me viene a la mente lo que me escribió el maestro Raúl Milián cuando me obsequió una de sus obras, con esta nota que reproduzco a continuación:
- ‘En esta obra he tratado de superar una especie de infierno interior, pero me parece que no lo he logrado y el infierno se hace manifiesto. De todos modos creo que esta obra carece de importancia… He trabajado como el cazador que mata leones para no matarse a sí mismo... “ El valor estético de una obra de arte no depende del sentimiento que nos suscita”…. Así dijo Hegel. ‘Lo mismo la alegría que la tristeza, la dicha o el quebranto, el valor estético es siempre positivo... El arte, aunque exprese lo más trágico, es una afirmación de la vida…’
Miguel, yo conocí el rostro de la ignorancia y la miseria… Sentí el ahogo y el cansancio escalando ‘5’ veces el pico más alto de Cuba. Mis ojos se irritaban con la luz de un farol… Aprendí a disparar con un ‘AK-M47’. Defendí las conquistas del socialismo combatiendo. Aprendí a distinguir entre el bien y el mal. Compartí con vidas, luego arrebatadas por el enemigo. No solo conocí, sino también aprendí a sentir el abandono de los que le regalé mi mejor tiempo, obligándome a olvidar lo que yo conocí.
*Marcos Jesús Concepción Albala… (Trinidad/Casilda, SS, Cuba)… Reside en Miami, Florida, Estados Unidos… Licenciado en Gestión Comercial Internacional… Miembro de la ‘FELAP’ www.felap.info - Director de la Agencia de Información ArgosIs-Internacional… @: argosisdirector@yahoo.com - argosisinternacional@gmail.com - WEB: www.argosisinternacional.com – http://espanol.groups.yahoo.com/group/ArgosIs-Internacional
**El titulo de esta Crónica se lo tome prestado al Poema de Miguel por su muy generosa contribución… Publicada en ARGOS, 13 DE AGOSTO DE 2012.
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