Ha
muerto Pingui, mi gato amado; el que llegó un día en el vientre de
Bartoly, con una nariz en forma de
estrella.
Tenía
un ángel; sabía dar cariño de una forma muy especial. A Cuqui la embestía con
su cabecita, eran sus besos pudiera decirse. Nunca sus garras la dañaron.
En el patio cuando me acompañaba a darle comida a mis aves. |
En la mesa de la sala de padre, uno de sus lugares favoritos. |
Se
ha ido Pingui y mi corazón estalla, cual aguacero. El frío terrible del martes
10 de enero de 2017 tocó sus pulmones, resistió cuanto pudo, pero hoy miércoles, a
las 6:40 de la tarde, dio su último suspiro.
Ha
muerto Pingui, el único gato en la vida que he tenido de acompañante. Antes de
partir, quiso subir a mi cama, abrazarme, pero no tenía fuerzas; sus ojillos me
miraron con aguda extrañeza; se extinguieron en un oscuro letargo. Sus patas
dijeron adiós.
La
nariz en forma de estrella quedó en mis pensamientos, junto a su cuerpillo de
tonalidades blancas negras y sus labios y bigotes que me besaron tantas veces.
Adiós
Pingui. Eras muy humano, demasiado humano. Te vas y me dejas aquí, aferrado a
las sombras, con una soledad muy extraña por compañera. Sólo me dejas a Cuqui y esos
maullidos que me acompañarán siempre, cuando mis animales coman y ya no estés correteando a mi lado.
Desafortunadamente Arnoldo Fernandez nuestras mentes colonizadas siguen mirando y actuando hacia la naturaleza y los animales como simples objetos que solo utilizamos y se desechan sin remordimiento alguno. Un ejemplo fehaciente de estas actitudes fue el tristemente célebre caso que denunció Giordan Rodríguez Milanés sobre el perrito que le prendieron fuego. El antropocentrismo como motivo y fin de todos los bienes y males. La concepción biologicista y antropologicista de la evolución del "ser humano" como proceso perfecto, cuasi divino, profundizado en el Renacimiento y la Ilustración generó una escisión entre hombre y naturaleza...para mi más que educarnos en la condición de ser humano, necesitamos seres vivos que respeten la armonía con las demás especies de plantas y animales, que respeten incluso lo no vivo que también cobra vida cuando forma parte de nuestras vidas. Necesitamos mucho más de las culturas originarias aborígenes que enseñan a venerar la naturaleza y todo lo que forma parte de ella. Yo de pequeño, asesinaba ranas, lagartijas, gorriones...todo era parte de los juegos infantiles, no sé cuando comencé a odiar eso pero en realidad no fue por mucha influencia del entorno social sino por un esfuerzo individual de concientización. Tampoco creo en la hipocresía de la cultura capitalista donde las mascotas tienen más atención que las personas y derechos de existência y subsistência, mientras mueren de hambre millones de personas. Precisamos en Cuba una (otra) cultura de respeto hacia los seres vivos que nos rodean...las peleas de perros y de gallos; las ranas que se matan porque asustan; el gato que muere porque es ladrón; el perro que se abandona porque tiene sarna; los caballos que se obligan a trabajar despiadadamente y son apaleados si no pueden más... es una lista demasiada innumerable y sórdida para terminar de mencionarla. Un proyecto social diferente (alternativo) debe tener como guia preceptos como estos, de otra manera vamos al mismo lugar solo que por otros caminos. Lamento mucho la pérdida de ese ser llamado Pingui que tanto te amó y tanto tú amaste Arnoldo Fernandez gloria a él y a ti por armonizar tú vida con un ser tan especial...a los dos por darnos un ejemplo del equilibrio y el amor que necesita este mundo para sobrevivir.
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