martes, 20 de marzo de 2018

La Puta y el Hombre nuevo


Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com 

Historias cotidianas de ficción. 

- A la  mujer hay que darle duro-, piensa.  - Le toca la 14, tiene agua, dos colchones-, dice una mujer metida en unos papeles.  Ya en la habitación, los cuerpos saltan de las ropas, asoman sudorosos. Mucho calor. Ella se asombra. -Estás herniado mi cielo. Tienes una maravilla-.  No la escucha. Una idea lo persigue. -No hace falta dinero, con un buen pene todo se resuelve-. Sin embargo, muy dentro de su alma, sabe que no la volverá a ver. Desapareció por una década, hasta que una tarde de julio la encontró en la única tienda decente del pueblo; le tapó los ojos, besó una de sus orejas. Ella supo enseguida y sus palabras asomaron con tristeza  -No podía vestir al niño, darle un techo, comprarle medicinas. Apareció un señor y dijo que podía salir de aquella vida. Probé. Fue horrible, pero recibí 250 verdes. ¡Imagínate ese dinero en aquel tiempo! Seguí la segunda y no pude apartarme-. Silencio angustioso. -Toma estos billetes, al menos ayudarán en algo-, dice. Los puso en su camisa. La casa de la primera vez los recibe; pero ya no es su mujer. No puede con el cuerpo de tantos hombres.  Rompe a llorar cuando lo llama “niño”.

1 comentario:

  1. Jajajajajaa, que buen desenlace, me gustó mucho, hermano, Realismo sucio pero entendible, casi un cuento popular...

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