lunes, 23 de noviembre de 2009

El camionero ¡qué personaje!

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Un nuevo personaje colorea la vida cotidiana en Contramaestre, el camionero, un simple chofer, propietario de un camión de carga, que al llegar el periodo especial se convierte en una figura importante y alcanza distinción social por su poder adquisitivo y las ínfulas que construye en sus relaciones.

Este señor antes de la crisis de 1990 no sobresalía en el entramado social cubano, era generalmente una persona medianamente instruida, vestir trivial y lujo modesto. Sus comidas eran típicamente cubanas: arroz y frijoles, alguna que otra vianda, verduras y carne de cochino.

Al llegar el periodo especial, su camión sustituyó a la guagua de pasajeros, así improvisaron casetas cerradas, con luces en su interior, música grabada y bancos bien diseñados para una cantidad concreta de personas, que no tenían en cuenta si eran gordas o delgadas, la cifra era dinero y la diferencia no contaba. El pasajero debía acomodarse hasta completar el número ideal. En buen cubano, se podía comparar con las sardinas.

Eran los ángeles salvadores para viajar la isla de un extremo a otro. El precio del pasaje, dolorosamente, siempre se ha movido por la ley de la oferta y la demanda y el personaje del camionero devino el nuevo rico de la década de 1990.

Ahora visten distinto y se diferencian del resto de la sociedad por las bebidas que consumen y las comidas que distinguen su mesa, donde no falta la langosta, el camarón, múltiples especies de pescados de mar, la carne de cochino, chorizos y todo lo imaginado en la culinaria universal.

En su trato son brutales con el pueblo a quien humillan al llevarlo de una villa a otra. El pasajero sufre los efectos del moho y el mal olor que cubre su cuerpo al llegar al destino. El señor camionero hace largas paradas donde quiere y no se le puede reclamar porque te mandan a bajar, golpean o hasta insultan.

Llegará el día final para este personaje que recorre las calles de Contramaestre y compra en los lugares que el obrero de a pie no puede. No es posible seguir aceptando que señores como él, tengan más prestigio y poder que un médico, un abogado, o un ingeniero.

Cuba recupera su transporte urbano y rural, y ya se acerca la hora de que el camionero regrese a su lugar, del que nunca debió salir, aunque se entiende que el protagonismo alcanzado por este personaje, fue una necesidad bien justificada ante la crisis de los 90.

6 comentarios:

  1. José Fernández Carames24/11/09 4:12 a. m.

    Arnoldo: ¿cómo se llama el camionero ? ¿quién lo apadrina para disfrutar de tales
    prevendas? ¿por qué se tiene que utilizar un camión para transporte público?..... no me extraña que el viajero huela a "grajo" al final del trayecto.-

    Sigo insistiendo que hay temas más importantes que este, que tienen muchas lecturas o interpretaciones.- En este mundo, por desgracia, siempre hubo y habrá "estrellas y
    estrellados".- Seamos más humildes y construyamos de forma positiva un mundo mejor,sin envidias ni rencores, y poniendo el punto sobre las ies.-

    Abrazos: Pepín

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  2. arnoldo fernández24/11/09 4:17 a. m.

    Pepín, la sociedad cubana es una acuarela, hacer el mejor cuadro de ella implica tener bien claro desde donde se pinta.

    La sociedades utópicas tienen el mérito de hacernos soñar con un mundo donde los estrellados tengan oportunidades y crezcan desde sus realidades.

    No es un problema de rencores y envidias, es que uno construyó una visión del mundo que muchos creen que hace agua y es cuestión de minutos su naufragio. Hay que salvar lo mejor de esa sociedad que le dio al pobre el derecho de ser más.

    Abrazos martianos: Arnoldo

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  3. Arnoldo saludos.

    Esta semblanza del camionero sencillamente retrata al camionero. El tema es tan importante como cualquier otro.Es importante reflejar está realidad de Cuba forma parte de las vivencias cotidianas y así lo refleja este trabajo. Aunque obviamente no todo es tan absoluto no pequemos de eso. SALUDOS

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  4. Estoy bien estuve leyendo lo que escribiste de los camioneros ,valga que esos
    infelices no tienen acceso a internet porque de lo contrario te ibas a tener que comprar un carro;ja;ja,ja.

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  5. Falta el machacante Arnoldo, ese casi es peor porque hace renacer la idea del patrón que habíamos eliminado.
    El zulacrán que trata casi con asco a quienes llevan sus vidas en esos camiones útiles, si, pero que podrían haber dejado una mejor huella en la memoria de los cubanos que decidimos esta parte a toda costa.

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  6. Hola, Arnoldo
    Hace rato no leía nada en tu blog. Temas muy interesantes, sin duda alguna. De ellos se podría hacer una enciclopedia de términos e imágenes. No obstante, me parece que faltan muchas esencias que bien conocemos: el camionero, el machacante, el botero... han salvado el translado de la gente en Cuba. Gracias a ellos (esencialmente) se puede pensar en moverse dentro de la isla. Imaginemos que no existieran ellos, como es tu deseo, ¿cómo se resolvería el transporte de todos los que tienen la obligación de trasladarse de Contramaestre a Santiago? Eso, sin hablar de los que tienen que subir a la sierra. Nada, creo que todo esto es cuestión de percepción, conciencia y conocimiento.

    Saludos
    Bismar Galán

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