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jueves, 18 de diciembre de 2014

Cuba enterá vibró con estas imágenes de sus héroes

Cuba toda vibró con estas imágenes. En todas las casas televisores encendidos, familias enteras abrazadas gritando VIVA CUBA CARAJO. Melodrama intenso. Mujeres dicen a sus hijos, "ahí están, son ejemplos para ustedes, hagan PATRIA"..Otros descorchan botellas, Día de San Lázaro, celebran el santo, pero también el DÍA GLORIOSO DE LA HISTORIA DE CUBA...Tambores repican, repican alto, muy alto, ANTITERRORISTAS EN CASA, NORMALIZAN RELACIONES ESTADOS UNIDOS-CUBA, OBAMA HA ACTUADO EN CORRESPONDENCIA CON SU TÍTULO DE PREMIO NOBEL..RAÚL CASTRO FUE BREVE, PERO CLARO EN LOS PROPÓSITOS DE LA NACIÓN...CELEBRACIÓN EN LA CALLE...CONGAS REPICAN, NIÑOS Y NIÑAS JUEGAN A SER LOS CINCO....DÍA FELIZ EN CUBA. DICHA GRANDE COMO DIRÍA JOSÉ MARTÍ....ESTAS IMÁGENES NUNCA SE OLVIDARÁN EN LA ISLA DE DAVID.....


miércoles, 1 de junio de 2011

¿Fue José Martí un personaje de Hollywood?

Hollywood no escaparía tampoco a la tentación de llevar a Martí a la gran pantalla, en 1956 Warner Brothers produjo una película sobre la guerra Hispano-cubano-americana, con el título Santiago, en la cual Martí caído el 19 de mayo de 1895, aparecía en 1898 planeando la rebelión de los cubanos desde una lujosa e imaginaria residencia en Haití, lo que generó airadas protestas, pues se desvirtuaba la significación política del héroe.

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

A propósito del aniversario 116 de la caída en combate de José Martí este 19 de mayo, quiero traer a nuestro segmento un tema muy poco trabajado en la biografía martiana y es el relacionado con Martí y Hollywood. Si usted no lo sabía, ya le anticipo que el Maestro es uno de los personajes históricos utilizados por la “famosa industria del cine norteamericano”. Analicemos en detalle los intentos de Hollywood de llevar a la gran pantalla a José Martí.

El más universal de los cubanos José Martí, tuvo su recepción en el cine durante la república neocolonial que se estrena en Cuba entre 1902-1958, un hecho curioso, pero a la vez interesante.

Hasta la década de 1950, la imagen de José Martí, se había trabajado de múltiples formas, entre las que se encontraban, en un primer momento, la sacralización del héroe, hasta convertirlo en santo, semidiós, Mesías, el símbolo de la identidad de los cubanos ante la frustración del ideal nacional, como consecuencia del dominio de Estados Unidos sobre la Isla.

Otra de las formas que se trabajó fue la humanización del héroe, hacerlo un hombre cotidiano, de carne y hueso, alcanzable para cualquier cubano simple, pero desgraciadamente, se recurrieron a imágenes que exaltaban su condición de hombre enamorado, gustador de bebidas espirituosas, una humanización que tuvo en la obra de Jorge Mañach, "Martí el Apóstol", su expresión cimera.

Con el gobierno de Fulgencio Batista, a partir de 1952, se intenta llevar una imagen de la vida y obra de José Martí (1) a través del cine; pues se creó una Comisión Nacional Organizadora, que tendría a su cargo la filmación de la vida del más universal de los cubanos.

La cinta seleccionada fue La rosa blanca, estrenada en 1953 y que hirió sensiblemente el sentimiento nacional de los cubanos, la misma tenía un argumento excesivamente romanticista, se desvirtuaba el alcance del pensamiento político de Martí, la imagen que trasmitía era la de un santo apolítico, sacrificado y extático (2).

Hollywood no escaparía tampoco a la tentación de llevar a Martí a la gran pantalla, en 1956 Warner Brothers produjo una película sobre la guerra Hispano-cubano-americana, con el título Santiago, en la cual Martí caído el 19 de mayo de 1895, aparecía en 1898 planeando la rebelión de los cubanos desde una lujosa e imaginaria residencia en Haití, lo que generó airadas protestas, pues se desvirtuaba la significación política del héroe.

No obstante a ello, la película se proyectó en Cuba en 1957, y no tuvo la acogida que esperaban sus productores, el hecho de presentar a un Martí rico, alejado de la lucha sacrificada, puede haber sido el motivo principal del rechazo, pues hasta ese momento había predominado la imagen del hombre sacrificado, el santo y el semidiós.

Luego de estos intentos de llevar una imagen tendenciosa de José Martí al cine, hubo que esperar por una evaluación rigurosa desde el séptimo arte, que llegaría con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959, sobre el que volveremos en un próximo comentario.

Notas
1 Ya en 1941 se había proyectado la película "La que se murió de amor", calificada por la crítica como una versión adúltera y folletinesca del pasaje de la relación de Martí con María García Granados, la Niña de Guatemala, véase Ottmar Ette. José Martí: Apóstol, poeta, revolucionario. Una historia de su recepción, p. 156.
2 Ottmar Ette. José Martí: Apóstol, poeta, revolucionario. Una historia de su recepción. p. 156.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Elementos históricos que dan lugar a la construcción del imaginario sobre José Martí (II Parte)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

El día 10 de octubre de 1889, durante un discurso pronunciado en el Hardman Hall de New York, Gonzalo de Quesada le dice "apóstol" a José Martí. Es evidente, la sacralización de la figura martiana comienza en vida(1).

El imaginario sobre su figura comienza con las leyendas que se empiezan a tejer alrededor de Martí como líder entre 1887-1895, incluso trasciende al hombre físico, porque se asume como propio –o no propio- de una realidad socio-histórica determinada, y funciona como recurso legitimador de las prácticas culturales.

Posteriormente vienen los biógrafos que trataron de fortalecer la leyenda convirtiéndola en mito, deidad. Luego vino la herencia de su legado político y artístico como vertebrador de la nacionalidad.

Así Martí quedó definitivamente incorporado a la sociedad cubana, constituyendo de ahí en lo adelante un referente positivo en la mayoría de los casos pero también negativo.

Y como líder carismático de gran influencia, comenzó a ser utilizado por otros líderes posteriores, partidos políticos y grupos sociales para infundir su poder o punto de vista sobre los demás.
Definitivamente su imagen quedó como una construcción social en Cuba, donde cada persona lo asumía y lo asume según su perspectiva teórica, ideológica, religiosa, artística, con el fin de fundamentar la suya particular.

A continuación se ilustra todo este proceso con los matices que le son afines.

En principio se ha dicho que intentar un retrato hablado de su imagen oracular es contraproducente, pues casi nos propone un cuadro teratológico. Lo vieron despedir fuego por la boca, soltar estrellas por la frente, echar luces por los ojos y temblar como un manojo de nervios (2).

Su aspecto físico dio lugar a descripciones que lo consideran como un ser extraordinario en el trato, capaz de gestos y expresiones por encima del tono, por lo que se fue tejiendo una suerte de consenso acerca de la sacralidad de su naturaleza. Nos habla de esto, por ejemplo, una observación de Enrique Trujillo publicada en El Porvenir el 20 de enero de 1892, refiriéndose a un discurso pronunciado por Martí en Cayo Hueso, el 3 de enero: "…fue escuchado con religiosa unción, interrumpido a veces con aplausos ardorosos. Su palabra fácil y como arrullo de tórtola enamorada... En la tribuna tiene algo de evangélico y su palabra mucho de la que los cristianos ponen en boca del mártir divino del Gólgota."(3)

Algunos consideran que la vida de Martí está sujeta a las mismas fases del itinerario cristológico: peregrina ungido, su palabra tiene efectos sanatorios y realiza milagros (4).

Por ejemplo, ante la noticia de su muerte, la primera reacción fue de rechazo, luego de resistencia e incredulidad; posturas que se conservan hasta hoy en el suspiro discipular que periódicamente pregunta: ¿qué hubiera hecho Martí ante tal situación? No cabe duda entonces que biógrafos, amigos y pueblo cubano en general, necesitó y necesita del recurso a su imagen como líder indiscutible de la nación, para darle unidad efectiva y axiológica “con todos y para el bien de todos” a su institucionalización como símbolo de identidad nacional.

Es significativo el hecho de que la muerte de Martí se distancia del atributo de la finitud cuando se acepta como fase de la resurrección eterna; de ahí que haya llegado a constituirse en alba sacrificial de la nación cubana independiente, que advino en 1902, un 20 de mayo. Es decir, al otro día de su muerte física, ocurrida un 19 de mayo de 1895.

Martí también realizó una intensa faena intelectual respecto a su propia muerte, la que adelantó y, de algún modo, profetizó. No son pocas los estudiosos que interpretan en términos de suicidio su muerte en Dos Ríos. Llamó a la muerte "amada" y "amiga", calificando así para hacerse con todos los atributos que asigna a los referidos rangos: fuerza natural y redentora, sinceridad, veracidad, autenticidad. La muerte es también una posibilidad en la utopía martiana (5).

En un trabajo titulado “Mi óbolo a Cuba”, publicado en New York en 1897, Rafael Abreu afirma que José Martí murió "oportunamente"(6). ¿Cómo podemos interpretar esa "oportunidad" en el morir? Se pueden considerar al menos dos respuestas:

1-Martí murió de forma plena, con tiempo para haber realizado sus proyectos existenciales.

2-Murió inmaculado, antes de que tuviera la oportunidad de opacar su imagen en el ejercicio de un poder burocrático y militar entre cubanos.

La noticia de la "muerte oportuna" de José Martí provocó reacciones inmediatas, una de las más apasionadas fue la de resistirse a aceptar su misma posibilidad.

En algunos círculos de emigrados llegó a difundirse el rumor de la aparición rediviva del héroe caído. Pero ya un año después, en un discurso pronunciado en el Chickering Hall de New York, Manuel Sanguily daba muestras de resignación y acatamiento de la pérdida. A cambio, exigía que se reconociera su martirologio y con ello su inmortalidad histórica.(7)

José Martí había muerto para convertirse, entonces sí, en inmortal. En el discurso político y en el literario se le empezaron a otorgar atributos que, como la ubicuidad, habían imaginado los teólogos medievales en Dios. Su panegirista W. Gálvez dijo en Ibor City, Tampa: "¿Dónde está? ¡En todas partes! ¿Acaso es Dios? ¡Quién sabe!".(8)

La reiterada nostalgia (o desamparo) contenida en la expresión "¡Si Él viniera!", la inseguridad de esta inquisición contra fáctica: "¿qué hubiera hecho Martí?", o el más resuelto pretexto: "¡cómo quería Martí!", son ejes de la vida civil, literaria y política cubana de todos los tiempos. Siempre habrá que recurrir a Martí como clave del presente y el porvenir de Cuba(9)

Notas:
1 Emilio Ichikawa Morín: Conferencia en el Tower Theatre, Miami, Florida. Abril 6-2004, tomado de http://www.emilioichikawa.blogspot.com , consultado el 18 de junio de 2008.
2. Véanse los criterios de José Ignacio Rodríguez. Martí y el Partido Revolucionario Cubano, en: J.I. R: Estudio histórico sobre el origen, desenvolvimiento y manifestaciones prácticas de la idea de la anexión de la Isla de Cuba a los Estados Unidos de América, La Habana, Imprenta La Propaganda Literaria, 1900, cap. XXIX; cita tomada de la revista Casa de las Américas(La Habana) 76 (enero-febrero, 1973), p. 99. Federico Hernández y Carvajal. Vera Magna. Presentación de José Martí en la Sociedad Amigos del País de la Ciudad Primada, en: F. H. Y C.: Martí. Próceres i Mártires de la Independencia de Cuba, Ciudad Trujillo, Imprenta San Francisco, 1945, p. 18. Enrique José Varona. Martí y su obra política. Discurso pronunciado en la velada conmemorativa de la sociedad Literaria Hispano-Americana, la noche del 14 de marzo de 1896, Nueva York, Imprenta América, Imprenta América, 1896; cita tomada de la revista Casa de las Américas(La Habana) 76 (enero-febrero de 1973), p. 91
3 Quesada, Gonzalo de. "Discurso 10 de Octubre de 1889 en el Hardman Hall". NY. El avisador hispano-americano, NY. 1896, p. 8.
4. Emilio Ichikawa Morín: Conferencia en el Tower Theatre, Miami, Florida. Abril 6-2004, tomado de http://www.emilioichikawa.blogspot.com , consultado el 18 de junio de 2008.
5. Emilio Ichikawa Morín: Conferencia en el Tower Theatre, Miami, Florida. Abril 6-2004, tomado de http://www.emilioichikawa.blogspot.com , consultado el 18 de junio de 2008.
6. Abreu, Rafael. Mi óbolo a Cuba. Imprenta Patria. NY. 1897, p. 14.
7 Manuel Sanguily: "José Martí y la Revolución Cubana", Discurso pronunciado en el Chickering Hall, NY. 19 de mayo de 1896. En: Manuel Sanguily. Discursos y Conferencias. Tomo II, Imprenta de Rambla, Bouza & Cía. La Habana, 1919
8. W Gálvez: Impresiones de emigrado. Ibor City, Tampa, Establecimiento Tipográfico Cuba. 1897, p. 116.
9.Emilio Ichikawa Morín: Conferencia en el Tower Theatre, Miami, Florida. Abril 6-2004, tomado de http://www.emilioichikawa.blogspot.com , consultado el 18 de junio de 2008.

Una aproximación desde Cuba a la conceptualización del imaginario social (I parte)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

El imaginario social como fenómeno de investigación tiene una historia inmediata sobre el ingreso del término al vocabulario de las ciencias sociales. En un inicio estuvo asociado al plano de lo irreal, incluso los diccionarios contemporáneos de la lengua mantienen en su mayoría tal acepción, aunque algunos como el Gran Diccionario de la Lengua Española le incorporan el hecho de asociarlo a una concepción popular y colectiva que se tiene de la realidad cultural, social y política de una comunidad, que puede tener fundamento real o no. (1)

Sus sentidos se utilizan en la literatura para referirse a las representaciones simbólicas propias de la ficción. En el discurso socio-político funciona como referencia para describir utopías y creación de pensamientos proyectivos, portadores de imágenes representables de lo que pudieran ser aspiraciones y anhelos de las sociedades.

En nuestros días las ciencias sociales han reconsiderado el uso del término al otorgarle viabilidad en el proceso de análisis objetivo, centrado en el plano de lo real, liberándolo de la periferia a la que había sido relegado desde una perspectiva científica reduccionista. Ya forma parte de la especulativa social, en la medida que se llena de nuevos matices, al ser enriquecido con las representaciones religiosas, artísticas y hasta políticas, en las que imágenes, ideas y acciones, son los protagonistas fundamentales.

Ciencias como la Sociología específicamente contribuyen poderosamente a la reconceptualización del mismo, al darle nuevas connotaciones que lo hacen más operativo en el estudio de las complejidades del tejido social. En este sentido se pueden conformar determinados criterios sobre la base de los rasgos característicos que han predominado en su tratamiento, al mismo tiempo que visualizar los focos comunes y divergentes entre los distintos grupos en su análisis. En la teoría general podemos clasificarlo como:
 Los que lo asumen como una construcción social real y con un lugar preponderante en las representaciones colectivas (2).
 Los que lo entienden como vía de multiplicación y manipulación en respuesta al conocimiento racional concretado en las instituciones sociales (3).
 Los que consideran el sistema de la lengua, específicamente el discurso, como uno de sus componentes fundamentales (4).
 Los que lo consideran imaginario social instituyente por medio del cual las sociedades esbozan sus identidades, objetivos, plasman visiones del mundo, modelan conductas y estilos de vida, en movimientos continuos o discontinuos de preservación del orden vigente o de introducción de cambios.(5)
 Los que lo consideran en el individuo como imaginación radical, y, en la sociedad, como imaginario social instituyente y tiene sus modos de materializarse a través de la lengua, concretamente el discurso.(6)

Cada uno de los criterios preponderantes señalados aquí tiene sus características propias, que a continuación ilustramos:

Los que lo asumen como una construcción social real y con un lugar preponderante en las representaciones colectivas (7). El mismo tiene el mérito de ubicar el dominio de lo imaginario como un hecho social condicionado por el contexto histórico y forma parte del conjunto de prácticas y relaciones sociales compartidas, y funciona además, como mecanismo de regulación, adaptación y respuesta ante lo desconocido, lo crítico o como forma de complementación de la razón ante lo irracional.

Los que lo entienden como vía de multiplicación y manipulación en respuesta al conocimiento racional concretado en las instituciones sociales (8). Estos autores aportan consideraciones valiosas para el estudio del imaginario, pues señalan que en toda sociedad donde se fije estrictamente el conocimiento racional a través de sus instituciones esto dará lugar a formas de imaginación individual y colectiva que funcionarán como mecanismos de explicación de los fenómenos y procesos históricos en los que el hombre es sujeto activo, es decir, forma parte del repertorio de respuestas que lo mantendrá unido a una sociedad determinada o romperá con la misma.

Los que consideran el sistema de la lengua, específicamente el discurso, como uno de sus componentes fundamentales (9). Este grupo tiene puntos de contacto con la teoría de la construcción social de Peter Berger y Thomas Lukmann (10), pues centran su atención en el lenguaje, propiamente el discurso, por considerarlo significativo en el proceso de las tipificaciones sociales y ser considerado una forma específica del proceso de significación, un subtipo de objetivación que se distingue por su propósito manifiesto de representar una amplia serie de significados subjetivos e incluso puede desvincularse del aquí y del ahora determinantes en la vida cotidiana, de la interacción cara a cara y es capaz de comunicar significados que no son expresiones inmediatas de subjetividad y contribuye a acumular significados y conocimientos que pueden transmitirse a generaciones futuras.

Los que lo consideran imaginario social instituyente por medio del cual las sociedades esbozan sus identidades, objetivos, plasman visiones del mundo, modelan conductas y estilos de vida, en movimientos continuos o discontinuos de preservación del orden vigente o de introducción de cambios. Esta idea es clave para entender que el imaginario instituyente sobre José Martí en Cuba no se construye sólo por el Estado y los investigadores martianos, sino que es una construcción también del mismo pueblo en la que gravitan todas sus aspiraciones, metas junto con sus frustraciones y críticas.(11)

El citado grupo tiene como elementos fundamentales el hecho de considerarlo un proceso histórico no dado de una vez y para siempre, sino sujeto a los condicionamientos y factores sociales que lo determinan y dan a lugar a la continuidad de un tipo de sociedad construida o a una ruptura con esta, cuestión que no niega que sea utilizado por el poder como forma de legitimación del sistema instituido y se exprese a través de ideologías, utopías, símbolos, alegorías, rituales, mitos, visiones del mundo, conductas y estilos de vida hegemónicos.

Y por último, están los que lo consideran en el individuo como imaginación radical, y, en la sociedad, como imaginario social instituyente y tiene sus modos de materializarse a través de la lengua, concretamente el discurso.(12) En este grupo resulta importante la referencia a Cornelio Castoriadis, figura tutelar imprescindible para definir la imaginación radical que promueve y genera las condiciones para su propia supervivencia, pero también las rupturas históricas que permiten la elucidación y la creación. Esta creación, apoyada en un imaginario radical con poder instituyente en un determinado momento, se traduce en la praxis que puede tomar apoyo en lo que es para hacer existir lo que queremos ser (13). Para estos autores, en la fuente de toda creación humana, está el imaginario, inventor de un mundo de formas y de significaciones a través del lenguaje, que en el individuo es la imaginación radical, y, en la sociedad, imaginario social instituyente.

De manera que a partir de todos los elementos que dan lugar a los diferentes grupos de estudio del imaginario social analizados hasta aquí, podemos llegar a construir, sobre la base de estas referencias, una definición propia, que toma al lenguaje, específicamente al discurso, como eje central. Para nosotros, el imaginario social se define como el conjunto de elementos propios de la imaginación creativa radical expresada a través del discurso, que en un determinado período histórico se convierte en imaginario social instituyente, y a través del mismo, al centralizarse sus significados, se organiza el modo de organizar y representar simbólicamente la realidad mediante normas, valores, tradiciones y símbolos. Al instituirse, algunos contenidos del radical, en el imaginario social instituyente, éste no permanece inalterable históricamente, sino que es continuamente enriquecido por el poder hegemónico, que trata de homogeneizarlo para hacer efectiva la ideología que responda a sus intereses. Es decir, se determina el conjunto de imágenes sacras para estructurar un discurso en correspondencia con el sistema social dominante y las imágenes profanas que falsean ese ideal como consecuencia de rasgos anómicos presentes en la complejidad social.


Notas:1.Maria José Sarto. Gran Diccionario de la Lengua Española, Editorial Larousse, Planeta S.A, España, 1996, p. 457
2 Arnaldo Silva. Imaginarios urbanos. Bogotá y Sao Paulo. Cultura y comunicación urbana en América Latina, Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1992, p. 14; Manuel Antonio Baeza: Presentación didáctica de la teoría fenomenológica de imaginarios sociales, Concepción, Chile, 2005, en www.w3.org/1999/xhtml , consultado el 15 de agosto de 2008; Juan Luis Pintó. Los Imaginarios Sociales del Delito: La construcción social del delito a través de las películas (1930-1999), Santiago de Compostela, Buenos Aires, 1999, en www.usc.es/~jlpintos/articulos/imaginarios.htm , consultado el 15 de agosto de 2008; Denis de Moraes. Imaginario social y hegemonía cultural en la era de la información, en www.denis-moraes.com , consultado el 16 de junio de 2008.
Daniel Álvarez Durán. Los acuáticos. Un imaginario en el silencio. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2002, p. 25 ; Evelyne Pantlagean. La historia de lo imaginario. En La historia y el oficio de historiador. La Habana, Editorial de Ciencia Sociales, 1996. p. 283; Edgar Morin Castoriadis, un titán del espíritu, www.fundanin.org/morin2.htm, consultado el 10 de septiembre de 2008.
3 G. Balandier: Le détour. Pouvoir et modernité, Editorial Fayard, Francia, 1985, p. 222-223 ; Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 157.
4 Guglielmi, Nilda, Sobre Historia de Mentalidades e Imaginario, CONICET, Buenos Aires, 1991, p. 5; Luis Rossini, Paradigma. Modos de Producción del Conocimiento. Imaginario Social, 5 de junio de 2006; en www.monografias.com/trabajos16/paradigmas/paradigmas , consultado el 15 de agosto de 2008; Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 157.
5 Bronislaw Baczko. Les imaginaires sociaux. Mémoire et espoirs collectifs, Editorial Payot, París, Francia, 1984, p. 54; Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 157;
6 Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 158, Edgar Morin: Castoriadis, un titán del espíritu, www.fundanin.org/morin2.htm, consultado el 10 de septiembre de 2008.
7 Arnaldo Silva. Imaginarios urbanos. Bogotá y Sao Paulo. Cultura y comunicación urbana en América Latina, Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1992, p. 14; Manuel Antonio Baeza: Presentación didáctica de la teoría fenomenológica de imaginarios sociales, Concepción, Chile, 2005, en www.w3.org/1999/xhtml , consultado el 15 de agosto de 2008; Juan Luis Pintó. Los Imaginarios Sociales del Delito: La construcción social del delito a través de las películas (1930-1999), Santiago de Compostela, Buenos Aires, 1999, en www.usc.es/~jlpintos/articulos/imaginarios.htm , consultado el 15 de agosto de 2008; Denis de Moraes. Imaginario social y hegemonía cultural en la era de la información, Daniel Álvarez Durán. Los acuáticos. Un imaginario en el silencio. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2002, p. 25 ; Evelyne Pantlagean. La historia de lo imaginario. En La historia y el oficio de historiador. La Habana, Editorial de Ciencia Sociales, 1996. p. 283; Edgar Morin: Castoriadis, un titán del espíritu, www.fundanin.org/morin2.htm, consultado el 10 de septiembre de 2008.
8 G. Balandier: Le détour. Pouvoir et modernité, Editorial Fayard, Francia, 1985, p. 222-223 ; Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 157.
9 Guglielmi, Nilda, Sobre Historia de Mentalidades e Imaginario, CONICET, Buenos Aires, 1991, p. 5; Luis Rossini, Paradigma. Modos de Producción del Conocimiento. Imaginario Social, en www.monografias.com/trabajos16/paradigmas/paradigmas , consultado el 15 de agosto de 2008; Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 157.
10 Peter Berger y Thomas Lukmann: La construcción social de la realidad, en Teoría sociológica contemporánea, Editorial Félix Varela, La Habana, 2003, p. 283-284.
11 Bronislaw Baczko. Les imaginaires sociaux. Mémoire et espoirs collectifs, Editorial Payot, París, Francia, 1984, p. 54; Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 157;
12 Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 158, Edgar Morin: Castoriadis, un titán del espíritu, www.fundanin.org/morin2.htm, consultado el 10 de septiembre de 2008.
13 Véase: Cornelius Castoriadis. La Institución Imaginaria de la Sociedad", Vol. 1: Marxismo y Teoría Revolucionaria. Tusquets, Barcelona, 1983. Tomo I, pág. 158

jueves, 15 de julio de 2010

Sólo nos queda la opción martiana

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Hay hombres que se pasan la vida a la sombra cargados de odio; para ellos, el cultivo de la individualidad es una herejía imperdonable, nunca tienen criterio, y en cada decisión, el miedo les calienta la mano; sencillamente, funcionan como reptiles, su veneno es muy peligroso pues te abrazan y no lo sienten.

Siempre están cargados de temor y vagan en torno a los superiores para ver si estos fijan sus ojos en ellos y desgranan un trozo de gloria para trascender; a esos hombres José Ingenieros los llama, en “El hombre Mediocre”, “seres sin personalidad de nula confiabilidad política y capaces de cualquier acto de traición”.

Hacerse a la mar con el remo de proa y la estrella en el corazón, implica saber que los tendrás en la orilla opuesta y a la primera oportunidad te clavarán el arpón. Son personas llenas de frustraciones, incapaces de llorar ante un cuadro memorable o un poema estremecedor.

Muchas veces están junto a nosotros y no lo sabemos, hasta creemos ingenuamente que son amigos y en silencio cavan la tumba donde esperan descansemos sin molestar a nadie que se parezca a ellos.

Ante personas así, sólo nos queda la opción martiana: “Yo soy un hombre sincero / De donde crece la palma / Y antes de morirme quiero / Echar mis versos del alma”.

miércoles, 2 de junio de 2010

Implicaciones de un polemista en red

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Escribir es un acto de gran responsabilidad pública. Garabatear unas notas apócrifas y atribuirlas a otra persona para esconder mezquindades, o dañar un proceso social como la Revolución Cubana, es propio de cobardes sin nociones de ética y mucho menos de moral.

Internet es un espacio de participación e intercambio en condición de iguales, por eso las diferencias se discuten, pero con respeto. Circular un pergamino a la vieja usanza, como en los tiempos del “Pañero de Flandes”, no es de buenos hombres.

La épica del 1ro de enero se defiende por sus obras, no hace falta condenarla en la hoguera, ni circular legajos malogrando sus imperfecciones.

Si esos garabatos están repletos de faltas ortográficas y no tienen estilo, es muy tonto pensar que alguien muerda el anzuelo y crea en la fábula del buen cubero. Por favor, sólo le dan crédito a esas banalidades los imbéciles que no investigan, ni evalúan previamente al hombre por sus obras y no por un “supuesto acto fallido de doble moral”.

Ya lo dijo el más universal de los cubanos José Martí “…todo hombre está obligado a honrar con su vida privada, tanto como con la pública, a la patria”. Es un anti-cubano el ser humano que obra de mala fe por desconocimiento o utiliza el saber para dañar a otro.

Mi amor a la Revolución Cubana no tiene brechas, aunque defenderla me ha costado enemigos solapados y visibles. Yo, como José Martí, “…para entender a los hombres, estoy estudiando a los insectos: que no son tan malos como parecen, y saben tanto como nosotros”.

Fotografía:
1. Foto de Arnoldo Fernández Verdecia.

Enlaces relacionados:
Los dilemas de un bloguero cubano
Mientras hablan brillan al escribir...
Manual del intelectual exótico

jueves, 20 de mayo de 2010

Liborio parece ser un personaje de ficción en la Cuba de hoy

Por Orlando Concepción Pérez (Escritor y periodista)

Los caricaturistas de la República caracterizaron al pueblo de Cuba con el personaje llamado “Liborio”. Liborio se convirtió en el paladín al cual todos los que se sentían profunda y honestamente cubanos rendían cotidiano homenaje. A Liborio solamente se le podía rendir tributo mediante una conducta limpia, libre de los vicios de la corrupción, con una actitud ética ante todas las cuestiones que tenían que ver con la nación, con la Patria, en términos absolutos.

Liborio siempre se enfrentó a las acciones deshonestas de los más ambiciosos, ladrones y desvergonzados, que han llenado de manchas a la historia de Cuba, desde todos los tiempos.

La historia marca un antes y un después. Cuba y Liborio, como su más excepcional representante popular, ha sufrido el coloniaje, (con la intromisión de los Estados Unidos, con sus narices putrefactas, a partir de la expulsión de España de nuestros predios, con su europeo colonialismo criminal), y, ahora, con la intención de sentar las bases para la creación de un estado “socialista”, utopía no alcanzada todavía en ningún país del mundo.

Se decía tradicionalmente, que Cuba era “una isla rodeada de agua por todas partes”. Si se quiere definir con absoluta lealtad y amor a lo contrario de la mentira, a la actualidad de la Patria de José Martí, respecto a Liborio, habría que dejar impreso el lamentable concepto: “Cuba es un archipiélago rodeado de corruptos por todos sus puntos cardinales”.

En cualquiera de los pueblos de la geografía cubana, nunca antes –en ninguna de las épocas- había brotado con tanta fuerza “el marabú del robo”, de “los nuevos ricos”, “de mayor desprecio evidente hacia los pobres”, que constituyen cerca del noventa por ciento de la población. Impera la indiferencia, el desinterés, la vagancia, la carencia elemental de ética (“Ciencia de la moral”), la egolatría superficialista, y tantos otros defectos humanos. Enumerarlos y ejemplificarlos requeriría un número mil veces mayor de páginas, que el más voluminoso tratado de pésima psicología.

Liborio parece ser un personaje de ficción. Alguien, entre los despistados incapaces, ha preguntado si se trata de un “personaje extraterrestre”. Mencionarlo, víctima de todos los irrespetos, hace que brote la imprecación habitual de los mancos mentales: “Tu vives en el pasado”. Liborio representa la imagen más acertada de un presente soñado.

Sólo aquellos que nos quieren casar con la mentira, son capaces de esgrimir el menor de los reparos a las expresiones que anteceden. Ya no se usan las caricaturas contestatarias en los medios de prensa plana. Tanto David, como cualquiera de los más célebres artistas de la caricatura, se harían millonarios pintando los vicios con que se afea el panorama nacional, en cualquiera de los sectores públicos, productivos, sociales, de servicios, sin excluir a ninguna de las temáticas del criterio honesto.

Ya se habla de la “corrupción” como si se tratara de una palabra común, de una virtud. Nadie la define ni la micro localiza. Un corrupto no podría definirse a sí mismo. ¡Ah, y cuidado con poner como ejemplo a cualquiera de los más corruptos personajes que ensombrecen a Cuba con sus malas conductas!.

Liborio existe. Liborio vive, aunque lo hayan ausentado por miedo a la verdad. Los enemigos de Liborio son los enemigos de Cuba. Quienes desprecian a Liborio, son despreciados por él, y merecen el desprecio de los hombres dignos de Cuba. La defensa inclaudicable hacia Liborio, es una defensa a la Patria de José Martí. Pregunta sabia aunque impertinente: ¿Cuántos defienden a la Patria?, ¿Cuántos defienden a José Martí?. Queda abierto el debate.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Canela para un Fénix

Por Ismael Fuentes Elías (Profesor universitario)

Cuando cursaba estudios de medicina a finales de los años ochenta en la ciudad de Santiago de Cuba, en una tarde memorable, tuve la sorpresa de descubrir uno de los misterios que hacen de esta ciudad el alfa y el omega de un recorrido, me refiero a su librería Renacimiento.


Una librería situada en la conocida calle Enramada, con los grises y los pátinas del tiempo fijado, sin pretensión monumental, más bien estrecha, íntima y maternal, brindando refugio a los caminantes y curiosos, que fatigados por la luz y el calor, recorrían sus mesas y estanterías, palpando aquellos ejemplares tostados y olorosos, ese olor de resguardo que evoca antiguas realizaciones espirituales, soledades refugiadas en la tinta de una dedicatoria estacional: Para Amalia, invierno de 1936, o en las letras de editoriales argentinas, chilenas o mexicanas, ya olvidadas, o de encuadernaciones hechas con piel, testimonio de épocas en que la carne igualaba el libro al hombre, sin resentimientos de perdurabilidad, única validez de la creación, no reconocer la sustancia para que la muerte sea simultánea, sin sobrevivientes orgullosos.

Aquella tarde fue el inicio de obligadas visitas semanales, en ese tiempo me conformaba con la sorpresa del hallazgo, recuerdo que compraba los libros por los títulos, me dejaba llevar por esa magia de las letras, así me hice de los primeros libros de J.K. Huysmann, con títulos de aparente intrascendencia, que te alejaban para luego remontarte a universos insospechados, Rada, Mochila al hombro, En familia, entre otros.

Luego vinieron muchos más, de filosofía, ciencia, arte, pero sobre todo de literatura, cada semana era una fiesta, recuerdo que del dinero que podían darme mis padres siempre dejaba reservado una parte, -cuando no la mayor -, para las compras de libros.

Siempre hacia el recorrido a pie, desde la Facultad hasta el centro de la ciudad, unos cuatros kilómetros, bajo el sol y resistiendo las tentaciones de comprar algún refrigerio para la sed. Sin embargo, ésta desaparecía con tan solo entrar y con los saludos del librero, conocido por los habituales como Pepín, aquel hombre permanecía al fondo del local, revisando, tasando, siempre entre libros, con una sonrisa tímida, como en un verdadero taller renacentista.

Más tarde conocí que gracias a su gestión la librería mantenía su exquisita oferta, y a precios asequibles para todos, aún me parece estar viéndolo recargar los estantes y yo en asecho de las nuevas ganancias.

La librería fue un espacio para la amistad y los encuentros con otros lectores asiduos. No puedo dejar de mencionar al poeta Reinaldo García Blanco, debo a él muchas de las importantes lecturas realizadas en esos años, siempre se las agenció para sorprenderme. Su labor de promotor de lecturas pesa sobre muchos de los escritores e intelectuales que le visitaban, la mayoría de ellos estudiantes de letras o de medicina que por resonancias orales iban a buscar la orientación o a llevarle algún poema o narración. Todo esto bajo el auspicio de los Mirándola y de los Erasmos, que giraban como astros en órbitas de luz y color, infinita presencia del suceso épico, participación en el hecho común, cuando se avanza en un mismo cuerpo de fuerza redentora.

Hoy, 14 de diciembre -cuando el sector cultural se resuelve entre vítores y agasajos-, se cumple casi un año del cierre de esta librería como consecuencia de la indolencia burocrática de algunos ejecutores, brecha dejada para los demonios de la cultura, en asecho siempre cuando ha faltado la oración y el agua del Jordán que les cierre el paso.

No hay razones. Ni siquiera la argumentación postmoderna de la muerte del libro sobrenadando en la lengua de algunos funcionarios, que en su despiste llegaron a conocer al ratón por el mouse.

¿De qué se habla entonces cuando se dictan resoluciones para proteger el patrimonio nacional? ¿Es que acaso los libros irán a parar a los infiernillos de algunos libreros cuyos intereses están puestos no precisamente en el número de páginas? Esperemos no sea una de las tantas derivas de la que luego tengamos que recuperarnos con golpecitos en los hombros.

sábado, 5 de diciembre de 2009

“Estereotipo o realidad. Apunte sobre complejidad humana y los etiquetajes culturales”

Por May Yudith Serrano Mulet (Profesora universitaria)

Hace ciento veinte años y unos días, un 28 de noviembre de 1889, desde el diario “La Discusión”, un conocido autor cubano saluda con una crónica la edición del libro “El Base Ball en Cuba”. La crónica, breve, sumamente entusiasta y halagüeña, nos habla de “un libro sencillo, empapado de sana alegría y escrito al correr de la pluma, cuyas páginas sirven para desarrugar los ceños más adustos, entreabrir los labios más serios y disipar las brumas melancólicas que difunden en el espíritu las miserias de la vida (…)”

Particularmente, confieso que el deporte es una de mis aficiones menos logradas, pero no deja de resultarme interesante la crónica sobre un libro acerca del baseball a la altura de 1889, hecho que por demás se presenta a nuestros ojos como el discreto anuncio del advenimiento de una pasión deportiva nacional. Y el texto de la crónica es interesante por partida doble, pues si despierta el asombro por el tema, no lo hace menos al saber quién la escribió. Pero, dejemos que el incógnito autor de la crónica nos describa las virtudes del libro en que Benjamín de Céspedes –autor de “El Base Ball en Cuba”- presenta con maestría:

“El entusiasmo de los jóvenes que se escapan de las aulas para ir a la práctica; las figuras de los jugadores, (…) las desavenencias entre los partidarios de distintos clubs; el efecto que produce la concurrencia que asiste al espectáculo; las mil peripecias del juego (…) todo está muy bien presentado en párrafos sencillos, desnudos de galas retóricas y salpicados de chistes originales, (…)”.

El vívido encanto de las páginas del libro resurge en la crónica de “La Discusión”, gracias a la destreza de nuestro cronista:

“Una vez abierto el libro, no se puede soltar de las manos. El chiste culto, ligero y espiritual corre, piquetea y estalla en cada línea, con cualquier pretexto y con pasmosa facilidad ya de una frase cogida al vuelo, ya del incidente dolorosamente cómico, confundiéndose todos en una alegría encantadora y reconfortante a la vez, (…)”

Pero, ¿quién era el cronista decimonónico que tanto se compromete con el tema del base ball?, ¿acaso un joven lleno de energía y rebosante de empuje, dichoso de acompañar las delicias del deporte con el placer de ver reunidas a las beldades habaneras ante el curioso espectáculo?, ¿acaso un maduro padre de familia, complacido por la posibilidad de ver en sus hijos saludables aficionados del deporte?, ¿o tal vez el anciano experimentado que aún cree en la máxima de “mente sana en cuerpo sano”?.

No, nada de eso, si traigo a colación la crónica es precisamente por mi asombro al comprobar que es Casal, el hastiado, el hiperestésico y neurótico Casal, quien tan apasionadamente habla aquí de un libro de deportes. Sí, aunque resulte increíble, el base ball, la alegría que produce en nosotros –notable desde entonces- y el gracejo popular asociado a la anécdota deportiva, hacen las delicias del “pobre” Julián del Casal, del personaje asociado y etiquetado, permanentemente, con el kimono -que imaginamos de un rosa fresa- y el sempiterno abanico; un Casal acosado aún después de su muerte por la sonrisa maliciosa y el desprecio más o menos enfático del ámbito más machista de la sociedad cubana.

Pocos recuerdan mencionar al Casal alegre y compartidor, muchas veces rodeado de amigos, al poeta que salía y entraba –sin hipocresías- de la vida bohemia a contextos tan espirituales y familiares como el de la familia Borrero. Al Casal crítico y valiente que llegó a burlarse en sus escritos de la crema y nata de la “nobleza” que le era contemporánea hasta el punto de tener que abandonar su trabajo. Al que fustigó “el yanquismo en las sociedades contemporáneas”, y al que Antonio Maceo regaló una foto con respetuosa dedicatoria. El Casal de quien puede decirse, casi literalmente, que “murió de risa” en octubre de 1893.

La breve crónica casaliana sobre el deporte nacional nos muestra cómo el ser humano es mucho más complejo que los estereotipos constituidos para representárnoslo en el ámbito de la cultura y la comunicación cotidiana. Va siendo hora de que construyamos esquemas menos simplistas y más acordes con la realidad, cualquiera sea la gravedad que esta alcance.

He ahí la causa primera de estas líneas, que de haber sido tituladas “Casal y El baseball en Cuba”, sin duda habrían provocado, en la mayor parte de los lectores, una irónica sonrisa.

Fotografías:
1. Palmar de Junco.
2. Julián del Casal.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Los temas de la gran prensa norteamericana (Jonathan y su continente, Nueva York, febrero 7 de 1889)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

En esta crónica José Martí con ojo clínico reitera los sucesos que atraen a los diarios de Estados Unidos: “No saben los diarios de acá cómo sacarse ventaja. El Herald anda levantando sucursales en Europa, y publica en Londres otra edición. Con el escándalo de dar un número en domingo, porque oyó que Pulitzer, el de la nariz hoceante en que cabalgan inquietos los anteojos, como saliéndose de la silla para ver de más lejos, estaba por Europa, so pretexto de ceguera, moviendo para alguna empresa oculta las amistades que se hizo con el pedestal de la estatua de Bartholdi…”(1).

“Charles Dana, que es el Sun, está en Roma, viendo como recobra, con el auxilio de la Iglesia, el poder que su diario ha perdido por ponerse al lado de los pícaros en las cosas políticas”.(2)

“Pero la regata de ahora es entre el Sun y el World. Compra el Sun el derecho de reproducir el mismo día que salió en Londres, el libro de Mackenzie sobre la enfermedad de Federico, y el World imprime entera desde entonces, en su número del domingo, una novela renombrada, sin cobrar más de lo que cobraba por el número, que es cuatro centavos. Obtiene el Sun privilegio para publicar a Cleopatra, la novela nueva de Ridder Heggard, libro de desocupados, con más sorpresa que méritos, de esa invención que no dura; y el World aparece el domingo próximo con todo el libro esperado de Max O Rell, que es Paul Blouet, el maestro de escuela que ganó celebridad con “Jhon Bull y su Isla”.(3)

Luego de reseñar lo que ocupa a la prensa de Estados Unidos, presenta uno de los grandes temas que tiene a todos los periódicos sobre él, el libro de Max O Rell titulado “Jonathan y su continente”: “No se lee otra cosa, ni el amor de las pantallas, que se usan rojas ahora, en pedestales de bronce, y grandes como sombrillas, ni en el lunch, entre plato y plato, ni en el ferrocarril. Todo el mundo quiere saber lo que opina de Jonathan y su continente…”(4)

En lo adelante se dedica a reflejar los diferentes temas que trata el libro y que interesan a la sociedad norteamericana: la percepción de la mujer; las diferencias entre el americano escrito y el americano vivo; la distinción entre las leyes y las costumbres, entre la nación como se prepara y elabora, y la nación como se la publica y desea, entre el pueblo real que se palpa asustado el corazón y el pueblo deslumbrador que está poniendo gigantes en el cielo.(5)

“El libro está lleno de apotegmas, de cuentos rápidos, de diálogos cortos, de epigramas que apenas punzan, vuelan. Las frases están de punta, como lápices bien afilados: así que su herida marca pero no duele. Es un estilo de frac; pero después de que se han ido los convidados de etiqueta”.(6)

“De los periódicos no dice lo que les falta; sino la empresa febril, la brutalidad e ingenio del repórter, la perspicacia de los visitantes el monte de páginas, los números de los domingos, que son repertorios verdaderos, con novela, con poesías, con páginas de chistes, con artículos para los niños, con críticas admirables, con cartas de todas partes del mundo, con títulos feroces: “De un salto a Jesús” es la noticia de un ahorcado: “Se murió la abuela”, quiere decir que ha muerto la ancianita de la cofia, aquella a quien Garfield escribía todos los días, la madre de Garfield. Ha visto los periódicos por dentro. Lo de menos son las máquinas gigantes. Un publicista famoso escribe sobre una mesura coja en mangas de camisa. Pasan cien redactores ante la mesa editorial. “¿Qué trae? –Una muerte- ¡Una columna! –Un divorcio- ¡Dos columnas! –Un escándalo: una página”. Viveza es lo que se quiere, y novedad constante: el buen inglés no importa tanto”.(7)

Sus criterios sobre la prensa norteamericana los profundiza grandemente, cuando toma distancia de los temas que la ocupan y señala los males que padece y el tipo de ejercicio periodístico que necesita, para darle dignidad a la misma y no estar comprometida con el pago de honorarios, que generalmente vacían de sentidos los mensajes que hacen falta a la población: “No es eso lo que este periódico falta, no cordura, que es mucha en ellos, ni el genio que centellea a cada paso, sino el desinterés, que falta también a la nación, -el calor humano, que consiste en verse a la vez como persona suelta y como parte del mundo, y no por sobre él, y como si nada se le debiera, o se le mirase como mera fuente de noticias, - y la autoridad, el desembarazo, la fuerza, la fiereza, que en vano finge el escritor que disimula su opinión, o calla de ella lo que es cierto y no conviene al empresario que le paga. Se ve la garra en estos diarios, y suenan a hueco”.(8)

“Dignidad falta a lo escrito, no en lo aparente, ni en el modo de defender las cosas públicas, sino en ese sutil poder que viene del brío y decoro del que escribe, y no excluye los respetos y transacciones necesarios a la vida, ni permite hacer de la mente lo que aquel abogado, que “no miraba si el que le pedía el artículo se lo pedía realista o liberal, con tal que se lo pagasen bien, como no miraba su zapatero de qué política era el parroquiano que le mandaba hacer un par de botas: -¡pues es necesario, en cosas de pensamiento, ver quien se manda hacer el par de botas!”.(9)

Esa prensa que una vez criticó José Martí es la misma de hoy, lógico, con todos los elementos del desarrollo asociadas a la misma. Es normal en ella la trivialidad al presentar informaciones como la detención de un hombre, que por sólo llamarse Fidel Castro es noticia: “Detenido Fidel Castro en Miami”, subraya el titular; “Desembarcan Gómez y Martí en Miami”, en alusión a dos peloteros cubanos que se fueron a los Estados Unidos de forma ilegal.

Notas:
1. Jonathan y su continente, Nueva York, febrero 7 de 1889, Obras Completas, Tomo 12, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 151
2. Ibíd...,
3. Ibiden, p. 152
4. Ibíd..,
5. Ibiden, p. 153
6. Ibiden, p 157
7. Ibiden, p. 160
8. Ibiden, p. 161
9. Ibíd.,

lunes, 23 de noviembre de 2009

El camionero ¡qué personaje!

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Un nuevo personaje colorea la vida cotidiana en Contramaestre, el camionero, un simple chofer, propietario de un camión de carga, que al llegar el periodo especial se convierte en una figura importante y alcanza distinción social por su poder adquisitivo y las ínfulas que construye en sus relaciones.

Este señor antes de la crisis de 1990 no sobresalía en el entramado social cubano, era generalmente una persona medianamente instruida, vestir trivial y lujo modesto. Sus comidas eran típicamente cubanas: arroz y frijoles, alguna que otra vianda, verduras y carne de cochino.

Al llegar el periodo especial, su camión sustituyó a la guagua de pasajeros, así improvisaron casetas cerradas, con luces en su interior, música grabada y bancos bien diseñados para una cantidad concreta de personas, que no tenían en cuenta si eran gordas o delgadas, la cifra era dinero y la diferencia no contaba. El pasajero debía acomodarse hasta completar el número ideal. En buen cubano, se podía comparar con las sardinas.

Eran los ángeles salvadores para viajar la isla de un extremo a otro. El precio del pasaje, dolorosamente, siempre se ha movido por la ley de la oferta y la demanda y el personaje del camionero devino el nuevo rico de la década de 1990.

Ahora visten distinto y se diferencian del resto de la sociedad por las bebidas que consumen y las comidas que distinguen su mesa, donde no falta la langosta, el camarón, múltiples especies de pescados de mar, la carne de cochino, chorizos y todo lo imaginado en la culinaria universal.

En su trato son brutales con el pueblo a quien humillan al llevarlo de una villa a otra. El pasajero sufre los efectos del moho y el mal olor que cubre su cuerpo al llegar al destino. El señor camionero hace largas paradas donde quiere y no se le puede reclamar porque te mandan a bajar, golpean o hasta insultan.

Llegará el día final para este personaje que recorre las calles de Contramaestre y compra en los lugares que el obrero de a pie no puede. No es posible seguir aceptando que señores como él, tengan más prestigio y poder que un médico, un abogado, o un ingeniero.

Cuba recupera su transporte urbano y rural, y ya se acerca la hora de que el camionero regrese a su lugar, del que nunca debió salir, aunque se entiende que el protagonismo alcanzado por este personaje, fue una necesidad bien justificada ante la crisis de los 90.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Los temas de la gran prensa norteamericana (Carta de los Estados Unidos, La Nación, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1882) IV parte

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Según los criterios de José Martí los diarios de los Estados Unidos centran su interés en sucesos irrelevantes como el proceso judicial que se siguió contra el reo Guiteau que asesinó al presidente Garfield: “Apena recordar los días últimos de la vida de ese mísero. Apena ver como los narraron los diarios de esta tierra…”(1)

El Herald “…habló del mísero, y de los lances de sus postrimerías, y los de su muerte, con mofa abominable. De Guiteau antes de morir decía que estaba fresco como un pepino, tranquilo como una mañana de verano, ágil como una pulga, pintaba al hermano del reo, que iba y venía como por casa propia, por la cárcel donde había de recibir horas después su hermano ignominiosa muerte, y andaba jovialmente, por entre los grupos de curiosos favorecidos que repletaban el patio de la cárcel, y con sus mismas manos examinó las cuerdas, las tablas, el gorro de los ahorcados, los resortes, la trampa: palpó con fría curiosidad todos los escondrijos del fúnebre aparato”(2).

También Martí señala como la prensa usó la ejecución del reo para vender sus noticias: “Se anunció el programa de ejecución como el de una exhibición curiosa. Jamás sufrimientos de hombre honrado, ni celestiales dolores de mártir, fueron contados con mayor menudez que las palabras y actos de este reo, los hilos de la cuerda que lo ahorcó, los matices del vestido que le cubrió el cuerpo, las fibras de las tablas del cadalso. Decíase de qué pino era hecho y de qué árbol fue cortado el pino, y de qué país vino la cuerda fúnebre, y de qué menjurjes la untaban para suavizarla, y cómo lo iba a ahorcar “el ahorcador más afable de esta tierra”.(3)

Al director del periódico, al que le envía la escena citada, le comunica la necesidad de tocar otros temas que ameritan su reflejo en estos diarios, que no toman al hombre de la periferia como protagonista: el sufragio público(4), la educación de la niñez, las bondades de la Cristiandad de los filósofos amigos de Jesús y notas curiosas sobre los seres humildes de la sociedad norteña.

Luego Martí realiza una declaración de principios de una extraordinaria profundidad:

“La prensa no puede ser, en estos tiempos de creación, mero vehículo de noticias, ni mera sierva de intereses, ni mero desahogo de la exuberante y hojosa imaginación. La prensa es Vinci y Angelo, creadora del nuevo templo magno e invisible, del que es el hombre puro y trabajador el bravo sacerdote. Aquí hierven, en junto con los modernos problemas humanos, los problemas concretos de América, y ambiciones que alarman y grandezas reales que deslumbran. ¿Qué mucho que, movida del ansia de cumplir estos grandes deberes, la pluma, a riesgo de parecer cansada, se abandone a considerarlos?”(5)

Notas:
1. Carta de los Estados Unidos, La Nación, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1882. José Martí, Obras Completas, Tomo 9, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 317
2. Carta de los Estados Unidos, La Nación, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1882. José Martí, Obras Completas, Tomo 9, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 318
3. Carta de los Estados Unidos, La Nación, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1882. José Martí, Obras Completas, Tomo 9, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 319
4. Ibíden, p. 326
5. Ibíd.,

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El dedo sobre la llaga: actualidad de José Martí en el siglo XXI

Por Luis Enrique Jerez Domínguez. (Doctor en Ciencias)

Siento el calor de la brasa, cuando acerco el dedo a la llaga. Sobre la estrella que ilumina y mata, con una estocada filosa contra la tela de araña del burocratismo. Sobre estibas de informes deformes y triunfalistas, que pueden mediatizar los hermosos proyectos de un modelo justiciero. Algunos de los nuevos quijotes, no gustan de montar en Rocinante y prefieren los carros de marcas vistosos.

Poner el dedo sobre esta llaga entraña: el peligro de ser mal interpretado, incluso algunos, lo pueden etiquetar como ¨problemas políticos ideológicos¨, con la superficialidad de no profundizar en la génesis y evolución de la política y de la ideología en una sociedad perfectible…

No se vive en una urna de cristal, estamos expuestos al influjo del bombardeo informático, el mundo está interconectado y eso no podemos cambiarlo, sino utilizarlo, a partir del pensamiento y praxis de José Martí, como brújula orientadora, para encontrar los caminos viables. ¨No se sabe bien sino lo que se descubre”.

La corrupción es real, pequeña si se compara con otras sociedades, más nosotros debemos compararnos con nosotros mismos, si queremos extirpar de raíz un mal que se expande por el mundo. Actuar sobre las causas y no sobre las consecuencias es un modo martiano de asumir la realidad, de una manera creadora.¨ Crear es la palabra de pase de esta generación ¨. De lo contrario corremos el riesgo de convertir este altruista propósito en un rito disperso y sonoro, rozando con la fantasía deseada, pero no conquistada con el sudor y el brillo de la verdad. La mentira es una daga que se clava en el alma de la patria y debe ser desterrada, con los pies puestos sobre la tierra heroica de un pueblo virtuoso y bueno…

El sol nace para todos, el mercado es un mal necesario, hasta que alcancemos un estado de abundancia, sin embargo. ¿Por qué las ciudades están llenas y los campos vacíos?

La moneda cubana, el peso, se ha desvalorizado, en compensación nuestro proyecto ofrece salud, educación, independencia y dignidad, tan añorados en el mundo, más estas y otras bondades del sistema no le bastan al obrero que pretende vivir de su salario, aunque sea un profesional, los precios se disparan y los productos de la canasta básica que son por ciertos subsidiados por el Estado, no alcanzan para la sobre vivencia ordinaria, por lo que muchas personas buscan otras alternativas, algunas de las cuales no son ni éticas, ni viables…

“Decir es hacer, cuando se dice a tiempo”. No hemos logrado una auténtica cultura de productores, y las miradas están puestas más en las vidrieras de las tiendas, que en los campos y talleres…

¨No hay igualdad social posible sin igualdad de cultura¨. Dudo del conocimiento sin esfuerzo, sin horas de meditación, lectura y fichaje y posterior despliegue de los procesos lógicos del pensamiento, cuidémonos de no crear una seudo cultura, con un conocimiento referencial, sin un sólido basamento. El peligro está en pie, es hora de accionar en la solución del problema.

Interpretar a Martí desde su pensamiento, es un deber de todo cubano que desee aproximarse a la cultura general integral y requiere limpiar la mente de dogmatismos estériles, abrir paso a los cambios necesarios, los que impone la práctica de la vida en sociedad y para el bien de ella; poniendo a un lado los intereses personales…

La vida nueva no se puede adaptar a las leyes viejas, cada época requiere de cambiar hasta hacer coincidir la justicia a la vida real y no a la inversa…
¨De nada servirían la libertad y el derecho, si el derecho y la libertad no se ejercieran, si todavía tuviera el pensamiento sobre sus espalda el látigo de la censura”. Percibimos que algunas personas temen decir lo que piensan, otros prefieren la mentira como un escudo protector que se torna destructora y corrosiva y se clava en el alma de la patria. Pobre cuerpo que se arrastra, pobre cerebro que no piensa…

¨ (…) Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser de nuestras repúblicas ¨. No podemos aceptar imposiciones de los centros de poder internacionales, tampoco debemos imponer el poder desde posiciones de fuerza, el poder es del pueblo, que lo delega, lo presta, seamos fieles servidores de ese pueblo heroico, pensemos en lo que le preocupa a ese pueblo casi anónimo, que llena nuestras plazas…

Súfrase con los pobres de un país de pobres, donde algunos no lo son tanto y lo disimulan menos. No se trata de un reclamo al igualitarismo utópico, la naturaleza nos hizo de por sí desiguales…
Entonces el amiguismo y el socialismo no son socialismo, tampoco son capitalismo clásico, ¿es acaso un híbrido?...

¿Es que el tiempo sólo alcanza para hacer papeles? ¿Por qué no pensar más en nuestras realidades, aciertos y errores, sin llamarles automáticamente diversionismo ideológico? Abrir espacios a la pluralidad, sin lesionar la unidad es posible…

Sin embargo, no está claro por qué dos monedas si ambas son de nuestra propia nación, ello dificulta su utilización en la práctica cotidiana, además impone gastos adicionales en las red de “Cadecas”, que genera gastos en salario de todo ese personal y la posibilidad de vendedores clandestinos que lucran sus ganancias…
Ser radical es ir a la raíz del problema afirmó José Martí. Busquemos las raíces, cortemos las que ya están putrefactas, no es un problema sencillo, los problemas transcendentales, siempre son difíciles, abordarlos es un reto que no debemos ni rehuir ni dilatar…

La rutina es una plaga que amenaza convertirse en una pandemia, las justificaciones falsas, son el ánimo que tratan de darse los incapaces de crear y transformar. La revolución no es un proceso hecho de una vez y para siempre, ella se construye y reconstruye todos los días, con todos y por todos, no es una obra de minorías encumbradas, sino de grandes masas… Sucede que algunos de los que viven en centros o capitales, se estiman sobre un pedestal y desdeñan a los provincianos, ¿Qué decir de los que nos ubicamos en la periferia, en los municipios o más allá en los pueblos aldeas, recodos, campos y montañas?...

¨ (…) La libertad política no estará asegurada, mientras no se asegure la libertad espiritual. Urge libertar a los hombres de la tiranía de la convención (…) El sol nace para todos. Somos materia estelar viviente, con este planeta estamos comprometidos, con el equilibrio del mundo en lo ecológico y en lo ético y estético y en la conservación de todas y cada una de las especies.

Continuar estudiando el pensamiento y acción revolucionaria de José Martí, sigue siendo una de nuestras prioridades, para interpretar mejor nuestras realidades y acometer acciones de transformación, que nos lleven al desarrollo progresivo en la lucha contra la pobreza, el bloqueo económico y todo lo que dificulte la felicidad de nuestro pueblo…

Estudiar el pensamiento martiano e interpretarlo a partir de su propio método de análisis de los fenómenos sigue siendo una prioridad en el presente siglo veintiuno.


Fotografía: Ave Fénix, de René Emonides Quintana

Notas:
1. José Martí. Carta a María Mantilla, 2 de febrero de 1895. En Epistolario en cinco tomos, Tomo 5, p.56.
2 Obra Citada. P.247.
3 José Martí. Carta a los cubanos, Nueva Cork, septiembre de 1880. En Epistolario en cinco tomos, Tomo 2. p. 217.
4 José Martí. ¨ Un plato de Lentejas ¨. Patria. Nueva York. 5 de enero de 1894, en Obras Completas. Tomo 3, p. 28.
5 JM. ¨ Los tiempos se acercan ¨. El socialista. 11 de junio de 1876. En O. C. Edición Crítica. CEM: tomo 2, 1985. p. 274.
6 JM. Nuestra América. En Antología Mínima en dos tomos el tomo 1 p. 244.

El periodismo de Estados Unidos: de la admiración a la crítica (III parte)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Es indudable que el modo de hacer periodismo en los Estados Unidos impregnó a José Martí, no debe olvidarse que fue un lector atento de los principales diarios de ese país, entre ellos el Herald, The Sun, The Tour, entre muchos otros. De estos dos últimos fue colaborador permanente.

The Sun, según la crítica especializada, criterio que compartimos, “fue el puente entre la vieja prensa y el nuevo periodismo que se estaba desarrollando antes de fin de siglo. Como los grandes diarios de la ciudad, dirigía sus editoriales y el estilo de la escritura a un público de trabajadores, pequeños mercaderes e inmigrantes”. (Susana Rotker. Fundación de una escritura: Las crónicas de José Martí. Casa de las Américas, La Habana, 1992. p.131)

En The Sun José Martí aprendió los rasgos del nuevo modo de hacer periodismo:

 Presentar de la forma más lúcida una fotografía diaria de las cosas del mundo.

 Manifestar interés por la política, la economía y el gobierno.

 Poner en el centro de la noticia a la gente cotidiana.

 Investigar a fondo el hecho noticioso.

 Usar todos los recursos narrativos para llamar la atención y hacer vivida la noticia.

 Dedicar enormes extensiones a una información que podía parecer menor pero interesaba al hombre de la calle.

 Acoger en sus páginas a los mejores escritores del momento: Mark Twain, Walt Whitman, Jacob Riis, Carlos Marx, entre muchos otros.

No obstante a lo antes expresado, José Martí fue capaz de distanciarse de los hechos noticiosos triviales y poner en el centro de su bregar periodístico, la búsqueda de la noticia que reflejara las transformaciones que se estaban operando en los Estados Unidos, y en lo que se convertiría ese país, sino le ponía freno a las mismas.

martes, 17 de noviembre de 2009

Los editores

Por Juan Cruz.

No sé qué pasará con los libros, si serán digitales, si se combinarán los digitales con los de papel; el futuro se va escribiendo. Los que no dejarán de existir serán los editores, y los escritores, y los lectores, y los bibliotecarios, por supuesto, y éstos serán los garantes de que, pase lo que pase, la escritura sea el espejo de las épocas, el reflejo de la creatividad, de la imaginación o del estudio, el resultado de una convocatoria excepcional en la que intervienen el deseo de saber, el deseo de contar y la necesidad de expresarse. Y una palabra sobre los editores: ayer estuvieron en Madrid, y les vi, estuve con ellos, los promotores de Barril y Barral, Joan Barril y Malcolm Otero Barral. Nuevos editores que ya han sacado a luz algunos de su proyectos. Y estaban, en este otoño que aun no refresca del todo, visitando Madrid como lo visitaba, hace siglos, el abuelo de Malcolm, visitando autores, buscando materiales entre las tinieblas de lo que aún no ha sido escrito. Y tuve añoranza de esa época en que yo también hice el mismo ejercicio, visité gente que acaso tenía un libro en la cabeza o ya lo había escrito, y traté de convencer a unos y a otros para que ese libro fuera nuestro, es decir, de la editorial donde trabajé, en la que, con otros, construí ilusiones que ahora ya son parte del pasado, es decir, de las estanterías, que son una reserva del futuro, por cierto. No sé qué pasará con los libros, y ojalá todo lo que pase sea bueno, tan bueno como los libros o mejor que nosotros.

Tomado de http://blogs.elpais.com/juan_cruz/

El periodismo: atender imparcialmente al público (II parte)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

En el artículo “Sobre periodismo”, publicado en “Patria”, 1892, el cubano José Martí define la misión del periodista de la siguiente manera:

“…que no haya una manifestación de la vida, cuyos diarios accidentes no sorprendan al diarista: eso es hacer un buen diario. Decir lo que a todos conviene y no dejar de decir nada que a alguien pueda convenir. Que todos encuentren en el diario lo que pueden necesitar saberlo. Y decirlo con un lenguaje especial para cada especie: escribiendo en todos los géneros, menos en el fastidioso de Bibeau, desdeñando lo inútil y atendiendo siempre lo útil, elegantemente. Que un periódico sea literario no depende de que se vierta en él mucha literatura, sino que se escriba literariamente todo. El periódico debe estar siempre como los correos antiguos, con el caballo enjaezado, la fusta en la mano, y la espuela en el tacón. Al menor accidente, debe saltar sobre la silla, sacudir la fusta, y echar a escape el caballo para salir pronto y para que nadie llegue antes que él. Debe, extractando libros, facilitar su lectura a los pobres de tiempo. O de voluntad o de dinero. Hacer asistir a los teatros, como sentados en cómoda butaca que este efecto hace una alineada y juiciosa revista, a los pobres y a los perezosos. Debe desobedecer los apetitos del bien personal, y atender imparcialmente al bien público. Debe ser coqueta para seducir, catedrático para explicar, filósofo para mejorar, pilluelo para penetrar, guerrero para combatir. Debe ser útil, sano, elegante, oportuno, saliente. En cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe, y los labios sin mancha que lo dicta. No hay cetro mejor que un buen periódico”.

Por esas razones el periodismo del cubano José Martí ha sido elogiado por la crítica de muy diversos modos, algunos dicen que es “elevado a un nivel artístico como jamás se ha visto en español, ni probablemente en otro idioma”(1), otros señalan que se trata de un modo de hacer atento “a la vibración del instante”(2).

Lo cierto es que Martí usó el periodismo de diversos modos: uno, como medio de subsistencia, y el otro, como un modo de hacer arte, ambos ángulos del oficio integrados en su máxima expresión literaria, una vía para trasmitir su pensamiento.

Notas:

1 Pedro Henríquez Ureña: Las corrientes literarias en la América hispánica (1940-1941, trad. De J. Diez-Canedo, México, 1949, p. 167.
2 Fina García Marruz: El tiempo en la crónica norteamericana de Martí, varios: En torno a José Martí, citado en Roberto Fernández Retamar, Nuestra América: cien años y otros acercamientos a José Martí, Editorial SI-MAR S.A, La Habana, 1995, p. 19.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Los cubanos de la emigración sin proyectos de cara al futuro

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Cuba no debe pensarse desde la improvisación, ni de la emoción, pues estamos ante un proceso donde confluyen muchas partes en la que cada una tiene una función esencial.

Pensar a Cuba desde cualquier lugar del planeta requiere ante todo comprender el lugar de Estados Unidos en su devenir histórico, una singularidad que radicalizó el pensamiento cubano de izquierda, obligado a buscar una alternativa que lo apartara de la órbita del “protector vecino”.

Una cuestión que no debe obviarse es que no se trata simplemente de una historia de buenos y malos y asumir una posición a favor de los primeros, de ser así, demasiado esencialista y poco creíble, tarde o temprano se inclinará hacia el ángulo de una visión hegemónica del asunto y no nos permitirá comprender las contradicciones normales en todo proceso histórico no terminado.

Cuba debe pasar por el prisma de la crítica permanentemente para interpretar y evaluar sus procesos y oxigenar posibles caminos hacia el futuro. Implica dialogar con todas las partes implicadas en la construcción de la nación, estén donde estén, pero sin los desafueros de querer imponer una u otra postura, de lo que se trata es de elegir en condición de iguales lo mejor para su pueblo.

Hasta ahora, los cubanos en la emigración, sobre todo la establecida en Estados Unidos, no han sido capaces de presentar un proyecto que supere los resultados alcanzados por la Revolución Cubana durante 50 años. Simplemente lo que han hecho es cuestionar de forma virulenta los errores, normales en cualquier proceso histórico y desde la emoción y la improvisación atacar todo resultado social alcanzado después de 1959.

Pensar la Cuba del futuro implica ante todo reconocer el complejo entramado social que caracteriza a la sociedad, tanto negativo como positivo, normal como anormal, fácil como difícil y omnipresente para todas las partes. Llegará el día de sentarse a la mesa de conversaciones, de lo que hagan sus intelectuales, sobre todo, dependerá el futuro de la isla. Cuba se gana o se pierde en el terreno de la cultura.

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A Cuba no debe imaginársele como un trofeo

martes, 3 de noviembre de 2009

Fragmentos del libro de poesía Velamen de Orlando Concepción Pérez

Orlando Concepción. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.Ha publicado La fuerza del hombre , cuentos, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1977. Dos cuentos , Cuentos, Ediciones Caserón, Santiago de Cuba, 1987. Poesía cósmica , Ediciones Frente de Afirmación Hispánica, México, 2001. El horno de la ira , Ediciones UNEAC, Las Tunas y Bayamo, 2003 y El dinosaurio azul , Ediciones Santiago, 2004. Aparece en antologías de cuentos y poesías en Cuba, México y Argentina. Incluido en el Diccionario de escritores santiagueros, Ediciones Santiago, 2005. Su obra publicada está dispersa en diferentes géneros en revistas y periódicos de Cuba, América del Norte y del Sur y regiones de España. El fragmento que le presentamos hoy pertenece a su último libro publicado: Velamen.

POETA. IDA Y REGRESO


Fue un sueño tan solo un sueño

aún no matan al poeta

que retorna ya profeta

del cuerpo y la lira dueño

Tres mitades de un empeño

hambre locura recinto

El poeta el laberinto

pinta el año que regresa.


Ha pecado lo confiesa

el hombre es un verso extinto.


TRAS EL SUICIDIO

De estar vivos todavía

brota el morir de algún modo

sin sangre sin sed sin lodo

rencor ni melancolía.


Vemos el último día

con su dolor (seña y santo)

en un nocturnal espanto.


Huye el futuro ¿Quién jura

que Dios nos niega la cura?

Es terco morir sin llanto.


H A P P Y E N D

A Eduard Encina

1

¿Cómo será el mundo de maravillas

bajo un puente sin luces ni futuro

sin sendas por andar, un rincón duro

para el río que arrastra las semillas?


Vegetales que cubren las orillas

en el recio vivir bajo los puentes

con el agua sin fin de las corrientes

arrastrando los peces.

Nada grave

es vivir allá abajo. ¿Quién no sabe

que es morirse vivir bajo los puentes?.


2

Existen los que sueñan bajo el puente,

marginados del viento y la marea,

enterrados en vida. Loado sea

aquel a quien no asuste el “miedo ambiente”.


Ansioso por salir. Tan impaciente

por huir de la neblinosa casa,

en esa absurda vida que fracasa

en la lúgubre y estrecha barbacoa.


Igual es en París o Baracoa

tornar el puente frío una barcaza.



LA CASA QUE SE DERRUMBA

A Jorge Labañino

1

Me lleva al rincón del puente

la casa que se derrumba

como cavando la tumba

del hogar de techo ausente


Toda la paz ciegamente

bajo el cielo se me escombra


Es el agua de la sombra

es mi historia la que habla

de lo oscuro

Tabla a tabla

la casa sin luz me nombra


2

Y sin luz hogar de poetas,

casa de mi cautiverio

sus paredes con misterio

y con ventanas secretas


Casa que exhibe las grietas

de su tejado plomizo

al que Dios dotó de hechizo



El bohío que fundé

en el ayer lo habité

y el recuerdo lo deshizo.


Poemas tomados del libro "Velamen", Ediciones Santiago, 2008.

viernes, 23 de octubre de 2009

Retorno a la soledad del gehtto o agredir la obra: ¿Qué crítica necesita Cuba hoy?

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Para muchos de los jóvenes escritores del oriente cubano la literatura necesita de una crítica que defina y ubique adecuadamente lo que está sucediendo en la isla, una crítica no complaciente, sino exigente, ello permitirá que sus obras ganen más espacios en el panorama creativo de los últimos diez años en Cuba.

Lo cierto es que hay roles cruzados en el asunto, pues quienes hacen crítica generalmente son los propios creadores y las oposiciones están sesgadas por las escuelas o tendencias de los propios autores, sólo son válidas las propuestas que se acercan a lo que ellos cultivan, de otra manera se les escucha decir una frase que ya va siendo algo demodé: “eso está dicho hace mucho tiempo”.

Para poetas como el santiaguero Oscar Cruz hace falta más agresión en la crítica, y apela al ejemplo de figuras que convivieron en una misma época y espacio físico, sin embargo se desconocían abiertamente; tuvo la crítica que identificarlos y ubicarlos en el panorama creativo para su trascendencia posterior. Pero será necesario preguntarse en nuestros días: ¿Es positivo retornar a la soledad del gettho? ¿No hará falta una socialización diferente que conquiste nuevos espacios como los blog para potenciar esa crítica?

Me parece que no es productivo refugiarse en los límites de la creación y no desbordarse hacia espacios que alteren y contaminen la obra creativa; por eso son necesarias las críticas que provienen del periodismo cultural, que desgraciadamente se les tiene como algo menor, muchas veces por la falta de profesionalidad y cultura para hacer una crítica inteligente en la prensa escrita, la radio, la televisión o la Internet.

Debe reconocerse que es una carencia lo anterior, pues en la televisión cubana, por solo citar un ejemplo, los espacios que existen son meramente informativos y predominan las reseñas y los comentarios literarios parcializados, entre los que sobresalen “El Hurón Azul”, espacio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, que bien pudiera tener una sección dedicada a la crítica literaria agresiva, o tal vez los noticieros diarios que sólo disponen de siete a diez minutos y prácticamente uno no se entera de nada ni se orienta ante nada. ¿Será necesario entonces que los críticos salgan de la soledad del escritor e invadan estos espacios para oxigenar la crítica? ¿De suceder, no se parcializará la críticamente igualmente? ¿Tendrán los recursos de realización artísticas para conquistar estos espacios? ¿O será necesaria la actualización de los llamados periodistas especializados en temas culturales para que trasciendan lo meramente informativo?

También sucede que en provincias, muchos escritores devenidos críticos se autoproclaman seguidores de una u otra figura, sea Heredia, Martí, Zenea o Plácido e invierten una vida en el estudio de las mismas, hecho que los inhabilita para agredir otras obras, tal vez más contemporáneas, para caracterizarlas y ubicarlas acertadamente. Pero para ello deberá suceder en su formación una revolución de los paradigmas y eso es mucho más difícil pues se requiere estudio y actualización permanentes, algo que no todos, fuera de La Habana, capital de Cuba, e incluso en la misma, pueden hacer.


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