domingo, 15 de noviembre de 2009

Las congas que una vez fueron en Contramaestre

Entre 1947-1948 surge la primera comparsa como entidad cultural propia, se autodefine: "Los Invasores", organizada por José Hurtado, en el antiguo Reparto San Luis (hoy Rodolfo Rodríguez).
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Contramaestre tiene que esperar hasta 1930, para la llegada de los primeros aires de la conga. Vienen desde San Luis y Santiago de Cuba, hecho promovido por comerciantes, dueños de tiendas y almacenes, en particular la Casa Garcés-Morín.

Algunos congueros de estos pueblos se mudaron a Contramaestre, entre ellos sobresalen  José Hurtado Pineda y Zenaido Évora, que hacían piquetes para amenizar fiestas de barrio. En 1940 se unen a ellos, Ángel Luis Céspedes, Alfonso Girón y Asterio Palacios, también santiagueros y  sanluiseros, y forman una conga que recorrerá el camino entre Maffo y Contramaestre durante las populares fiestas de San José.

Entre 1947-1948 surge la primera comparsa como entidad cultural propia, se autodefine: "Los Invasores", organizada por José Hurtado, en el antiguo reparto San Luis (hoy Rodolfo Rodríguez). Junto a Hurtado se encuentran Zenaido Évora, Asterio Palacios, Ángel Luis Céspedes y Alfonso Girón, que hicieron resonar dos tambores, cuatro bocuses, un quinto y una campana.

“Los Invasores” se presentaron en las fiestas de San Juan de esos años. Los propietarios de la principal casa comercial del pueblo garantizaron vestuario, divulgación y propaganda. Algo muy peculiar fue la existencia de los "padrinos" y "madrinas" que entregaron monedas adornadas con cintas de colores a los comparseros de su simpatía.

Los comercios garantizaron papeles brillantes con vivos colores, oropel, lentejuelas y telas satinadas. Treinta parejas danzaron al ritmo de esta conga, al tiempo que exhibían farolas, pendones y banderas.

Los hombres llevaban mangas aglobadas con vuelos; las hembras, faldas con franjas. En ambos trajes predominaban el rojo, azul y amarillo; algunos llevaban short corto del que prendía una pequeña capa de vuelos, blusa corta, atada, con un nudo dejando el vientre y cintura libres.

"Los Invasores" se divertían haciendo partícipes a todos de su entusiasmo, confundían sus voces con las del pueblo al compás de un rítmico y sabroso estribillo: "Adiós, mamá; adiós, papá, que yo me voy con Los Invasores".

En 1950 los percusionistas de "Los invasores" cambiaron de domicilio, se establecen en el reparto La Cuba (hoy Patricio Lumumba). Nace entonces la segunda conga, bajo la batuta de Juventino Zamora "Leguén: “Los Mambises del Siglo XX" . Se trata de un grupo de pequeño formato ("Montomporo"): un par de tumbadoras, dos bocuses y un cencerro. Adoptan el toque "Masón", influenciado por el toque que se hacía en las celebraciones del San Lázaro en el reparto Rosabal (con igual nombre en la actualidad). Al grupo se incorpora Eliseo Odio, de Palma Soriano, esta comparsa la patrocinan comerciantes de prestigio en el pueblo.

Al realizar su recorrido tenía una característica que la identificaba, una estampa cubana: “casa de guano, dentro, dos niños que representaban al pueblo: Liborio vestido de mambí y Macubá de Bandera Cubana; ella simulaba macerar café con un pilón y luego salía de la casa, llevando tazas con la aromática bebida para brindar al jurado”.

Las muchachas lucían saya blanca, corta, blusa azul de satín, chal rojo atado a la cintura. Los varones, los mismos colores, llevaban en sus manos un trozo de madera, simulando el machete mambí. La conga “Los Mambises del siglo XX”, dejó de salir en 1957.

Las comparsas del reparto San Luis y La Cuba, estaban comprometidas con la propaganda y el apoyo de los centros comerciales, llevaban en sus estandartes anuncios, propagandas, incluso en el vestuario exhibían una marca de ron en forma de botella, otros llevan incrustados en las camisas, una tijera confeccionada con tela de brillo, para llamar la atención y promover la Casa Comercial "La Tijera".

Estos comparseros salían desde sus puntos a recorrer las calles céntricas del pueblo, hasta llegar donde estaba el jurado, que siempre se ubicaba en los portales del Hotel Carnero (hoy Hotel Caribeño). La conga del Reparto San Luis dejó de salir en la primera mitad de 1950, la mayoría de los músicos se unieron a la comparsa La Cuba.  Esta última desaparece entre 1957-1959. La situación del país era insostenible, estaban en guerra los rebeldes de la Sierra Maestra y la dictadura de Fulgencio Batista, hecho que culmina con la victoria del Primero de Enero de 1959.

Con el triunfo de la Revolución Cubana la alegría popular crece y el ansia de diversión también, pero hubo que esperar hasta 1966 para que el espíritu de la comparsa renaciera en Contramaestre: la de Ignacio Carreón(1966) y la del Paseo de "Nana" Mondéjar(1971).

La comparsa “El paseo de Nana Mondéjar” estaba integrada por Gelasio Domínguez, (director), Melba Mondéjar (subdirectora), Juventino "Leguén" Zamora y Rolando Estrada como organizadores. La percusión: dos tumbadoras, dos quintos, una tambora y tres campanas. Los instrumentos de viento: dos trompetas, dos tamboras y un saxofón; los músicos eran de Contramaestre y Jiguaní.

En el vasallo bailaban trece parejas escoltadas por tres banderas, dos pendones y dos farolas. Dicha agrupación hizo su salida durante los carnavales de San Juan en 1966, celebración que se mantuvo en los primeros años de la Revolución, pero que luego se cambia para el Verano por las autoridades oficiales y finalmente para junio.

En 1971 surge la "Conga del Paseo de Nana Mondéjar", fundada por Ignacio Carrión González, que junto a su entusiasmo e iniciativas, traídas de su natal Palma Soriano, se dio a la tarea de crear una comparsa en el Reparto Patricio Lumumba.

Se unen a este empeño, como principales percusionistas: Eloy Castellanos, Esperanza Ferrera - esposa de éste - Ángel Luis Céspedes, Ibrahín Domínguez, y Orlando Carrión. Con gran frenesí hicieron resonar seis tumbadoras, cuatro tamboras, dos quintos y tres campanas; a ello suman la corneta china que contratan en Santiago de Cuba, pero que finalmente no llegó a cuajar, porque no hubo músicos del patio que supieran tocarla.

Esta comparsa recibe el apoyo de la Comisión de Festejos que soluciona lo necesario para los carnavales. La misma, tuvo una gran factura estética y una amplia participación de jóvenes: 30 parejas con bellos atuendos. Sus desfiles tuvieron lugar durante los carnavales.

Al fallecer Ignacio Carrión, fue dirigida por Eloy Castellanos, figura principal que da nombre al proyecto y gana popularidad en el pueblo. Castellanos es asesinado en una riña de barrio, hecho que conmocionó a todos los habitantes, dicen los testigos del velorio que la Conga que él dirigiera, entonó sus acordes hasta la última morada del popular músico. Esperanza asume la sustitución de Castellanos y se le une Fulgencio Orozco, que en lo adelante asume la dirección. Al morir Orozco, se encarga de sostener la conga, Orlando Carrión Isaac.

En 1985 surge la última comparsa de Contramaestre, la "4 de Abril", integrada por 46 niños. Entre sus instrumentos cuentan con dos trompetas, cinco tumbadoras, un bombo (en sustitución de la tambora), cuatro campanas, dos aros de llanta y dos granaderos. El vasallo desarrolló cuadros de baile, vistieron trajes multicolores con telas suministradas por la Comisión de Congas y Paseos de la Dirección Municipal de Cultura. Tampoco faltaron las tradicionales farolas y banderas encargadas de "abrir" la marcha y un estandarte fijo con el nombre de la comparsa.

Eran recurrentes las caracterizaciones de algunos miembros para trasmitir un mensaje social y político acorde a la época: la paloma, el sol, la rama de olivo. Sus presentaciones las realizaban todos los 24 de febrero en Baire y durante los carnavales de Contramaestre. Su última salida ocurre en los primeros años de la década de 1990.

Con la llegada del período especial, en 1990, la conga es víctima de las carencias materiales padecidas en Cuba, su base instrumental y rítmica intenta sobrevivir esos avatares, hecho que no logra, tal vez eso justifica una añoranza por ella, que recuerda a aquellos abuelos que un día la trajeron desde Santiago de Cuba y San Luis, para quedarse por siempre en la memoria del contramaestrense.

Nota:
En este artículo se utilizaron datos e informaciones de la ponencia "Orígenes de la conga en Contramaestre", de Flora Preval.

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