Habló de la vida allá, acá. El valor de la familia; los amigos. |
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
“¡Boricua defiende lo tuyo!”, “¡Sacude la arena!”, o la historia del cazador de cocodrilos Jimy en la Luisiana, que no sabe quién es Obama o si Lincoln está vivo o muerto, nos regaló un buen cubano de la otra orilla, familiar cercano por cierto, de visita en casa por unos días.
Nos contó de los once años de pasar todo tipo de trabajos para alcanzar un bienestar estable. Habló de la vida allá, acá. El valor de la familia; los amigos. “¡No imaginas el significado de estos encuentros para mí!”, dijo, entre emocionado y nostálgico.
En una máquina de la década del 50, del siglo XX, conducida por su hermano, recorrimos el pueblo varias veces, fuimos a las casas de amigos, familiares, y sin perder la picaresca del hombre nacido en Cuba, sorprendió con bromas y abrazos.
Un mar de personas llenó la casona familiar de sus abuelos; ahora una tía reside en ella junto a mí padre, -éste último-, para él, “un progenitor que yo todavía no se valorar bien; siempre preocupado por todos. ¡Tremendo hombre coño!”, y nuevamente asomaron sus emociones.
Me confesó que seguía el Caracol de agua y gustaba en verdad de sus publicaciones, “habla como somos los cubanos, como vivimos, hace la crónica de la vida difícil de nuestro tiempo”, por eso la sigo, por eso la siguen amigos y amigas de la isla residentes en Estados Unidos.
Sobre un sofá de madera Morfeo lo acunó. “¡Apaguen la luz carajo. Déjenme dormir. No jodan más!”. Cerró sus ojos embriagado de felicidad. En casa habíamos dejado la mejor cama para él, las mejores comodidades, pero en un arranqué de cubanía olvidó su estabilidad ganada con trabajo en Estados Unidos y durmió con ropa y sin bañarse. Lo despertó el ladrido de Bilín, el can de su tía. Se levantó asustado y recordó las vivencias de la noche en el hotel Carnero, la añorada visita al Pérez, -otro de los hoteles de la ciudad-, y los esfuerzos realizados por mi padre para hacerlo descansar.
Al partir, sonaba de fondo el “Son a Contramaestre”. Me preguntó: “¿Y ese quién es?” Le respondí, Eduardo Sosa. “Suena bien”, fue su respuesta. Abrazos, apretones de manos y mucha salud flotaron en el ambiente. Atrás, quedamos nosotros con nuestras tristezas y alegrías. Él regresaba a su nueva patria con la alegría de haber vivido una aventura, donde el amor reinó por siempre. Si alguien me dijera cómo titularía esta crónica, respondería sin dudar: “Sólo la familia une a los cubanos estén donde estén”.
Junto a dos hermanos y un tío. |
Junto a varios tíos y un hermano. |
Junto a viejos amigos. |
Cuba es de todos los cubanos, no importa donde estén si es en los Estados Unidos o en Australia, el gobierno de Fidel se encargo de romper ese hermoso lazo de amistad y hermandad entre todos los cubanos, es cierto, al principio de la revolución salieron muchos que estaban vinculados al gobierno de Batista, después salió el pueblo, algunos con más recursos que otros, todos el eran simplemente cubanos, Fidel despotricaba contra todos los que salían de Cuba por negarse a ser usados para complacer su ego personal, sus ambiciones de caudillo.
ResponderEliminarTe hablare de mi experiencia personal, he caminado algo dentro del país, muchas veces me sorprendo al llegar un sitio cualquiera de la nación y encontrar algo tan simple como un cartel que dice, “X nombre” restaurante cubano, junto al nombre vez la bandera ondeando al viento. Me sorprende sobre manera, ¿Por qué? quizás en el lugar donde menos cubanos existen, no importa un cubano llegue hasta allí, creó su restaurante y cocina arroz, frijoles negros, con pierna asada y yuca con mojo, para los americanos de la ciudad. Te sorprendería hablar con un joven, que te dice ser cubano, no lo dudas, habla y tiene el acento de la isla, cuando le preguntas de qué lugar de Cuba, te responde, yo nací aquí, mis padre son de y te nombra cualquier pueblo de la geografía de la isla. Ver en la televisión y no la de Miami, una película cubana, muchas de las que he visto acá, estoy seguro no las ven en la isla, películas cubana, con actores cubanos y de temas muy cubanos.
En Miami encontraras mas calles con el nombre de nuestros héroes y alegóricas a Cuba que en cualquier pueblo cubano, en el Parque Central de New York existe una estatua de ecuestre de Martí. Lo mismo sucede en West New York, New Jersey, allí junto a Martí encontraras una de Maceo, junto a ellos ondea la bandera cubana, si vistas Tampa encuentras lugares históricos relacionados con la historia de Cuba. Igualmente en Cayo Hueso y en la ciudad de Fernandina Beach y muchas otras por donde paso el apóstol.
En Miami existe una casa llamada “La casa donde vivió Fidel”, quizás no lo sepas, Fidel al salir de Cuba paso por Miami y Tampa siguiendo la ruta de Martí para recaudar fondos para su lucha, y no se considero un traidor, menos un mercenario del imperialismo, “Es linda la historia, malo cuando tiene una sola verdad y se escribe llena de mentiras”.