El 20 de abril, temprano, allí estaba el hombre que tiene el don de curar con agua a los enfermos y santiguarlos con la misma. |
Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu
Es 20 de abril aquí en Cuba, el hombre
que me dio refugio de niño en su casa y ayudó a mi formación como ser humano
llega a 100 años de vida. Días antes
había estado muy enfermo en el hospital, algunos temimos lo peor, otros nos agarramos a la
energía espiritual de Dios y oramos por
el restablecimiento de su salud.
El milagro ocurre dos días
antes. Mejoría
extraordinaria. Lo mandan de regreso a casa; al llegar pide ser santiaguado
siguiendo la tradición de su familia. Un
hombre grueso aparece, lo trae uno de mis tíos, sus palabras son
alumbradoras: “Estaré el lunes aquí con usted celebrando los 100, no puedo
santiguarlo, porque estaría reconociendo su cercana muerte y usted tiene mucha
vida por delante”.
El 20 de abril, temprano, aparece el hombre que tiene el don de curar con agua a los enfermos y
santiguarlos con la misma. Abraza a mi viejo y hablan largo. Luego dice: “debes
venir el 3 de junio con tu hija más pequeña a mi casa, entonces haremos lo que me
has pedido”.
Durante la celebración del
cumpleaños tomé muchas fotos de aquel hombre llamado Orestes Milán, el hijo de
Cruz, el señor que daba botijas enterradas a los que acudían a él buscando el
milagro de la riqueza para cubrir las
miserias.
Días antes de morir, mi madre
vieja me habló mucho de ese señor; ahora, por esas cosas del destino, aparece en la casa de mi padre viejo el
heredero de Cruz, el que tiene su don; quiere fotos del cumpleaños para ponerlas
en su altar, porque mi padre tiene mucha
luz y él la necesita para seguir haciendo trabajos de caridad.
Es 20 de abril de 2015 y al
parecer la cruz de aquel benerable maestro, conocido en todos los campos de
Oriente, trae buenas nuevas para Sulpicio Fernández Peña, el hombre que me
abrió las puertas del corazón y me hizo un hombre de bien.
Alexis Rosillo: hermano mis saludos , me alegra que el viejo picio halla llegado na los cien años y de corazon quiero DIOS de MUCHOS mas años de vida y salud para el , yo a pesar de no ser antural de anacahuita conozco la estirpe de hombre de su abuelo de su padre de usted , y de muchos otros de su familia , y al menos puedo agradecer a Dios el darme la oportunidad de conocerlos pues ayuda a nutrir de buenos ejemplos nuestra existencia , Dios de mucha salud y vida a el , a usted y los suyos .
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