Por Arnoldo Fernández Verdecia. afdez@enet.cu
Una fecha para recordar
Vienen de casi todos los municipios de Santiago de Cuba; incluso desde Varadero y Holguín. Contramaestre, municipalidad ubicada en el Oriente cubano, es la cuna del Festival del abanico. En este 2015, el evento llega a su segunda edición. Los días 8 y 9 de agosto fijan una fecha para recordar.
Una fecha para recordar
Vienen de casi todos los municipios de Santiago de Cuba; incluso desde Varadero y Holguín. Contramaestre, municipalidad ubicada en el Oriente cubano, es la cuna del Festival del abanico. En este 2015, el evento llega a su segunda edición. Los días 8 y 9 de agosto fijan una fecha para recordar.
Danzones famosos vibran en fibras pintadas con la nieve de los tiempos; pero a pesar de todo, esparcen una energía tan contagiosa, que es imposible no sentirse uno de ellos. Todas las señoras llevan abanicos, utilizan su lenguaje con claridad de propósitos; y es una fiesta innombrable de la comunicación, saber los significados de cada movimiento.
El
lenguaje del abanico
Sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro: sígame.
Sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro: sígame.
Sostenerlo
con la mano izquierda delante del rostro: busco conocimiento.
Mantenerlo
en la oreja izquierda: quiero que me dejes en paz.
Dejarlo
deslizar sobre la frente: has cambiado.
Moverlo
con la mano izquierda: nos observan.
Cambiarlo
a la mano derecha: eres un osado.
Arrojarlo
con la mano: te odio.
Moverlo
con la mano derecha: quiero a otro.
Dejarlo
deslizar sobre la mejilla: te quiero.
Presentarlo
cerrado: ¿me quieres?
Dejarlo
deslizar sobre los ojos: vete, por favor.
Tocar
con el dedo el borde: quiero hablar contigo.
Apoyarlo
sobre la mejilla derecha: sí.
Apoyarlo
sobre la mejilla izquierda: no.
Abrirlo
y cerrarlo: eres cruel.
Dejarlo
colgando: seguiremos siendo amigos.
Abanicarse
despacio: estoy casada.
Abanicarse
deprisa: estoy prometida.
Una gala memorable
Los hombres visten guayaberas y pantalón fino. Las mujeres, vestidos muy elegantes. Suena Almendra y damas y caballeros se toman de las manos, danzonean a la vista de todos en el parque Jesús Rabí. Abanicos florecen como mares, baten un aire de ternura que llega a todos los presentes. Luego se van al cine teatro Bélic y hechizan a los espectadores con la memoria fotográfica del Festival inicial; aplauso cerrado en el público al concluir el visionaje. Luego boleros clásicos cantados por féminas de cuerpos gastados, pero con una magia tan juvenil, que pronto olvidamos el cuerpo y disfrutamos la canción. Asaltan el escenario una variedad de coreografías danzarias; a uno no le queda más remedio que batir palmas y reconocer la calidad de las mismas. Los abanicos ornamentan cada número que sube a escena. ¡Cuánta delicadeza! ¡Cuánta maravilla! Aplauso cerrado y ojos abnegados en lágrimas. Llega el Mariachi de Guisa “La ley del monte”. Corridos y baladas románticas coronan el día. Las pasiones se encienden. Los aplausos parecen fuegos artificiales, rompen en cualquier momento y lugar de las lunetas.
Los hombres visten guayaberas y pantalón fino. Las mujeres, vestidos muy elegantes. Suena Almendra y damas y caballeros se toman de las manos, danzonean a la vista de todos en el parque Jesús Rabí. Abanicos florecen como mares, baten un aire de ternura que llega a todos los presentes. Luego se van al cine teatro Bélic y hechizan a los espectadores con la memoria fotográfica del Festival inicial; aplauso cerrado en el público al concluir el visionaje. Luego boleros clásicos cantados por féminas de cuerpos gastados, pero con una magia tan juvenil, que pronto olvidamos el cuerpo y disfrutamos la canción. Asaltan el escenario una variedad de coreografías danzarias; a uno no le queda más remedio que batir palmas y reconocer la calidad de las mismas. Los abanicos ornamentan cada número que sube a escena. ¡Cuánta delicadeza! ¡Cuánta maravilla! Aplauso cerrado y ojos abnegados en lágrimas. Llega el Mariachi de Guisa “La ley del monte”. Corridos y baladas románticas coronan el día. Las pasiones se encienden. Los aplausos parecen fuegos artificiales, rompen en cualquier momento y lugar de las lunetas.
Panelistas disertan
sobre el abanico
Al mediodía, almuerzo bueno. Reposo por un par de horas. Entonces llegan como hormigas al antiguo Casino Hispano-Cubano, actual casa de cultura Isidro Iglesias y un panel diserta sobre historia, usos, tipos y lenguaje del abanico, y algo muy importante, la actualización de ese imaginario con la propuesta de un nuevo lenguaje en el reglamento de los danzoneros a tono con los tiempos que corren. Aplauso cerrado ante cada disertación de los panelistas, lluvia de preguntas, respuestas inteligentes. No aparece el cansancio a pesar de la hora. Momento especial en el cierre: La casa de cultura del municipio Varadero y su círculo danzonero otorgan reconocimiento especial al círculo Juventino Leguén de Contramaestre, por la creación del Festival del Abanico en Cuba. Aplauso exuberante. Frases de elogio. Ovaciones a Enilda Rosales y al profesor Carbonell.
Al mediodía, almuerzo bueno. Reposo por un par de horas. Entonces llegan como hormigas al antiguo Casino Hispano-Cubano, actual casa de cultura Isidro Iglesias y un panel diserta sobre historia, usos, tipos y lenguaje del abanico, y algo muy importante, la actualización de ese imaginario con la propuesta de un nuevo lenguaje en el reglamento de los danzoneros a tono con los tiempos que corren. Aplauso cerrado ante cada disertación de los panelistas, lluvia de preguntas, respuestas inteligentes. No aparece el cansancio a pesar de la hora. Momento especial en el cierre: La casa de cultura del municipio Varadero y su círculo danzonero otorgan reconocimiento especial al círculo Juventino Leguén de Contramaestre, por la creación del Festival del Abanico en Cuba. Aplauso exuberante. Frases de elogio. Ovaciones a Enilda Rosales y al profesor Carbonell.
Lluvia y baile de gala
Aguacero torrencial. Rayo despedaza tendido eléctrico en Cruce Macario, muy cerca del evento. Una parte del pueblo queda sin corriente. Larga espera para ir al baño y la comida. Cesa la lluvia. Apagones reiterados. En medio de todo eso la energía no decae y a las once de la noche, ya fuera de horario, rompe el baile de gala, acompañado de rifas y competencias danzoneras. Cada círculo danzonero muestra su mejor coreografía. A las cuatro de la mañana del 9 se van por unas horas a la cama. Aseo. Desayuno. Recorrido por la ciudad.
Aguacero torrencial. Rayo despedaza tendido eléctrico en Cruce Macario, muy cerca del evento. Una parte del pueblo queda sin corriente. Larga espera para ir al baño y la comida. Cesa la lluvia. Apagones reiterados. En medio de todo eso la energía no decae y a las once de la noche, ya fuera de horario, rompe el baile de gala, acompañado de rifas y competencias danzoneras. Cada círculo danzonero muestra su mejor coreografía. A las cuatro de la mañana del 9 se van por unas horas a la cama. Aseo. Desayuno. Recorrido por la ciudad.
Promesas de volver
Plato fuerte de domingo: “Exposición y venta de abanicos”. El corredor del hotel Caribeño se inunda de personas. Abanicos nunca soñados están a la vista. Cinco mesas engalanadas sirven de plataforma al más grande acontecimiento del verano aquí en Contramaestre. Mujeres, hombres y niños compran la anhelada prenda. Un jurado premia a las ganadoras. Aplausos. Caravanas de carros observan el hecho. Cuánto aprenden los más jóvenes de personas con el cuerpo agotado por el paso de los años, pero con un espíritu pleno, empeñados en vivir cada minuto de la vida, como si fuera el último. No hay tiempo para achaques, ni dolores. Disfrutan. Bailan. Bailan danzones una y otra vez. Son el centro de la ciudad. Nadie podrá olvidarlos por mucho tiempo. Llega la despedida. Abrazos. Besos. Promesas de volver a la tercera edición. Salud para todos, porque vejez sobra, dice una viejecilla adorable. Cae el telón y los danzoneros regresan a sus pueblos; atrás queda el único municipio de Cuba que celebra cada año, en agosto, su Festival del Abanico. Si Holanda es el país de las flores, Contramaestre es ya el pueblo de los abanicos.
Fuente: Tomado de http://www.radiogritodebaire.icrt.cu/index.php/arte/1622-si-holanda-es-el-pais-de-las-flores-contramaestre-es-el-pueblo-de-los-abanicos
Plato fuerte de domingo: “Exposición y venta de abanicos”. El corredor del hotel Caribeño se inunda de personas. Abanicos nunca soñados están a la vista. Cinco mesas engalanadas sirven de plataforma al más grande acontecimiento del verano aquí en Contramaestre. Mujeres, hombres y niños compran la anhelada prenda. Un jurado premia a las ganadoras. Aplausos. Caravanas de carros observan el hecho. Cuánto aprenden los más jóvenes de personas con el cuerpo agotado por el paso de los años, pero con un espíritu pleno, empeñados en vivir cada minuto de la vida, como si fuera el último. No hay tiempo para achaques, ni dolores. Disfrutan. Bailan. Bailan danzones una y otra vez. Son el centro de la ciudad. Nadie podrá olvidarlos por mucho tiempo. Llega la despedida. Abrazos. Besos. Promesas de volver a la tercera edición. Salud para todos, porque vejez sobra, dice una viejecilla adorable. Cae el telón y los danzoneros regresan a sus pueblos; atrás queda el único municipio de Cuba que celebra cada año, en agosto, su Festival del Abanico. Si Holanda es el país de las flores, Contramaestre es ya el pueblo de los abanicos.
Fuente: Tomado de http://www.radiogritodebaire.icrt.cu/index.php/arte/1622-si-holanda-es-el-pais-de-las-flores-contramaestre-es-el-pueblo-de-los-abanicos
Rosa Maria Dominguez: Me parece ver a mis padres, bailando esos danzones! Y los abanicos, preciosos!
ResponderEliminarNelsy Del Toro Tamayo: me encanta y no me perdía ni uno....bonito
ResponderEliminarJulio Concepcion: Brother . esto esta hermoso e interesante . gracias.
ResponderEliminarAlejandra Carolina Trechet: Me gusto mucho, no sabia que con un abanico se podian decir tantas cosas....
ResponderEliminarAriadna Macias: Lindo reportaje
ResponderEliminarArnoldo: Eres muy imaginativo con alguna dosis de realidad.-Te felicito.-
ResponderEliminarNo se puede comparar a un país con un pueblo que tanto quiero, por el uso del abanico.-Yo recuerdo que contra el calor, en Contramaestre, se usaban las " pencas "de de yarey; y los pocos abanicos que se veían, eran de españolas. Te recuerdo que Andalucía, y en particular Sevilla,es la tierra de los abanicos y el " arte de las mujeres " en su uso.-
Dicho lo dicho, te felicito por ver la conjunción del abanico con la indumentaria de la pareja bailando un son, que me trae tantos, tantos...recuerdos, que posiblemente en la próxima Primavera reviviré.-SALUDOS : PEPIN