LOS PICAPEDREROS", DE GUSTAV COURBET |
Por Olbert Gutiérrez Fernández. (Editor del Cubo Oriental)
En muchas
jornadas veraniegas, en las que cesan las actividades docentes a las que me
dedico como profesor de Historia, aquí en el oriente de Cuba, el dinero de las vacaciones empieza a
esfumarse de mi bolsillo. He tenido que sudar picando y sacando piedras para buscarme unos quilitos y al menos comer dignamente.
A raíz del
esforzado tiempo que he vivido un par de meses haciendo este trabajo, me han entrado mucho
ganas de escribir sobre los picapiedras de
Contramaestre. Nada mejor entonces que conversar con uno de mis parientes, que lleva unos
cuantos años, jugándosela en esta aventura.
-¿Es verdad que sacar piedras da
dinero? – pregunté para provocarlo.
-Bueno, si
trabajas con inteligencia y sin maltratarte, vale realmente la pena. – Responde muy tranquilo.
-¿Es un trabajo duro entonces? –Insisto.
-Sí, hay que cogerlo con calma, sin matarse. Si lo coges con mucha
furia te revienta. Mira, ahora mismo me pasé un mes sin trabajar porque el
tractor se rompió; pero lo aproveché para recuperarme físicamente.
-¿Qué se necesita para ser un picapiedras?
Un par de
guantes, pantalón, camisa a mangas largas, machete, barreta y mandarria. Se trabaja en
lugares intrincados, donde hay mucho
guao, bejucos con espinas, alimañas de todo tipo.
-¿Vale la pena un trabajo así?
No
tenía zapatos y otras cosas que me hacían falta y gracias a mi consagración aquí, me los compré. Es una pincha en que te la
pasas al sol el día entero, gastando energía y haciendo fuerza; para el que no esté
adaptado, es muy perjudicial para la salud. Un error te puede crear una hernia o
joder la columna. Es tres veces más
gasto de energía que cualquier trabajo simple. Hay que sacar las piedras,
llenar la carreta y hacerlo con las exactas, porque si no la llenas bien,
no hay buena paga.
-Sacarlas y llevarlas al vehículo que va a
trasladarlas es un tremendo desafío. ¿Verdad?
Para uno
solo es una mañana trabajando sin descansar; pero cuando somos más, comenzamos a las siete y antes de la diez tenemos dos carretas llenas. Cuando el tractor
llega, nos pasamos media hora cargando cada carreta.
-¿Crees que sacar piedras es un
trabajo digno?
No es un
trabajo vinculado al Estado; no pagas seguridad social; pero es algo muy digno, pues no te perjudica, ni te
enreda con la ley.
- ¿A qué peligros te expones día a
día?
Usamos guantes,
sin ellos esto es una locura. Yo he recibido unos cuantos picotazos de
alacranes, arañas peludas...
-¿Cómo eligen los lugares para sacar
piedras?
En mi caso ya
tengo un lugarcito para trabajar que no tiene nada que ver con las fincas
de los campesinos.
-¿Hay muchas personas aquí en
Contramaestre que se dedican a picar piedras?
-Hasta donde
se, somos unos cuantos grupos, por lo menos aquí en la zona donde trabajo.
Mira, ahí mismo, al frente, hay dos socios metidos en su pedacito.
No es algo
fijo. A veces los mismos tractoristas son los que eligen donde hay buenas
lajas. A mí me dijo uno donde había y nos fuimos a inspeccionar. Nos pusimos de
acuerdo y nos quedamos.
¿Vale la pena tanto esfuerzo?
-Es un
trabajo donde inviertes no más que tu fuerza y acaso la merienda que llevas.
Merienda que en todo momento debe ser reforzada. Para tener una saca de piedras,
hay que estar bien alimentado dada la intensidad de lo que hacemos. Otra cosa, es mejor
que la merienda sea económica porque si la buscas muy cara no da la cuenta. El objetivo es
gastar menos para hacer más.
Al principio
yo me mataba, pero poco a poco le cogí el ritmo y saco una carreta diaria; son
100 pesos (4 CUC).
-¿Adónde llevan las piedras?
Al molino de
Ariel en Cruce de Anacahuita, allí es convertida en múltiples fines. Tiene un contrato con Fábrica de Puentes. Cuando
a esta última se le acaba la materia prima para hacer piezas prefabricadas,
mandan carros allí y van cumpliendo sus planes.
Hablemos ahora de dinero. ¿Cuánto
vale cada carreta de piedras?
De cincuenta
a cien pesos. El del molino paga al del tractor y el tractorista viene y te da
lo tuyo.
-¿Trabajas todos los días?
El día que
no saco piedra, es dinero que me dejo de buscar y la cosa está muy mala. Uno
de los trucos claves de esto es que tienes que ser constante. No podemos obviar
el descanso, pero si el cuerpo está en óptimas condiciones, fuego a la lata,
digo, a las piedras. En los primeros meses trabajaba de domingo a domingo.
Ganas entonces unos 700 pesos a la
semana, que en el mes vienen siendo 2800 (112 CUC). ¿Trabajar así, con esa entrega, no te
ha traído problemas de salud?
Los que nos
aventuramos en esta pincha aprendemos con el tiempo. Al principio te duele el
cuerpo, pero luego te vas adaptando.
¿Cómo es un día sacando piedras?
Yo me
levanto a las cinco y media de la mañana. Como vivo distante en lo que llego son
las siete. Empiezo. Como a las diez hago un receso y me como la meriendita. De
ahí comienzo otro turno hasta las doce. Luego almuerzo lo que llevo y tengo un
lugarcito donde me doy una breve siesta, hasta hecho un sueñito. A las tres me
pego hasta a las cinco y algo más. Cuando quiero aprovechar el día me extiendo
hasta la más profunda oscuridad. Después, retirada a casa, baño, comer y a la
cama.
¿La saca de piedras
es todo el año?
Lo hacemos
por temporadas porque es muy duro. No podemos decir que nos vamos a dedicar por
entero a ello; trabajamos tres o cuatro meses y hacemos un dinero rápido. No es
lo mismo ganarse 25 pesos al día en una empresa estatal, que cien pesos en un
rato. La necesidad obliga, ¿entiendes?
Por donde quiera
que tú lo mires es mejor. Aquí se gana una platica limpia; no le robas a nadie y
sobre todo, lo haces con el sudor de tu frente.
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