Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com
Un
25 de agosto de 2009 eché el bote al agua;
en principio movía los remos con extremo cuidado; sabía de los
centinelas, prestos a confundir buenas intenciones, con malogrados juegos
imperiales. Donde vivo la condición de plaza sitiada ha imperado siempre. Después
procuré no hacer mucho ruido y avanzar; avanzar hacia el anchuroso mar azul
llamado Internet, aprovechando los vientos del Caribe, con las velas
espléndidamente izadas.
En
el Café de la joven ciudad donde vivo, amigos y adversarios cuestionaban mi
aventura a lo desconocido. Una corresponsalía de televisión servía al ojo
orwelleano que día por día leía todo y esperaba un error; alguna lectura
mercenaria; o cualquier desviación ideológica. No se cuántas fueron las veces
que algunos amigos me advirtieron de ello;
pero como obraba según mi conciencia y dictados PATRIÓTICOS, nunca sentí
miedo y no lograron hacerme desistir de mi propósito de SER BOLGUERO desde un
pueblillo de tierra adentro, en el oriente cubano más humilde.
Llegué
al océano, tan azul e impresionante. Toqué muchos tambores y empezaron a
llamarme la voz del Contramaestre crecido. Personas venían; agradecían mi
aventura; confesaban ser adictos a mis
historias, fotos, audios, videos...
El
escritor Orlando Concepción, único tripulante a bordo en el primer año de mi
“Caracol de agua” –así se llama este proyecto que hoy cumple ocho años-, me
dijo que tenía una granada sin espoleta en la mano, podía hacerme polvo en
medio de la red sobre la que avanzaba con buen viento, pero con muy malos
augurios. Algunos repentistas ocasionales improvisaron décimas al Caracol; otros decían que caminaba sobre el filo de
una navaja afilada y que el Palacio de Versalles me tenía reservada una de sus
mejores habitaciones oscuras. Todos los 25 de agosto de cada año he venido
celebrando el cumpleaños de mi “Caracol de agua”; unas veces de manera sencilla;
otras, muy pocas por cierto, de forma esplendorosa.
En
el aniversario siete lo hicimos por todo lo alto. Mi amigo Ricardo del Toro, en
un gesto altruista, ayudó a la publicación en formato de papel de “Cuba con los mismos bueyes” (Compilaciónde historias sobre Cuba y su gente, del blog Caracol de agua”. “Publicaciones Entre Líneas” recibió el proyecto y de
manera entusiasta, Pedro Pablo Pérez Santiesteban, se encargó de la edición,
diseño y presentación al mercado del
mismo; así llegó a Amazon, donde puede
comprarse, aunque en honor a la verdad y
según mis fiadores, no se ha vendido como creíamos. (CLIC AQUÍ PARA COMPRARLO+)
También
celebramos en mi casa verde, poetas, narradores, filósofos, trovadores y profesores
universitarios, con un kake azul y el
7 a la vista. Fue una fiesta
hermosa. Hablamos de todo, aunque en
medio de la alegría, apareció un tipo muy extraño a preguntar si en los últimos
días habíamos tenido fiebres, dolores de cabeza
o alguna otra situación de salud. Sus ojos hicieron un paneo de águila;
nos dimos cuenta enseguida; por eso lo
invité a pasar; a quedarse con nosotros,
a celebrar; puse un café humeante en sus manos, no le quedó otra que
agradecerme y salir presuroso a la agenda de su día. Mi amor me llamó “Cimarrón
de ideas martianas”. Otros interpretaron el siete en la historia. Llegaron fotos bellísimas de almas muy
queridas retratadas con el Caracol de agua en sus manos. Felicitaciones de
muchos países del mundo llovieron sobre mi Chat en Facebook y en las mismas
publicaciones de mi blog, que por esos días compartió un dossier con palabras
de todas las personas que me honraron
con elogios y recomendaciones.
En
el año 8 de mi “Caracol de agua”, no han
faltado sinsabores, malos augurios,
falsos mares; pero hemos seguido navegando, ahora más enfocados que nunca en la
defensa de la identidad guajira de oriente y en la memoria histórica de toda esa
gente digna de tierra adentro, campesinos chéveres y gente humilde de la Patria, que saludan con un
compay, un buchito de café, un trago de aguardiente y un fuerte apretón de manos
mirándote directo a los ojos. Yo nunca
he dejado de mirar recto; el CARACOL
tampoco. Esa ha sido nuestra mayor DIGNIDAD.
Luz Almeida Me encanta leer tus escritos yo muchas veces creo que estoy oyéndote hablar.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarArnoldo:Felicidades por el aniversario de caracol de agua, quería agradecerte por tus artículos interesantes y la pasión con que los escribes .sigue adelante que vas por un buen camino. Un abrazo sincero desde Torino.
ResponderEliminar