"...lo que hay que cuidar es la amistad, mejor, la hermandad”. |
Por Anoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com
Ha muerto el GORDO ENCINA. Hasta
para morirse fue poeta. Escogió el 8 de septiembre de 2017, DÍA DE LA
VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE. Lo
hizo bajo un aguacero en la tarde. Los que mueren en momentos de lluvia son
demasiado buenos. Así lo quiso Vallejo en un verso: «Me moriré en París con aguacero, / un día del cual tengo ya el recuerdo» Ha muerto Eduard Encina; siempre estuvo al lado de los
amigos, porque se sabía imperfecto; quizás demasiado poeta. Ingería café como Balzac; no le importaba el
tamaño de su corazón; allí tenía afectos
hasta para sus enemigos. Cuando alguien
me lo dijo creía estar leyendo “Temporal”, uno de sus cuentos memorables, o tal
vez “Gris” y recordaba los $500 dólares
ganados como premio y el uso de los mismos para la placa de su casa. Hasta para morirse fue poeta, quiso hacerlo
cuando el Huracán Irma dejaba atrás a Contramaestre, a Baire, sus ínsulas de sueños y luchas. Nadie recordaría
a Irma, la noticia era él: HA MUERTO UN POETA
LLAMADO EDUARD ENCINA, no ese huracán malo con nombre de mujer. Hace tres días hablamos por teléfono. “Ahora
sí que eres mi hermano, pienso todas las semanas en ti. No imaginas cuánto te quiero. No imaginas cuánto, Guajiro”; fueron sus últimas palabras para mí. Nunca
tuve el valor de retratarlo en sus días de ingreso, de entrevistarlo como una
vez lo hice temerariamente con otro gran amigo, al que se une ya en otra dimensión
llamado Orlando Concepción Pérez. Recuerdo cuando leímos juntos una reseña en
Cuba Encuentro que lo llamaba Cimarronzuelo y entonces dije “¿por qué no
montamos un blog y te identificas como “CIMARRONZUELO ORIENTAL?”, le
encantó la idea y salió a navegar sin
saber muy claro el mar que había tomado. Lo cierto es que se volvió entusiasta
de Internet, las redes sociales, los blog; al extremo de participar en varios
cursillos míos, y ser un eterno discutidor de todo lo que andaba en la red. Muchas
veces nos fajamos en buen cubano por cuestiones intelectuales, pero siempre me
decía “SOMOS AMIGOS por encima de todo”. En sus días colombianos hablamos por
el Chat de Facebook, largo. Estas fueron mis palabras: “no dejes de leer http://caracoldeagua-arnoldo.blogspot.com/2017/07/cuba-y-su-matrimonio-de-58-anos-con-el.html
te acercará al corazón de Cuba como nunca antes....Un abrazo y seguimos hermanados,
a pesar de las diferencias que a veces nos alejan; usted siempre será el POETA
MAYOR....Otro abrazo y cuídate. Pronto regresas a la bohemia, los gallos, la
afectividad, los licores para libar, el rumor de los pocos pinos que aún baten
sus ramas en Baire”. Allí me confesó, lo que se me antoja ya su testamento
“ético”: “Un abrazo grande también hermano, las diferencias no nos alejan men,
nos hacen diferentes, y qué bueno porque si coincidiéramos en todo sería muy
aburrido y poco provechoso, lo que hay que cuidar es la amistad, mejor, la
hermandad”.
Profundo dolor por esta pérdida irreparable.
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