Por Arnoldo Fernández Verdecia.caracoldeaguaoriente@gmail.com
A Abdiel Bermúdez
La vida enseña a no errar, a no
volver por el mismo trillo si un león hambriento te espera en la esquina del
árbol frondoso para cazarte. A veces el león hambriento es uno mismo que tiene
sed de bien y cruza el límite de la guardarraya, entonces la caravana cierra la puerta y la
razón toca el hombro.
Pero el hombre de bien se
levanta, sigue el camino, no olvida sus responsabilidades, ni se vuelve un
amargado, un resentido. Hay diversas maneras de ayudar a un país. Decía nuestro José Martí: “Se es bueno porque
sí; y porque allá adentro se siente como un gusto cuando se ha hecho un bien, o
se ha dicho algo útil a los demás. Eso
es mejor que ser príncipe: ser útil”.
Entonces, déme Cuba en qué
servirla y gozoso de amor haré por ella, lo que un buen hijo hace por una madre
buena.
Qué bien. Usted es un buen cubano, amigo mío. Y hay cosas que van tan adentro, que nada nos separaría de ellas, por andar ajenos a los tsunamis del desamor y otras muchas dentelladas de la vida.Un abrazo enorme. Sigamos jugando en el mismo equipo.
ResponderEliminarAsí hablan los patriotas. Abrazo
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