Por Dayamí de las Mercedes Almaguer
Por Yunior García Ginarte
Entre los intentos de hacer perdurar la presencia de Martí en la plástica cubana, florecen las iluminaciones del pintor contramaestrense René Emónides Quintana que recontextualiza al héroe con sinceras pinceladas de fácil comprensión. Incorpora la perspectiva municipal, que de hecho lo universaliza.
René Emónides, que si bien no deja de centralizar la figura, la lleva a los ambientes más insospechados. La mueve hacia los centros donde la imagen del cubano se pierde entre el turismo o el transporte de pasajeros. Se trata de una fotografía naiff en la que anda por la atmósfera, en la que se anuncia con dolor o comprende incluso a los seres sociales que menos podrían llegar a comprenderlo. AVE FÉNIX; MEMORIAS DE ULTRATUMBA; HOJA DE RUTA, POR FAVOR; son obras muy elocuentes, sin embargo LA ÚLTIMA CENA nos traslada a la escena, a un Martí acompañado por grandes personalidades históricas.
No deja de ser simbólicamente eje del movimiento y contenido visual la figura martiana, pero su razón concuerda en nivel de importancia con todos los que le acompañan a su izquierda, hombres que en diferentes naciones viven gracias a su obra y virtud. Hombres sanos, y de esa pureza es testigo el alimento, capaz de desenmascarar -aún por quien no los encuentra- la salud de sus ideas por el bien ajeno, los vegetales y la cruz, -muy latina- que los une en un solo dios: el hombre. A su derecha Hitler y Drácula encabezan y unen la cena de sangre y dolor. Indiscutiblemente el peso por honradez cae en Quijote defensor de los hombres que fueron, serán y los que vendrán. Si bien hemos encontrado a Martí rodeado de palmeras, o monte, si bien lo definimos como Carlos Enríquez, aún en Dos Ríos acompañado de mulatas hacia la gloria, es un elogio de Emónides centrarlo entre tantos cuerpos que lo hacen grande y pequeño, tenaz y líder.
Aún en este marco histórico y político las significantes nos conducen al hombre que lucha con otros hombres, al ser humano capaz de ser solo eso: un verdadero ser humano. Es fuerte la integridad del contenido que emana de esta obra de arte, es una cena cubana muy precisa entre las tantas dentro de la historia del arte universal. Su fuerza cae en el todo de la representación y su reconocible semejanza, en su posición en el orden ético y postura social, en tanto dialoga “ vita brevia est, art longa” y esa vida se alarga en otra , gracias a obras como esta.
Otro conjunto muy definitivo por su diferencia es TRANSPORTACIÓN MASIVA. Entran en disputa valores, símbolos, posiciones y direcciones que la hacen más polémica y nutritiva. Todo surge de la experiencia de un hombre incapaz de moverse gracias a la ingratitud de otros, una experiencia que de poema pasó a cartulina. Para muchos a simple pintura, para otros, a óleo sobre cartulina. Descubrimos la dimensión del pintor al viajar conducido por Martí. Un héroe que pasa a ser líder de tantos héroes de la actualidad. ¿Qué origina la polémica: si chofer o pasajero, si pueblo o simplemente una persona que no va con él? De primera instancia son contradicciones de conceptos, de segunda, diríamos diferencias de contenidos que nos hacen asumir la diversidad como el desarrollo y permanencia de la obra. Si nos centramos en las configuraciones y las diferencias, más que elementos estructurales constituyen espacios con rangos definidos: los más pequeños integran la masa, el todo unido; las áreas más visibles y claras, integran el objeto centro que equilibra la composición en su forma, que atrae el contenido hacia la derecha.
Sin embargo, remitirnos a la percepción nos lleva a la simplicidad y la continuidad, al contacto y las semejanzas, al equilibrio de funciones: juzgarlo como chofer limita su posición, incluso ofende otra visión que no sea la individual y lo enmarca en el contexto contramaestrense en que este personaje (chofer particular ) tiene una definición típica, ajena de todo elogio. Hasta el momento, no podemos referirnos sino al contenido enraizado en respuestas sociológicas, en la conciencia cognoscitiva del creador. La comunicación solo mantiene un punto de contacto: los gestos y actitudes que lejos de contradecir atrae al efecto de continuidad en el que el recorrido tiene un papel preponderante: ver el chofer en esa posición obliga a mirar el resto, pero a observar con un efecto de significado. El contexto donde nace la composición se aleja, el creador se acerca. La rectitud de las áreas y la horizontalidad de las líneas nos conducen al otro marco de la pintura, a esa dimensión que en ocasiones como esta, hace tanta falta: nos vamos hacia el contenido surgido de los suplementos verbales proporcionados por el artista.
Sin dudas TRANSPORTACIÓN MASIVA es el pasaporte a la gloria, a la permanencia de la obra. El título es el elemento unificador entre la respuesta sociológica de Emónides y el espectador. Indiscutiblemente todos y cuando decimos todos hablamos de cubanos- logramos suspirar viendo a Martí cargar a cuestas nuestros problemas y siempre conducir a respuestas por el bien colectivo. Una vez más, el Apóstol nos critica por ser unilaterales y no percatarnos de que cuestionar solo conduce a perjuicios sociales; alejamos lo que puede constituir uno más, y uno más significa fortaleza, unión. Entonces, lo que pudo ser ofensivo, es sencillamente inmortal.
Sucede que no estamos acostumbrados a creer y ver al héroe fundido en una imagen de nuestro tiempo, si lo vemos entre naturaleza y mulatas nos acomoda más, que asociarlo a un camión particular o a un hombre que a pesar de heredar una ideología pequeño burguesa también asume conductas favorables. Estar Martí en esa dirección, en esa posición, ubicarlo así, acercar su mundo al de estos hombres ayudará a que estos piensen más en el destino de todos. El complemento verbal o título de la obra: TRANSPORTACIÓN MASIVA, rompió barreras éticas al definir a Martí como el líder de estos tiempos y bajo cualquier circunstancia. Sin dudas es un aporte al estudio de la eticidad martiana al enriquecer la vigencia de su pensamiento en la contemporaneidad.
Si bien es cierto que LA ÚLTIMA CENA, TRANSPORTACIÓN MASIVA y otras como AVE FÉNIX vislumbran el éxito del creador, otras como MEMORIAS DE ULTRATUMBA nos remite al suplemento verbal y deja un sabor diferente: nunca, por muy desprejuiciados debemos perder el contenido que procede del medio de la obra, el que se deriva del contexto, no del creador, ni del especialista; y menos perder el contenido que emana de la participación en una tradición iconográfica específica.
Sí, es válida la diversidad y polémica, las diferencias y actitudes, pero si hablamos de objeto social unido a estos tres contenidos, la diversidad llega al sistema. Cabe preguntarse: ¿La configuración dialoga en armonía con su concepto? ¿Ese símbolo cobra igual fortaleza que el resto de los signos? Hablamos en un sentido artístico y técnico. Una configuración cargada de emociones y puntos de vista puede fortalecer la obra, no socialmente ya, sino como obra de arte en su sentido más completo. Qué saludable escuchar un sí, un no; profesionales que aplaudieron; intelectuales que cuestionaron, hombres todos que defienden por encima de cualquier figura, su ética.
Fragmento del ensato inédito: "Se de un pintor atrevidor".
Yunior García Ginarte (Periodista de la emisora Radio Bayamo en la provincia Granma, Cuba)
Dayamí de las Mercedes Almaguer (Realizadora de programas de radio en Bayamo, provincia Granma)
Fotografías:
1. Pintor René Emónides Quintana.
2. Obra: Memorias de Ultratumba.
3. Obra: La última cena.
4. Obra: Transportación masiva.
5. Obra: Ave Fénix.
6. Obra: El Rapto.
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Gracias al internet que junto al caudal creativo , ocultos y ya no tanto ,dan a conocer el talento creativo de esta nuestra tierra contramaestre . Perdurar es sinonimo de crear y es esta la razon por la que nuestro pueblo ya se quedo.
ResponderEliminarUna ves mas gracias a ti Arnoldo y a todos por dejarnos entrar.
Julio Cesar Concepcion.