martes, 29 de noviembre de 2011

Columnas ciclópeas en medio de huracanes y naufragios













Por Arnoldo Fernández Verdecia
 
El último aliento 
Nunca imaginé que hoy 28 de noviembre de 2011 recibiría una noticia triste. A las 3 y 10 de la madrugada, una llamada telefónica me sacó del sueño. Un presentimiento aleteó en mi razón, tenía que ver con la Vieja. Rogué a Dios no fuera así, pero algo muy dentro me dijo, “ha muerto”
Inicié el camino al hospital. Al llegar, los ojos de mi tío hablaron: “A las 3 y 55 se apagó. No sufrió. Sus palabras finales fueron: No me lleven. No me lleven. No quiero ir”. 
Dice mi Abuelo que me llamó varias veces. Cuanto lamento no haber estado en sus últimos minutos. 
Siempre tuve el sueño de escribir sobre su noviazgo con el Abuelo, el longevo matrimonio que hoy la muerte destruye, pero no tenía valor. Cada vez que lo intentaba, una extraña pesadumbre me negaba el derecho. El 19 de noviembre asumí el reto y en 8 días terminé el texto que pretendía compartir con mis amigos en el mundo. El 27, concluí la última idea. Nunca imaginé que un día después, el 28, recibiría una noticia tan triste: ha muerto mi madrecita y estoy desolado. Al menos me queda el consuelo de no verla sufrir en sus últimos minutos de luz, de haberle hecho un regalo anticipado por su cumpleaños. 
Coloqué un beso en cada una de las mejillas y en la frente de mi Vieja. Afuera las estrellas reinaban. El frío era intolerable. Pensé en el Viejo, en la soledad que acompañará sus días y no pude evitar lágrimas. 
Mi padre habló de flores blancas y su voz quebró antes de terminar la idea. 
Es 28 de noviembre y comprendo el simbolismo del dolor, cuando se pierde al ser más querido de la existencia: la Madre. 
Vieja, reposa tranquila. Fuiste la gran matrona que contra viento y marea mantuvo unida a una extensa familia hasta el último aliento. 
 
Una invitación impostergable 
Termina el 2011, y desde que Caracol de Agua comenzó a navegar en Internet, acaricié la idea de un homenaje a los 80 años, unidos en el amor, de los viejos que me abrieron las puertas al porvenir. Ello justifica esta historia, que puede ser la de muchas parejas de enamorados en el mundo. Tiene como peculiaridad el siguiente aserto de Erich Fromm: “El amor es una actividad, no un afecto pasivo; es un estar continuado, no un súbito arranque. En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir”. (Fromm, E: 1994: 31) Mis viejos, a sus 96, han vivido regidos por cada una de las ideas señaladas por Fromm. Sirvan las palabras iniciales, de nuestro texto, para invitar, a nuestros amigos en el mundo, a leer: “Columnas ciclópeas en medio de huracanes y naufragios”. 
  
Mi Vieja















Enma Ramos Ríos, mi madre, o mejor, la Vieja, nació en Las Lajitas el 21 de diciembre de 1915, en una pequeña aldea, cerca de Maffo. Sus padres Eulalia y Juan alimentaron su vocación virtuosa. Para ellos, la hija debía salir bien casada del hogar. 
Mi Vieja fue a la escuela hasta el cuarto grado. Su padre la enseñó, muy niña, a leer y escribir. Vivió 24 años junto a ellos, en una casa rodeada de cafetales y el trino del sinsonte. Alegraron su vista, cartacubas, tocororos, zorzales, tomeguines, carpinteros reales; una fauna encantadora. 
No faltaron frutas del país como piña, anón, zapote, guanábana, platanito, anoncillo, chirimoya, mandarina y guayaba criolla, por sólo mencionar las más codiciadas. Todas, en alegre convite, invitaban al saboreo de la cubanía. Creció rodeada de animales, sobre todo caballos, por eso fue buena jineta y sus paseos a Maffo, generalmente los hacía sobre un rocinante. 
Gustaba de la buena música. La esposa del maestro de Maffo, Catalina de Sierra, la buscaba en auto los fines de semana, y la traía a los bailes de salón, muy populares en aquella época (inicios del siglo XX). 
Su familia gustaba hacer excursiones a caballo para visitar a compadres y comadres, celebrar alguna fiesticilla, o tributar algún homenaje a un fallecido, una recién parida o un enfermo. 
En ese ambiente, de humilde educación, vivió mi Vieja su niñez y primera juventud.

Mi Viejo












Sulpicio Jesús Fernández Peña, mi padre, o mejor, el Abuelo. Nació en la finca de sus padres Herminio y Petronila, en Cruce de Anacahuita, a unos cuatro kilómetros de Contramaestre. 
El padre lo enseño a leer y a escribir. La matemática llegó a su formación de manera autodidacta.
Su niñez transcurrió en el alegre fantasear de una familia humilde. No faltaron en su casa las celebraciones festivas de santos, cumpleaños familiares, rituales mágicos religiosos, sobre todo, el espiritismo de cordón, y el de la Virgen de la Caridad. 
La niñez y juventud las vivió junto a sus padres.
El trabajo en la tierra, la atención a animales de corral, ganado vacuno y el tiro de caña, en un camión de carga, durante las primeras zafras del central América, fueron sus labores de iniciación. 
Luego fue vaquero; un hecho que definió profundamente sus habilidades como fabulador. Grandes lotes de ganado tenía que llevar de una región a otra en la antigua provincia de Oriente. En las noches, mientras descansaba, junto a sus colegas, el señorío de la palabra se adueñaba del ambiente. La imaginación ganó terreno y fue una especie de Midas, que todo lo que hablaba convertía en ficción. Era difícil definir el límite entre realidad e invención en la palabra del Abuelo. 
Tocaba el tres, un instrumento musical, muy cubano, incluso alardeaba con el bongó.
El gallo fino fue su mayor afición. Tenía varios patios en la extensa tierra de su padre.
Era un jinete insuperable, por eso participaba en carreras de caballo todos los fines de semana en Maffo, y hacía de sus corceles magníficos compañeros. 
En ese ambiente, rodeado del cariño de una extensa familia y trabajos difíciles, vivió el Abuelo sus primeros años.  

 El Noviazgo












Mi Vieja y el Abuelo se conocieron en un recorrido de ocasión protagonizado por la familia Ríos. La travesía comprendió los territorios de Maffo, La Graciana y Maibio, en este último, vivía una tía de la Vieja. Hasta su casa llegó la comitiva. Varios puercos asados, coñac, cestas de frutas cubanas, viandas, hortalizas y congrí estaban servidos sobre cuatro mesas, expuestas a lo largo y ancho del espacioso patio. Vecinos del lugar e invitados, junto a la numerosa familia Ríos, celebraron durante todo el día. Un joven, de piel curtida por el sol, musculoso y buen bailador de son, atrajo la mirada de la Vieja. Cruzaron mensajes visuales y ese día disfrutaron el baile, supieron de sus familias. Allí surgió el compromiso de encontrarse en otro momento. Meses después, el joven de piel curtida, o mejor, Abuelo, llegó a Maffo, para una carrera de cintas en la que participaría. La Vieja lo esperaba y nuevamente los ojos intercambiaron ideas. Abuelo corrió esa tarde para ella, el triunfo se lo dedicó. Esa noche bailaron foltrock en un salón para blancos. Días después, la Vieja vino a pasarse una semana en la casa de su tía en Maibio. Todas las noches el Abuelo y ella se encontraban para jugar a las cartas, al parchí y a la dama china. Las visitas de Abuelo fueron habituales y pronto ganó la complicidad de la tía, que veía con buenos ojos a aquel joven. Uno de esos buenos días del campo cubano, tía llevó a toda la familia hasta una hermosa caverna, cerca del lugar; se asaron puercos; un grupo de son animó el ambiente. En el tres estaba Abuelo. Todo el día tocó varias piezas para la Vieja. A unos metros, un hilillo de río bordeaba la cueva. En un momento de asueto, Abuelo la tomó de la mano y se fueron hasta una de las pozas, donde se dieron el primer beso. De aquel lugar salieron comprometidos, y se inició un noviazgo que duró 8 años. En todo ese tiempo, los vínculos afectivos entre las familias del Abuelo y la Vieja se fueron estrechando, y ya era normal que, tanto una como otra, se visitaran hasta que los padres fijaron la fecha del matrimonio. 

  El Matrimonio 











La casa de los padres de Abuelo despierta temprano. Sus hermanos pelan varios cochinos; descueran un par de ovejos. Las mujeres preparan viandas, morcillas, dulces, pasta de bocaditos, ensaladas. Las garrafas de coñac y sendos racimos de cocos esperan. El Abuelo precisa los detalles, no quiere sorpresas. Los dos caballos para el trayecto hasta la casita, en Maffo, donde pasarán la luna de miel, están listos. La novia permanece en la residencia de la tía. El vestido es sencillo, pero luce impecable. Nadie puede verla hasta llegada la hora, dice una de las primas. Es de mal augurio, precisa. A las 2 de la tarde, del 21 de diciembre de 1939, Enma, mi vieja, aparece ante los ojos atónitos de la familia Fernández. Una enramada la recibe. El aplauso espontáneo estremece a los presentes. ¡Viva la novia! Ha llegado el momento. Suena un trino de guitarra. La décima anuncia el casorio e invita a los novios a unirse en la alegría como en la tristeza, en la enfermedad como en la salud, en la vida como en la muerte. Los padres de ambos linajes aplauden. Inicia la fiesta. Enma y Sulpicio Jesús, ya son marido y mujer. Se abrazan tímidamente ante los presentes. Rompe el septeto. El son invade la enramada. Los cuerpos se mueven. El coñac alegra. Las mujeres lo ligan con agua de coco y el sabor es divino. Algunos invitados juegan al dominó. Las parejas que pierden deben tomar posesión de las dos varas donde asan los cochinos. A las 5, alguien da la orden y bajan los animales. El chilindrón está listo; morcillas, tamales de maíz, viandas, lechugas, tomates, col, frutas del país, congrís, fuentes llenas de coñac y garrafas de aguardiente invaden los espacios. Los puercos asados son colocados sobre las mesas e inicia el convite. Ya entrada la noche, el joven matrimonio parte a caballo para la casita donde pasarán la luna de miel. Lo acompañan muchos jinetes. Se escuchan tiros de revólver, y escopetas de caza. Son nuestros fuegos artificiales, dice un hermano de Abuelo. Atrás queda una vida plena de labores y sacrificios. En el horizonte, el deseo de armar una familia, educarla y trabajar para mantenerla. Con estas ideas en la mente, el joven matrimonio llega a la residencia. 

El Hogar 
En principio, el joven matrimonio vivió en uno de los cuartos de la casa familiar donde nació el Abuelo. Varias veces recorrieron la finca en busca de un lugar ideal para construir el hogar de sus futuros hijos. Un inmenso algarrobo atrajo su atención. Las ramas se extendían sobre una planicie verde, cargada de marañones, anones, anoncillos, canisteles, guayabas criollas y palmas reales. En un espacioso alto, frente al vetusto árbol, armaron un bohío. Pencas de guano, tablas de palma, cujes, tierra blanca y buenas intenciones animaron al matrimonio. Sólo pudieron hacer dos cuartos y una cocinita. En aquel sitio encantado, los viejos construyeron una vida. Allí se amaron y unidos concibieron múltiples proyectos: el más importante, hacer una casa de mampostería bien amplia. La subsistencia fue garantizada con la crianza de puercos, vacas, pavos, gallinas, patos, faisanes y conejos. Programaban la muerte de un puerco, cada tres o cuatro meses, para tener la manteca del año. No faltaban huevos criollos, carne y leche. En la tierra disponible rotaban maíz, yuca, frijoles, tomates, boniato, calabaza, caña y sandía. Con el tiempo llegaron los hijos: 2 hembras y cuatro varones. Tuvieron que apretarse. No había espacio, ni dinero para comprar ropas, zapatos, medicinas y asegurarles educación. Las complejidades de un país pobre golpearon profundamente a la familia creada por los viejos. Cada hijo desarrolló una acción con el fin de asegurar ingresos para la economía hogareña: vendían agua, huevos, carne, leche, lavaban y planchaban. Sin embargo, la situación empeoraba, por eso mandaron a la mayor de las hijas a trabajar para un próspero comerciante que se comprometió a garantizarle estudios y salud. Otro de los hijos fue iniciado en el comercio como dependiente en una red de tiendas y bares que existían en un pueblo vecino. El resto, se mantuvo en los roles habituales que aseguraban la estabilidad económica del hogar. Al menos tenemos comida suficiente, decía la Vieja. A mis hijos nunca les ha faltado un vaso de leche cada mañana y siempre almuerzan y comen a llenarse, precisa. Era una vida sencilla en torno a un hogar que no tenía lujos, pero sí mucho amor y sacrificios. Los hijos crecieron e hicieron planes. La mayor se casó con el hijo de un comerciante gallego. Otro se fue de la casa y formó familia. El resto se preparó con el fin de conquistar el mundo. Llegado el momento, lo hicieron sin mirar atrás. 72 años de matrimonio, y 8 de noviazgo, mantienen unidos alegría y dolor. En sus respectivas poltronas, reciben al viajero cercano y dan refugio al peregrino. Protegen los ritos sagrados que unen y fertilizan la familia. Visitarlos es edificante. Son dos columnas ciclópeas en medio de huracanes y naufragios. La casa de mampostería se yergue imponente en medio del campo.
Contramaestre, 19-27 de noviembre de 2011.

Nota póstuma 
Hoy falta una columna, la Vieja, pero su espíritu sigue ahí, en sus hijos, nietos, bisnietos, en todos los que la amamos y amaremos siempre. Como fue devota de la Virgen de la Caridad, la Vieja vivirá una nueva vida, reencarnará en otras almas y la nobleza de sus palabras guiará el camino de muchos peregrinos, como el de este reportero, que un día llegó a su casa, con un año y medio de nacido, y lo hizo un hombre.
Lunes, 28 de noviembre de 2011.

martes, 15 de noviembre de 2011

Contramaestre presente en Feria Internacional de Artesanía de La Habana

“Presentaremos la Colección de Invierno Complicidad, en representación de la casa de modas La Maison. Complicidad la conforman varias obras, entre las que sobresalen: bolsas, carteras, ánforas de fibras, arreglos florales de naturaleza seca, vestuario con telas de algodón teñidas y alta costura".

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Contramaestre estará representado en la Feria Internacional de Artesanía (FIART), que se celebrará en La Habana, del 2 al 19 de diciembre próximo. Los hermanos Bello, naturales de esta tierra del oriente cubano, unen varias técnicas creativas desde el batik, el majú, la alta costura y el crochet, y sus obras podrán adquirirse en la filial del Fondo de Bienes Culturales de Santiago, durante la cita.

En declaraciones a Caracol de Agua, Enrique Bello, uno de los hermanos que estará presente en FIART, señaló: “Presentaremos la Colección de Invierno Complicidad, en representación de la casa de modas La Maison. Complicidad la conforman varias obras, entre las que sobresalen: bolsas, carteras, ánforas de fibras, arreglos florales de naturaleza seca, vestuario con telas de algodón teñidas y alta costura.

“¿Por qué Complicidad? Bueno, pues porque dos hermanos unimos técnicas creativas diferentes y concebimos un proyecto para todos los gustos y generaciones. Articulamos técnicas como el batik, el majú, y el crochet.

En FIART 2011 participarán artistas de más de 70 países y se espera una alta concurrencia de público. Es la primera vez que los Hermanos Bello acuden a la cita con un stand propio, en representación del Fondo de Bienes Culturales de Santiago de Cuba y de la casa de modas La Maison.

La Colección de Invierno Complicidad se presentará el 29 de diciembre, en exclusiva, para el pueblo de Contramaestre, como un regalo especial por el aniversario 52 del triunfo de la Revolución y el aniversario 99 de la fundación de Contramaestre.

Entre las numerosas obras que exhibirá la Colección de Invierno Complicidad, Caracol de Agua muestra algunas en exclusiva para sus lectores del mundo.

Cartera bandolera. 14 cm. alto por 13 cm. ancho. Con un asa 1.45 cm. Confeccionada con fibra natural de malangueta a mano en un telar primitivo.






Candelabro con soporte de cerámica trabajado con la técnica naturaleza seca. Pintados también de varios colores.





Trenza de la prosperidad no 1. Tejida en una base de soga de 30 cm. de largo, 2 cabezas de ajo acompañada con un platico de cerámica con arroz. Trenza no. 2 acompañada con una cazuelita con frijoles o una jarra de cerámica que simboliza el vino.





Trenza de la prosperidad con una base soga tejida con los elementos señalados anteriormente, su longitud es de 55 cm. El ajo como sazonador para nuestras cocinas, el arroz la prosperidad, símbolo de fidelidad y prosperidad que necesita una pareja que al casarse por esa razón se le tira; la jarra simboliza el vino para que no falte que beber y una rueda de naranja deshidratada símbolo del alimento.



Cartera bolsita pequeña con un ancho de 25 cm de ancho, alto 15 cm. Recogida la boca con dos tachones, sujeta por las asas, con broche de la misma fibra y el botón de madera o caracol.




Cartera cuadrada pequeña con 20 cm de ancho, alto 16 cm con un fondo de una profundidad de 6 cm.





Bolsa grande con 46 cm de ancho, alto 28cm, sencilla, con un precio de $55 moneda nacional y con los apliques de parches de yute con diferentes tonalidades como en la foto.




Cartera cuadrada grande con un ancho de 27 cm, alto 31, un fondo de 10cm de ancho por 27cm de largo.





Cartera Rut grande con un fondo de 15cm por 10cm, con una altura de 30cm y su forma es como triangular.





Mochila con un fondo de 22 cm por 12 cm con una altura de 40cm.






Porrones de cerámica forrado con la técnica de parche con yute, y fibra, con 30 cm de alto, con 47 cm de diámetro. Nombre artístico: La sed que edulcora el alma. Esta pieza es decorativa e utilitaria porque a la vez de decorar sirve para añejar bebida.



Sombrero de malangueta de diferentes tallas con un ala de 9 cm y una altura de la copa de 10cm.

domingo, 13 de noviembre de 2011

¿PERIODISTAS DE ACADEMIA? UFF en nuestra islilla existen muy pocos….

Pintura: La Escuela de Atenas. En la misma aparecen Platón y Aristóteles dialogando y sosteniendo cada uno sus obras. La obra la concibió Rafael y es una recreación de lo que pudo haber sido la Academia* de Platón.

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Siempre he valorado con recelo las clasificaciones intelectuales y las etiquetas, sobre todo si vienen de una persona cercana, una cabecera provincial o la capital de un país.

Generalmente las clasificaciones y etiquetas son excluyentes y persiguen, sobre todas las cosas, marcar territorios donde establecer señoríos para moverse libremente y no ser cuestionados por el otro diferente.

Así llegamos a una clasificación sospechosa, al menos para mí, “Periodistas de Academia”. ¿Quiénes se recogen bajo esta denominación excluyente? Bueno, para comenzar, demiurgos sembrados en prácticas llamadas por algunos doctos: “Diarismo”.

Casi nunca, por no decir nunca, los abanderados del “Diarismo”, asumen el ejercicio periodístico como un hecho creativo, de ahí que no lo imaginen como un tipo de literatura que exige cultura y dominio de la lengua. A ellos sólo les interesa el diario vivir, y más allá de esas miradas, no conciben otra cosa.

A esos peligrosos miembros del rebaño del “Diarismo”, todo lo diferente les es ajeno y censurable. No conciben individualidades en su entorno; la mayoría reina y anulan cualquier afán creativo. En otras palabras, no tienen bandera y navegan en todas las aguas.

Sin embargo, no pretendo caer en la trampilla de los señores del “Diarismo”. No clasificaré, ni marginaré a nadie con una etiqueta o una tipificación excluyente. Sólo les preguntaré a estos señores: ¿Su práctica periodística se oxigena con la crítica necesaria para liberar las sustancias porosas que la anulan? ¿Escucha usted al otro diferente, y más allá de foros, o reuniones de ocasión, se ha mirado por dentro alguna vez para calificarse egocéntricamente como un Periodista de Academia?

Tengo algunas respuestas para los señores del “Diarismo”.

Primero. Periodista de Academia es aquel que teoriza a partir de la práctica y sobre la práctica. Elabora definiciones, teorías, propone modelos, implementa cursos de posgrados, maestrías y doctorados para concretar las mismas.

Segundo. Periodista de Academia es el que refleja en una práctica el conjunto de teorías de su profesión y las enriquece continuamente con nuevas iluminaciones a partir de la realidad, que muchas veces supera a las conceptualizaciones, de ahí su misión de describir y fundamentar el nuevo universo que se revela ante él.

Tercero. Periodista de Academia es aquel que tiene un grado científico, o un título académico relacionado genéricamente con su profesión, o con las humanidades en general y lo refleja en una práctica consciente, más allá de falsas atribuciones y clasificaciones excluyentes. El sabio por tendencia es humilde y sabe escuchar al otro. El mediocre se alza con la verdad, y para él, es la única ante cualquier situación.

Cuarto. Periodista de Academia no es el que tiene un título universitario que condiciona esa clasificación. Graso error. El título universitario certifica que usted tiene un conjunto de habilidades profesionales e investigativas que puede desarrollar con éxito en el ejercicio de su profesión, ello no quiere decir que ya es una persona de la Academia; para alcanzarlo tendrá que lograr muchos títulos académicos y grados científicos que avalen sus afanes creativos en el gremio.

Quinto. Periodistas de la Academia son aquellos doctores, master, y publicistas, que generan teorías desde su práctica, y renovan los procesos en decadencia dentro del gremio, con nuevos hallazgos y aportes a la profesión.

Así que por lo dicho hasta aquí, es bueno terminar con estas marginaciones simuladas y excluyentes, que en verdad esconden propósitos decadentes y falsos. Nadie es Periodista de Academia porque estudió esa profesión en la universidad. Por favor, entonces todos los graduados de la universidad en Cuba pertenecen a la Academia. UFF, pongo punto final aquí, porque “Periodistas de Academia”, en nuestra islilla, existen muy pocos….

*Academia:

Academia antigua, la que formaban los discípulos directos de Platón: Espeusipo, Xenócrates, Polémon, Crates de Atenas, o Crantor de Soli, cuya obra no se ha perpetuado, pero que seguían la doctrina de su maestro: que el conocimiento está basado en creencias verdaderas justificadas.

Academia media, fundada y representada por Arcesilao de Pitana en 244 a.C., y se caracteriza por la vuelta al método socrático, mediante el empleo de la ironía, la interrogación y la duda en las controversias filosóficas.

Academia nueva, a partir de 160 a.C. y representada por Carnéades, que sin caer en un escepticismo absoluto, enseñaba que no se puede alcanzar más que lo probable, es decir, que es imposible tanto la certeza total como la incertidumbre completa.

Academia sueca: Su fundación esta dada en 1786 por el rey Gustavo III de Suecia, con el objeto de fomentar el uso del idioma sueco siguiendo como modelo la Academia Francesa (misma academia sobre la que se modela la Real Academia Española). Consta de 18 miembros, sus funciones eran inicialmente similares a su homóloga francesa. Su objetivo principal consiste en servir la pureza, el vigor y la majestad de la lengua sueca. Todos los años la Academia sueca designa al laureado de Premio Nobel de literatura, uno de los premios instaurados por Alfred Nobel en su testamento.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Ámame como soy: válida la intención pero discreto el comienzo

“Ámame como soy”, ya comenzó y esperamos que sus organizadores trabajen en la solución de los problemas que matizaron su primera presentación este jueves. Los enamorados de Contramaestre ya hacen planes para la próxima cita con el amor.

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

La Cátedra de Locución de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en Contramaestre, debutó anoche con un nuevo espacio en el panorama de ofertas culturales de la semana: “Ámame como soy”. La sede de esta cita con el amor es el bar-enramada del Palacio de los Matrimonios.

Con un equipo de trabajo integrado por jóvenes aficionados a la locución, y dirigidos por la locutora de Radio Grito de Baire, Dairis Ávila, “Ámame como soy”, arrancó la noche de este jueves y pretende convertirse en un espacio habitual para los enamorados.

Según Eduard Encina, presidente de la AHS en Contramaestre, la peña “Ámame como soy, se realizará los primeros jueves de cada mes. Lo de hoy es una aproximación a la idea que tenemos concebida. Para el próximo encuentro, trabajaremos en la solución de los problemas que incidieron en la calidad de la primera cita con el amor.”

Para algunos visitantes como Néstor Clavería “Es muy pretencioso identificarse como Cátedra de Locución, cuando en realidad son jóvenes aficionados los que la integran”. Sin embargo, Clavería reconoce el esfuerzo de “Ámame como soy, pues puede convertirse en un espacio diferente pensado para un público heterogéneo”.

Alfredo Ballesteros, uno de los miembros de la Cátedra, considera que “Ámame como soy debe pensar mejor un adecuado balance de voces masculinas y femeninas; interpretar mejor el guión; sentir el contenido, deben hacerlo profesionales. A la hora de decir un poema, respetar las pautas establecidas en la locución para hacerlo con la dignidad que merece”.

Un aspecto en el que debe trabajar el equipo de “Ámame como soy”, es en la selección rigurosa de los especialistas invitados, y que los mismos funcionen como buenos comunicadores sociales, un hecho que no sucedió así la noche de este jueves.

De todas formas, “Ámame como soy”, ya comenzó y esperamos que sus organizadores trabajen en la solución de los problemas que matizaron su primera presentación este jueves. Los enamorados de Contramaestre ya hacen planes para la próxima cita con el amor.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Jóvenes de Contramaestre recuerdan aniversario de la muerte de Orlando Concepción

En la tumba del benemérito intelectual de Contramaestre, dos, de sus mejores amigos colocaron una ofrenda floral.

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

A las 5 y 25 de la tarde de ayer, un grupo de jóvenes de la Asociación Hermanos Saíz realizaron una peregrinación al cementerio de Maffo, para recordar el primer aniversario de la muerte del bardo Orlando Concepción Pérez, acontecida en similar fecha y hora.

En la tumba del benemérito intelectual de Contramaestre, dos, de sus mejores amigos colocaron una ofrenda floral.

Luego se leyeron poemas dedicados a Concepción Pérez, y se hicieron anécdotas de su intensa vida literaria y social. El trovador Ramón David versionó varias canciones de Serrat, una de ellas, Romance del Curro, dedicada especialmente a Concepción.

El poeta Eduard Encina recordó la forma en que Concepción informó a sus amigos sobre la dolencia que tenía: “Tengo cáncer, pero lo más importante es que esta enfermedad la tengo que enfrentar con dignidad.”

Las salvaderas del cementerio de Maffo esparcieron un vientecillo sobre los presentes; la luna mostró su lado humano; y en silencio, cada peregrino abandonó el lugar, no sin antes dedicarle un pensamiento bien íntimo al padre y amigo, que hoy parece vivir, todavía, entre nosotros.

Uno de los últimos pensamientos del Conce… acompaña cada acto de fundación de los iluminados, que buscan en su vida y obra, a pesar de su ausencia física, un símbolo de resistencia, para erguirse desde Contramaestre y soñar: “Tengo el vicio de andar rodeado siempre por jóvenes intelectuales. Los defiendo a capa y espada. Aunque no comparta algunas de sus razones, daría gustoso mi vida con tal de defender el derecho que tienen ellos y todos a expresar su pensamiento. En ese principio, todos me encontrarán, sin temor a las consecuencias”.


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