Yunier Riquenes García. yunier@claustrofobias.com
¿Alguien sabe dónde se guarda el corazón de Cuba? Nunca antes me había hecho esta pregunta. Hasta el 17 de mayo último cuando estuve en el cementerio de Remanganaguas, no me lo había preguntado, tal vez ni se me hubiera ocurrido.
Estuvimos un grupo de escritores que participábamos en la VI Jornada literaria Orígenes, organizada por la célula de la Asociación Hermanos Saíz en Contramaestre. Eduard Encina año tras año lleva hasta allí a los que llegan. No pueden marcharse sin conocer el cementerio de Remanganaguas. Tal vez, muchos como yo, han visto desde la carretera la señalización, pero no han entrado.
Eduard Encina y Arnoldo Fernández Verdecia, buenos martianos, nos llevaron hasta allí. Se veía en sus rostros la felicidad como cuando uno comparte lo mejor de la casa.
Antes de entrar, a dos manos, a dos voces, Eduard y Arnoldo nos contaron del cementerio que lleva más de un siglo de existencia. Un cementerio que quedaba en tiempos de la colonia en el camino real. Hablaron del obelisco de 1942, y el culto a Martí que se rendía en tiempos lejanos, y el culto a Martí en el presente, y de la declaración como Monumento Nacional del sitio.
Pero también supimos de las noches de Martí a oscuras, el tendido eléctrico está cerca, pero Martí duerme a oscuras. En el obelisco está escrita la estrofa: No me pongan en lo oscuro, a morir como un traidor, yo soy bueno y como bueno, moriré de cara al sol.
Allí estuvimos, muy cerca del corazón de Martí, allí donde reposan sus vísceras, donde se enterró por primera vez.
Los habitantes del lugar refieren que allí está la esencia de Martí y cuentan que muchos fueron y van hasta el lugar a pedirle al apóstol. Muchos ponen el oído en la tierra, como explicó Encina, para sentir los latidos de un país. Y convocó a poner nuestro oído, y nos tendimos para venerar al Maestro, para escuchar el corazón de Cuba.
Lili Urquiza:nr Muy cerca de este lugar vivi yo por 25 anos....
ResponderEliminar