martes, 28 de julio de 2015

Contramaestre no debe olvidar su huella republicana



Uno se asombra hoy al ver el carnet de identificación de las secciones femenina y masculina del Casino Hispano-Cubano, y aprecia enseguida el buen gusto y refinamiento de sus miembros.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu 

Donde vivo, aquí en Contramaestre, oriente de Cuba, no hay esos rascacielos impresionantes para el ojo provinciano. Modestos edificios se alzan a la vista, quizás uno intentó la gloria y logró desde su bautismo hasta hoy mantener el mismo nombre: Rodríguez. Luego aparecieron otros, estilo panel y girón  y la arquitectura del pueblo comenzó a perder sus encantos, pues parecían enormes cajones y todos los apartamentos eran una misma cosa. Los chalet llegados con el central América, pronto fueron relegados y parecen hoy mudos testigos del paso del tiempo, algunos están  en ruinas, otros sobreviven apelando a alternativas traídas al pelo por las precariedades materiales. Todavía están ahí dos imponentes hoteles: Carnero y Pérez; ellos soñaron traer la ciudad futura, como decía la élite empresarial de la República, al menos así quedó registrado en un número especial de la revista Orto de Manzanillo, donde hombres y mujeres de esta tierra, visibilizaron un mundo en nacimiento y las metas para lograrlo fueron colocadas bien lejos.  La capacidad de asociarse por el bien público distinguió a esta ciudad. Uno se asombra hoy al ver el carnet de identificación de las secciones femenina y masculina del Casino Hispano-Cubano, y aprecia enseguida el buen gusto y refinamiento de sus miembros. En el citado documento puede leerse: “Es requisito indispensable poseer este Carnet para poder visitar los salones de la Sociedad y disfrutar los actos que ofrezca el Casino. En los bailes este Carnet podrá suplir la invitación”. Unido al texto aparecía una foto del dueño del mismo. Hay que decir que en los años republicanos los documentos expedidos desde aquí decían: “Contramaestre, provincia Oriente”;  es decir había orgullo al nombrarse en la geografía insular, quizás por eso los bancos del parque infantil José Martí y los del Jesús Rabí se bautizaban de esa forma, aunque alguien, olvidando la historia, los borró para siempre y hoy están ahí, relegados, vestidos con pinturas ajenas a los progenitores que hicieron posible su parto. En donde vivo, la huella republicana no interesó; casi fue eclipsada por mentes torcidas sin una actitud crítica ante el patrimonio tangible que llegó con los rieles del Central América. Increíblemente nadie se preocupó por eso y los pocos que lo hicieron fueron llamados locos, o sencillamente soñadores. Queda muy poco en la actualidad de esos hombres y mujeres que pensaron e intentaron hacer el Contramaestre futuro. Cuánto tenemos que aprender en nuestros días de esos fundadores republicanos, si queremos desatar las energías dormidas del pueblo y ponerlo a crear riquezas como otrora lo hicieron ellos. No todo lo sucedido en la República fue malo; mudos testigos se alzan todavía a la vista en nuestra arquitectura, para recordarnos el buen gusto y el deseo de poner con letras doradas: CONTRAMAESTRE, Provincia Oriente.

3 comentarios:

  1. Milagros Vega: Por primera vez Leo algo que me a ecelere el Corazon de alguien que Vive en nuestro pueblo, que bello y que real , Quisiera desircelo a el personalmente y desde Ya me sentiria orgullosa de ser su amiga . Mis respetos a este joven ,Dios lo bendiga...

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  2. Enelba Marrero: este es un hijo maravilloso de Contramaestre, Arnoldo Fernández.

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  3. Julio Cesar:Sin dudas Arnoldo, "El Carnero" debió ser una novedad arquitectónica en el momento de ser construido y aun mas acá, si nos precatamos que ningún edificio en muchos kilómetros amla redonda le dan alcance en singularidad.Y no solo belleza y confort estructural en sus apartamentos, que me dices de la solidez de esa construcción....que elemento maravilloso usaron en las mezclas áridas que ya hoy se agoto? Siguiendo con lo del buen gusto y aunque no tan atrás, yo recuerdo ahí donde esta ahora la guarapera por la que rompiste lanzas hace unos dias , estaba El Chorrito, y mi mente infantil gravo la existencia en el fondo una maqueta por la que discurria "un chorrito" de agua en tres montañas, muy original.Como dicen los viejos,"cosas así ya no se hacen" al menos no en nuestra ciudad).Saliendo de la arquitectura de la época republicana también recuerdo a un señor que fue avesado peón en las fincas de ganado propiedad de Federico Fernández Casas(Fico), y luego convencido comunista, lamentarse de como inmediatamente después de expropiadas las fincas de Vega Bellaca y Las Piedras su ingenioso sistema de abasto de agua a los potreros POR SIMPLE GRAVEDAD,dsdevun tanque elevado, fue destruido( llenaron el tanque de maíz)Creo que no solo se quiso acabar con un pasado oprobioso, si no que para nada se hubo "negación de la negación", hasta las cosas novedosas y de buen gusto fueron expulsadas de la estética.Así terminamos con ver a un diligente cubano poniendo un cañambu a la pata rota de una silla Luis XIV,...."na, e pa que funcione!"Hace unos años, en las visitas de alguien de los órganos superiores a mi sector se planteaba, lo de crear y mantener "la cultura del detalle" y creímos que por fin, se establecía que "lo lindo y refinado"no estaba reñido con la austeridad económica.Por que,el buen gusto siempre caracterizo al cubano, hasta al mas pobre, si no mire en los aeropuertos, los únicos que vamos "de cache" somos los cubanos y la tripulación del avión.Pero nada, aquella frase de "cultura del detalle", escapo entre las urgencias económicas...como otras frases de ocasión.

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