La nueva sede del templo Bautista de Baire, que ya cumple 110 años de ser fundado. |
Por Antonio Domínguez García (Especial para Caracol de agua)
Sobre las siete de la noche de este 18 de
diciembre, luego de que la lluvia bañara levemente mí querido Baire, aquí en el
oriente cubano y de hacer una modesta comida que compartí con mi mascota Punti;
con cierta prisa y curiosidad me bañé y vestí para asistir a un evento que nunca
imaginé fuera a tener tanta acogida. Ese día quedó inaugurada la nueva sede del
templo Bautista de Baire, que ya cumple 110 años de ser fundado.
Se concentraron de 300 a 350 personas esperando lo que sería el suceso del año. |
En la zona noreste del Parque de la Revolución se
concentraron de 300 a
350 personas esperando lo que sería el suceso del año. Hace unos tres años esa congregación decidió restablecer su templo que databa de
1905 y resistió más de un siglo (107 años) sirviendo a muchos y sobre todo difundiendo su “verdad”
o mejor dicho el Evangelio teniendo como
referencia “una verdad que no admite discusión”, pero al mismo tiempo haciendo
personas éticamente mejores, tolerantes, comprensivas y sobre todo más humanas,
término este último que a decir de muchos nos falta a casi todos.
Sorpresa digo pues en un espacio tan
pequeño si se quiere, pues se trata de la intersección de las calles 6 y 7, o como la
mayoría de por aquí decimos “la
Iglesia que está frente al Parque”, estábamos personas de muy
diversas posiciones ideológicas y sobre
todo líderes de otras congregaciones religiosas del pueblo, entre ellas me
encontré al líder de la comunidad católica de Baire, joven que ha hecho
despertar la conciencia de esos feligreses que a mi juicio estaba dormida. Su nombre
es Rogelio, de andar rápido y sagaz pensamiento, no pude contener la admiración
de verlo allí. Le dije lo importante de su presencia; incluso reconocí en el gesto una soberana muestra
de “Tolerancia y Respeto”. Ante mis palabras respondió con una frase resuelta: “Las
divisiones la hacen los hombres. La
Fe es de Dios. Ese es el camino”.
Líder de la congregación para Dios en Oriente. |
Luego nos concentramos en el suceso de la
noche: la reinauguración del Templo Bautista. Primero habló el líder de la
congregación para Dios y luego para las autoridades, invitados, creyentes y no
creyentes, pueblo en general. A continuación entramos y mis ojos recorrieron todo
lo que pudieron alcanzar: lucía imponente, había mucho júbilo, expectativas,
alegría y respeto por la nueva casa de
Dios.
Líder del Templo Bautista de Baire. |
Luego de escuchar algunas referencias de
cuándo, cómo y quiénes habían hecho posible que estuviera ahí esa
construcción y su labor durante estos
110 años; mi atención estuvo dirigida en especial a la prédica de los oradores
que utilizaron la palabra para comunicar un sentimiento que era y es
mayoritario: la grandeza del “Creador”; alegría por el nuevo local; satisfacción
por el deber cumplido; por la presencia de tantos que apenas había espacio para
trasladarse de un lugar a otro.
La mayoría de los presentes estuvimos
enfocados en los mensajes, alabanzas e himnos. A mí el segundo himno me
impactó, se refería a lo grande de la naturaleza, su lógica y armonía, su
relación única con el “Rey de reyes”. Para mí fue una revelación que me hizo
sentir más convencido de que en nuestro entorno, todas las formas de vida están
relacionadas no por casualidad, las dirige algo o más bien alguien, que tiene
un orden perfecto y al mismo tiempo inexplicable de las cosas. Solo basta mirar
el milagro de la vida en todas sus dimensiones y hacer algunas preguntas ¿Cómo
funciona? ¿Por qué de este modo? ¿Quién ordenó que así fuese? ¿Por qué no de
otra manera?
Otras interrogantes pueden conducir al
mismo camino de la “Creación”, pero hay una verdad incuestionable, estamos
conectados con un “Orden Universal”, un propósito desconocido, una verdad
imposible de cambiar a pesar de 20 siglos según decía un orador; una verdad que
nos mantiene unidos, fuertes, vivos, y al mismo tiempo nos hace mirar hacia
adelante en la sagrada misión de llegar hasta el más humilde, el más
desposeído, aquel que la multitud no dejar ver, ese que camina sin fe, aquel
que tiene alma pero carece de una verdad, de ese hombre que la vida lo ha
llevado por los rumbos que le dio el libre albedrío, de ese que no sabe o no
quiere saber que lo más importante es SERVIR.
Al regreso, ya en casa, cuando hacía las
tareas hogareñas, no dejé ni un solo momento de pensar en la necesidad de
escribir lo que sintió mi corazón esa noche de inauguración del templo Bautista
de Baire; estoy seguro de haber cambiado en muchas cosa que hasta ayer pensaba,
del origen de las cosas, de la manera de ver al mundo y sus complejidades. Reconozco
me sentí identificado con muchas de las palabras que fluían en aquella sala,
donde solo respiré armonía y una tranquilidad pocas veces experimentadas. Mi
corazón quizás no sabe definirlo, pero fue excepcional, había reconocido la
existencia de un “Ser Supremo” que nos guía por difíciles caminos con objetivos
que nadie puede definir con exactitud,
pero con una total certeza: “venimos a SERVIR con sencilla y total naturalidad”,
ahí se encuentra la esencia de nuestros objetivos aquí en la tierra.
Querido compatriota, sentiste el Espíritu Santo... EL CONSOLADOR, que nos prometió Jesucristo al regresar a la diestra de nuestro Padre Celestial.
ResponderEliminar"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra." 2 Crónicas 7:14