Jabao, de este sale uno entre 100. |
Por
Antonio Domínguez García. (Especial para Caracol de agua)
Nací aquí en Baire, oriente
de Cuba, al sureste de la Carretera Central, a orillas de lo
que una vez fue el río del mismo nombre del pueblo donde me bañé en sus aguas con
y sin permiso de mamá; y hasta compartí mi espacio humilde con diversos
personajes que luego se multiplicaron entre mis afectos. Dentro de esa variedad
siempre veía a una familia en particular, la misma dedicaba esfuerzos y tiempo
a la cría de unas aves, que por sus características, apreciaban y defendían con
pasión: gallos de lidia.
Con los años vi siempre como
fue transmitido ese legado que hoy no comprendo mucho, pues la vida me puso en
el camino de los estudios y no tuve la oportunidad de conocer una tradición que,
si bien es cierto, fue importada de
países europeos, se nos clavó en el alma a la mayoría de los cubanos.
Recuerdo que el iniciador de
aquella tradición era un señor de piel tostada y mirada cansada por los años
que le tocó vivir. Lo recuerdo con una especie de nostalgia y hasta un poco de
rencor, pues nos perseguía casi siempre en las cosechas de mangos. Ese señor respondía
al nombre de Santo P. A uno de sus hijos, agricultor por cierto, inculcó en el
día a día, una cultura de la cría de
gallos de lidia, éste a su vez, con una extensa familia entre ellos dos varones,
terminaron siendo los máximos defensores de un cimarronaje, devenido tradición,
que a mi juicio nos identifica como cubanos, en el más profundo de los
significados.
En ocasiones los dos
hermanos que sobresalen en la citada familia, trabajan con los gallos de lidia.
He presenciado el valor de los mismos, su bravura, tenacidad y combatividad;
les ponen en el pico una especie de protector de cinta adhesiva, en las
espuelas, tiras para no herir al contrario, siempre lo hacen controlando un
reloj como si se tratara de un atleta. A ellos les llaman “La escuadra de los
Pompas”. Tengo comprobado que existen más de 150 jóvenes entre los 15-35 años
que aprecian la tradición con mucho amor. Su escuadra tiene aproximada unos 45
gallos entrenados, por si esto fuera poco, hay otras escuadras aquí en Baire que
llegan a tener entre 20-45 gallos finos. Resulta bonito apreciar el diseño de
los pelados, todos con el mismo estilo y calma para lograr su total perfección,
pudiera decirse que todas buscan un sello que los identifique en su mundo.
La verdad es que en Baire,
pleno siglo XXI, ha crecido la admiración por la cría de gallos de pelea. Con
ese presupuesto a cuestas realicé un trabajo de campo en la propiedad de una de
las familias con más tradición en esta práctica. Algunas preguntas iban en mi
cabeza, porque no pude darle respuesta desde mis limitadas vivencias: ¿Qué
color tiene este o aquel gallo? ¿A qué edad comienzan a pelear? ¿Qué alimentos
comen? ¿Cuántas veces lo hacen?
En lo adelante comparto mí
conversación con uno de los hermanos a quien llamo A.P.V:
Antonio Domínguez García
(ADG): ¿Cómo llega la familia a la cría de gallos?
A. P. V. Por mi abuelo Santo
Pompa, cuando teníamos alrededor de 12 o 13 años. Mi abuelo y mi papá nos
fueron adiestrando en el cuidado de los gallos.
ADG: ¿Cómo se agrupan los
gallos?
APV: Por pesos: de 3.2 onza a 3, 4 onza.
ADG: ¿Cuáles colores predominan
en los gallos de lidia?
APV: Cenizo, canelo, indio,
pinto, giro, este último no abunda; jabao, de este sale uno entre 100.
ADG: ¿Cuándo inicia
la temporada?APV: El 10 de octubre
y termina aproximadamente en julio.
ADG: ¿Cuándo está
listo un gallo para pelear?
APV: A partir de los 8
meses de edad. Se topa en peleas de corta duración, sirven de pruebas; luego se sigue trabajando
por alrededor de tres meses y se pelea entonces por vez primera.
ADG: ¿Cuál es la
alimentación más frecuente de los gallos?
APV: El maíz, pero también plátano macho con huevo hervido. Puede dársele
picadillo de res, hígado de ovejo...
ADG: ¿En qué consiste “trabajar”
un gallo?
APV: El gallo es como el
deportista (boxeador), hay que probar si es bueno, si resiste, si aguanta los
golpes. Debe correrse. A los siete días se trabaja, se le da entrenamiento. Cuando
está cerca de pelear y probarse, se deja descansar entre 10 a 12 días.
ADG: ¿Todas las familias
criadoras o cuidadoras aplican el mismo método?
APV: Todos los galleros no
lo trabajan igual, unos lo hacen cada cinco días, otros solo corren al gallo y otros se basan
en las peleas o topes. Para nosotros, el gallo es como el boxeador, que si no
topa, no se puede medir, si no hace sparring, no puede lograr lo que él quiere:
ser campeón. Así mismo sucede con el gallo, debe tener roce, para estar en
forma.
ADG: ¿Cuánto dura una pelea?
APV: 20 minutos, ahora si a
los 20 minutos continúan peleando, es tabla, ninguno gana ni pierde, el primer
minuto es para observación.
ADG: ¿Quién hace las reglas
para las peleas?
APV: Eso viene de la nación.
ADG ¿Recuerdas algunas?
APV: Si el gallo salta tres
veces seguido la batea, pierde la pelea. Antes las peleas duraban hasta una
hora, por ejemplo si caían ciegos los dos,
el juez hacia tres rayitas en el suelo, a esto se le llamaba careo y de
ahí en adelante la pelea duraba 30
minutos; si no continuaban la pelea era declarada tabla.
ADG: Un mundo de reglas y
tradiciones asociadas a los gallos de lidia se han visto obligadas al
cimarronaje, en un pueblo que siempre tuvo entre sus costumbres hacerlo. No
olvido que la guerra de 1895 aquí en Cuba, se inicia el 24 de febrero de ese mismo año en
la valla de San Bartolo en Baire, cuando se topaban dos gallos de lidia.
Hoy las peleas de gallos
renacen en los jóvenes y los no tan jóvenes. Eliminarlas u obligarlas a coexistir en los
montes y otros lugares de muy difícil acceso, es como eliminar el café de las
mañanas, el sombrero de yarey, el tabaco para los que fuman, el son, la
contagiosa conga santiaguera, claro está y con corneta china.
Me cuesta un poco de trabajo
pensar que algunos valoren solo los elementos económicos que giran alrededor de
esta actividad. En honor a la verdad, una tradición como esta debía potenciarse
en exposiciones y competencias donde se evalúen colores, razas, estética y por
qué no, bravura; eso no mata; mata la ignorancia de no saber de dónde venimos,
quiénes somos y hacia dónde vamos.
Válido es sin dudas mirar a
nuestro alrededor para definir que nos aleja de la condición de cubanos, qué
elementos nos impone la
Revolución digital que de manera aplastante tiene lugar en
nuestros días y nos mantiene sujetos a los caminos de una cultura globalizadora,
necesaria, pero no imprescindible.
A continuación, invitamos a nuestros lectores, a ver las fotos de una escuadra de gallos de lidia:
Jose Julio Perez: Deberian quitarle las espuelas para que no se maten, si tenemos el boxeo entre humanos... a mi particularmente no me gusta.
ResponderEliminarMisleydis Mecias Tellez: No estoy de acuerdo con el abuso de los animales no a las peleas de gallos.
ResponderEliminarNelsy Del Toro Tamayo: bueno las peleas de gallo era mas alla de los mambises...quien se opone a nuestro folklor ....nuestra ignorancia,,,bello ejemplar querido amigo..
ResponderEliminarVilma Sierra: No me gustan las peleas de gallo. Es un deporte cruel y salvage q no se debe practicar en el siglo XXI.
ResponderEliminarJulio Cesar Rosales: HAy un aspecto ético en los que se oponen que no se debe criticar, por la misma razón que puede considerarse folclórico ver los animales chorreando sangre en el ruedo de lidia...
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ResponderEliminarSareska Pantoja Escalona: Detesto las peleas de gallos y de cualquiera que sea!
Jose Julio Perez: Tampoco el toreo matando al toro.
ResponderEliminarMilagros Vega: No me gustan las peleas en General.
ResponderEliminarCatherine Grave: vergüenza esas cosas
ResponderEliminarMckinley Kirby: Lindo!
ResponderEliminarAntonio Domínguez García: de los gustos y preferencia existen muchos criterios,sobre los gallos de lidia o de pelea, recalco están como tradición en nuestra cultura popular hace mucho tiempo, subsistiendo tiempos buenos y malos,¿Por qué se ha quedado? hay cosas mucho más crueles y las soportamos, por ejemplo asumir costumbres que no se acercan a tu cultura y las soportas sencillamente porque están de moda o son de "afuera", te parece menos cruel permitir el abuso en cualquiera de sus manifestaciones, maltratar a tu mascota, a los más añejos, a tu similar.
ResponderEliminarCreo que antes de criticar, desaprobar, y condenar cualquier actividad, deberia investigarse su origen y la razon de ser decada cosa.
ResponderEliminarEn primera instancia, no hay fuerza en el mundo que obligue a un gallo a pelear, eso esta en sus genes, entiendo y acepto que cada quien puede yener su opinión, pero ojo!
Sin dejar de tomar en cuenta la los demas, que puede ser tan válida como la nuestra..
Si no te gusta, esta bien, pero no condenes ni trates de inhumanos a quienes si les gusta...