Todo se lo debo a esa gran persona que es Arnoldo Fernández. |
Por Daimí Montoya Rondón
Dos días después del paso de huracán Matthew por el oriente de Cuba, recibí la noticia que debía incorporarme a la Universidad de Oriente el 17 de octubre. Tenía una semana disponible. En ese instante decidí emplearla en practicar y consolidar los conocimientos adquiridos en las clases de periodismo. Por eso me fui a la emisora Radio Grito de Baire.
Al llegar encontré al periodista y bloguero Arnoldo
Fernández, quien educadamente me atendió. Después de las presentaciones
formales con los directivos de rigor; me orientaron hacer mis prácticas con él.
Así comencé el 10 de octubre, trabajando
en la página Web de esta emisora, desentrañando los apasionantes misterios y
retos del periodismo digital.
Aquí en Contramaestre, en su ya
imprescindible Radio Grito de Baire, publiqué mi primera información; pero todo
no quedó ahí, escribí más, me adentré en la vida cultural de esta tierra que me
vio nacer, compartí con figuras importantes y con jóvenes amantes de la
literatura; incluso pude conocer parte
de la historia olvidada de este terruño
y tengo la satisfacción de saber que existen personas que luchan porque no se olvide. Mis vivencias sobre ese
universo las publiqué en el blog Caracol de agua.
Todo esto se lo debo a esa gran persona que
es Arnoldo Fernández. Nunca imaginé que en tan pocos días iba a acumular tantos
conocimientos. A él le debo este amor tan grande que se ha desarrollado en mí
por la profesión que desde pequeña soñé ejercer y que actualmente estoy
estudiando, además del deseo de trabajar y mostrar al mundo mi labor a través
de las redes sociales, blogs y portales Web.
Regreso a mi escuela con el deseo de crear
y con el compromiso de seguir adentrándome en este mundo de locos. Gracias
Contramaestre, pero sobre todo, gracias Arnoldo Fernández por confiar en mí.
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