Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com
Llegó en los pinceles de un
artista del Grupo Sirio, con residencia en La Habana, pero natural de Maffo. Su alias en el
mundo de la plástica bautiza con creces un nombre: Adner Guevara (Renda).
Renda me habló de su padre,
hombre ejemplar, quizás no tan recordado
hoy, pero que merece un lugar en la memoria de Contramaestre, Maffo y
Baire. Era uno de esos personajes imprescindibles.
Con dolor, habló del retrato al
pastel que hizo del viejo; la posibilidad de donarlo a una institución pública
donde sea reverenciado por sus aportes;
pero cuando hicimos un itinerario
mediante la palabra, en todos los casos nos asaltaba el temor de los posibles
descuidos, el extravío del mismo, en fin, esas características tan propias de
los pueblos, bajo la amnesia de los tiempos, sin preocupaciones por sus
ancestros.
Con orgullo me dijo: “Desde
su juventud luchó por un mundo mejor y creyó en el internacionalismo. Hijo de
puertorriqueño y cubana. En su sangre corría el sentimiento de liberación e integración
latinoamericana”.
Renda aporta otros detalles
interesantes: “A principios de la década del 50 sus relaciones con
revolucionarios dominicanos le permitieron apoyar la lucha contra el tirano
Leónidas Trujillo, integrándose al Movimiento Dominicano 27 de Febrero.
“Se relacionó con el escritor Juan I. Jiménez Grullón, quien escribió “Una Gestapo en América”, impresionante
relato sobre la lucha de los dominicanos, prologado brillantemente por el
cubano Raúl Roa y su cubierta diseñada por el artista de la plástica Carlos Enríquez. La simpatía del escritor dominicano quedó grabada en la dedicatoria: “Para Antonio Ángel
Guevara, testimonio de mi simpatía”.
El personaje que nos ocupa en la
crónica de hoy, también hizo vida revolucionaria en la antigua provincia de Oriente,
según su hijo: “Desde principios de la lucha contra la dictadura de Fulgencio
Batista, se integró al Movimiento 26 de Julio, participando en el apoyo a los
hechos del 30 de noviembre en Santiago de Cuba. Luchador clandestino. Prisionero
de la dictadura en la cárcel de Bayamo, donde fue brutalmente torturado”.
Quizás algunos ya tienen el
nombre popular con que se le conocía, otros, tal vez son acompañados por un
ejército de incógnitas, pero este dato, puede dar la luz que nos lleve al final.
Precisa Renda: “Guardo una foto de la que se considera primera bandera del 26
de julio izada públicamenteo frente a la Estación de la Policía de Contramaestre, el 20 de mayo de 1957.
Fue colocada por Rodolfo Rodríguez y otros compañeros. Confeccionada y
adquiridos los fondos para hacerla, por Orlando Pantoja y otros compatriotas
demasiado anónimos para ser recordados hoy; fotografiada después de colocada,
por mi padre Antonio Ángel Guevara, quien la publicó en la prensa de la región
oriental”. ¿Pero cuál es la popularidad del personaje? dirán los más jóvenes;
los que peinan canas asentirán lo que para ellos es evidente.
Renda aporta un dato nuevo para
los primeros, de extraordinario valor en la historia del periodismo local: “Mi
padre era corresponsal de prensa del periódico “El Crisol”. Guardo un recorte
de una cobertura de la actividad del Día del Corresponsal en Baire, el 3 de
agosto de 1949, donde está retratado junto a otros colegas. También conservo su
carné, firmado por el director del periódico Julio C. González Rebull, el 24 de
abril de 1950”.
Antonio Ángel tuvo una
contribución destacada al movimiento insurreccional encabezado por Fidel Castro;
según su hijo: “Subió en varias ocasiones a las montañas del III Frente en la Sierra Maestra, en
acciones de apoyo al Ejército Rebelde, de lo cual conservo fotos; una de ellas
tomada el 22 de febrero de 1958, donde aparecen en un campamento rebelde los
norteamericanos Frederic Carter y Charles Edgard, junto a los cubanos Rubén
Milán y Antonio Ángel Guevara”.
Guevara tuvo una valiosa participación
en la Batalla
de Maffo, antes, durante y después: “Integró el personal del Hospital Rebelde
ubicado en el entonces poblado de Bijagual; atendió heridos; participó en la
atención del dominicano Jiménez Moya.
“Al triunfar la Revolución quedó al
frente del Hospitalito y la atención y traslado de los heridos. “Desempeñó
varias responsabilidades: Comisionado (Alcalde) en Contramaestre y
Vicepresidente del Comité de Rehabilitación y Reconstrucción de Maffo”.
Cuando el historiador Roberto
Pérez Rivero escribió el libro, “Maffo”, lo utilizó como una fuente autorizada;
así lo confirma la dedicatoria: “Es un placer hacerle llegar a sus manos este
modesto presente; usted me impresionó mucho, porque me demostró que ama con pasión
la historia de su pueblo, la que por cierto conoce muy bien. Muchas gracias.”
Pero, ¿quién es Antonio Ángel
Guevara en la cultura popular? Sencillamente era conocido por un alias que lo
hizo muy querido y popular: “Angelito el Boticario”, pues trabajó en varias
farmacias de Maffo, Baire, Jiguaní y Contramaestre, en las cuales se desempeñó
como Técnico de Laboratorio Farmacéutico
(Boticario) hasta su jubilación.
De hombres anónimos como “Angelito
el boticario” se hace la gran historia, esa que los vencedores escriben, pero
que muchas veces se olvida, porque no hay periódicos para registrarlo, o los
historiadores no se han interesado en escribir sus historias de vida.
Ojalá y sirva esta crónica para despertar el interés
de la Farmacia Piloto,
quizás la de Maffo, Baire, Jiguaní, o tal vez nuestra emisora de radio, para
darle el destino añorado por Renda, al retrato al pastel que tiene como protagonista a su padre.
Galería con momentos importantes en la vida de "Angelito el boticario":
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