Muchos se acuestan día tras día soñando ser un navegante de Facebook. |
Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com
Con el pueblo al hombro he
caminado Facebook por muchos años, he conocido gracias a su espacio, personas muy
especiales. Algunas allí me han descalificado, pero la mayoría no han caído en
esas trivialidades; en verdad, estas últimas, son como de la familia; con ellas
he vivido jornadas repletas de afectos
sinceros, incluyendo esos diálogos horizontales, donde
la verdad es relativa.
Facebook es una casa para
los cubanos, no importa donde vivan, ni como piensen; allí las jerarquías se
olvidan; la gente se busca para
construir puentes; tejer nuevos afectos
y sobre todas las cosas, dialogar, dialogar, dialogar; eso que los teóricos
llaman comunicación.
Gracias al puente surgido
entre miles de personas que interactuamos día a día, he aprendido a respetar el
criterio del otro, ha ponerme en su lugar;
a quererlo con sus defectos y virtudes.
Los cubanos usamos más
Facebook que Twitter quizás por la economía de espacio que este último exige. En
el primero, navegamos a lo ancho, a lo profundo, casi nos tocamos oídos, ojos,
sentimos en la piel cada palabra; es como si la vida nos entrara por ese verde
que se prende cuando alguien te sigue y desea confraternizar.
Con Facebook el cubano de a
pie empieza un diálogo que pasa por ingenuidades y poses eróticas, casi tomadas
de revistas de modas; sobre todo los que llegan por vez primera allí y lo
habitan; creen que con un guiño cómplice, o una posición donde el cuerpo hable
de encantos, el mundo caerá rendido a sus pies y el molino moverá las viejas
aspas y pondrán proa a Miami, París, Nueva York, Berlín o Madrid, por mencionar las
más comunes, entre las ciudades soñadas por los nuevos inquilinos.
Cuando el verde se prende, los
sentimientos estallan. Besos, cariños multiplicados; todo un convite de alegre
convidarse traspasa las fronteras del suceder diario. Muchos se acuestan día tras
día soñando ser un navegante de Facebook;
es uno de los deseos más caros en las aspiraciones infantiles y
juveniles. Niños de cuatro, cinco y seis años, hablan con lucidez de conectados
y no conectados, de la video llamada, de lo que puede encontrarse al pisar la
Wi-Fi y sentirse un ciudadano del mundo.
Me sorprendo muchas veces
ante la velocidad de lo digital y el paso de tortuga de lo analógico: ¿Qué
harán los maestros atrapados en la vieja imprenta? ¿Qué harán los padres con
sus verdades de la prensa tradicional diaria? ¿Qué harán los jefes que
subestiman lo digital?
Facebook anda entre nosotros.
Casi siempre nos sobrevuela con su alcance. El día del sismo en Guamá,
municipio de Santiago de Cuba, muchos corrieron a los medios oficiales, otros a lo digital, buscaban la información
oportuna, amplia, los primeros estaban atrapados en sus rutinas diarias, pero
Facebook fue el primero, allí un periodista santiaguero encontró el espacio
para poner el dato preciso y ampliarlo en sus detalles más esenciales; Cuba
supo del sismo por Facebook, esa es la verdad.
Se acerca el momento en Cuba
de la migración cultural a lo digital, pero uno se pregunta: ¿Estarán a la
altura del momento los que toda la vida han pensado en analógico? Mientras
llega la respuesta, Facebook es la nueva casa que los cubanos habitan; allí todo sucede, todo es información, aunque
muchos nos resistamos todavía a considerarlo una fuente creíble, para armar
nuestras noticias del día.
Muy buen post... facebook es además para algunos la oportunidad de expresar en su muro, lo que otros muros cotidianos no le permiten, y para otros es la trichera para defender ideas. Facebook, a fin de cuentas, es algo maravillosa (y también peligrosa) para todos los gustos.
ResponderEliminarArnoldo:
ResponderEliminarMás ahora que Facebook elimina las noticias falsas.