sábado, 30 de junio de 2012

Ataque sónico en Contramaestre, mi pueblo



Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com 

Los fines de semana aquí en Contramaestre, uno de los municipios de Santiago, es intolerable la música difundida frente al parque Jesús Rabí. Centros laborales cercanos han elevado quejas, pero reciben silencio por respuesta. Aquí va mi experiencia sufrida.

Sobre las 9 y 25 de la mañana inicia el maldito bullicio, canciones con unos decibeles intolerables: el Chupi chupi, a Miami en balsa, una y otra vez. No se si irritarme o maldecirlas. 

Busqué paz en mis reservas espirituales. Luego de una breve meditación encontré algunas razones, que hoy comparto con personas sensibles. Partí de un supuesto esencial: agredir el oído y promover el mal gusto es condenable. Reiterarlo todos los fines de semana es abusivo.

El hombre como regla general acude a los parques para estabilizar el espíritu, descansar y socializar experiencias con amigos, o sencillamente enamorarse o llevar a sus pequeños para que jueguen.  ¿Cómo es posible entonces que el Jesús Rabí reciba esa agresión?

La institución que difunde la música es una galería: la René Portocarrero. ¡Qué dislate si pensamos sus verdaderas funcionalidades!. Nunca pensó el daño que provoca en la biblioteca Luz Berta Sánchez, Radio Grito de Baire y la librería Daniel Readigos.

La selección musical no responde a un patrón estético  que promueva la defensa de la identidad nacional. Canciones vulgares, sin un mínimo de realización,  son reiteradas por esos dandys que alguien llama,  por equivocación, diyeis.

El estudio master de Radio Grito de Baire debe hacer malabares para evitar que se filtre la música. Casi nunca lo consigue y su programación es invadida  por este anacronismo, que algún ilustre funcionario, detrás de un buró, por supuesto, llama: “recreación sana”.

Muchas interrogantes pueden formularse:

¿Qué hacer ante esta invasión?

¿Qué hacer con los responsables?

Invito a las instituciones denunciadas aquí  a ubicar audios y diyeis, en lugares que reúnan condiciones para tenerlos y no abusar más del oído y el mal gusto. Contramaestre merece respeto, sobre todo ahora,  que se organizan los festejos por sus 100 años de fundado.

jueves, 28 de junio de 2012

No hay Cuba sin virtud


Los corruptos, son peores todavía, pertenecen a esa especie indefinible y abundante de hombres que, a diferencia de nuestros padres fundadores que les dieron candela a sus riquezas para fomentar la patria, estarían dispuestos a darle candela a la patria para fomentar sus riquezas.
Por  Carlos Rodríguez Almaguer

Arnoldo: Muy bueno tu texto sobre la mala calidad del servicio en ese restaurante de Contramaestre. En eso de que a la Revolución joven se le pueden perdonar errores que no deben dejarse pasar luego de medio siglo, me llevas a preguntarnos varias cosas: ¿Qué es la Revolución? ¿Es un ente abstracto?¿Quiénes le dan cuerpo material a la Revolución? ¿No somos nosotros mismos? ¿Hay alguna ley revolucionaria que establezca como principio político o social el maltrato entre las diversas profesiones? ¿No era esa la reflexión del Che cuando en cierta merienda de su Consejo de Dirección les sugería beber a determinados directores de su Ministerio el refresco agrio y terrible que producían sus propias fábricas? ¿No fue él mismo quien estableció el principio, desgraciadamente devenido en slogan, de que la calidad es el respeto al pueblo?

Esa es la pelea, pienso yo, de nuestra generación. La Revolución, para mí, es un sistema de ideas muy nobles y elevadas, que comenzaron a madurar hace dos siglos y que en el último medio siglo han encontrado su expresión material en la construcción de una sociedad que se empeña en ser distinta, mejor, donde el ser humano no sea una cosa más sino "la cosa en sí", parafraseando a Kant. Pero esa sociedad, como cualquier otra, tenemos que hacerla los hombres en el día a día, no solo en los grandes momentos de peligro nacional, aunque ya sabemos por Martí que a los hombres les es más fácil morir con honra que pensar con orden.

Entonces, los errores los cometemos los hombres que, debiendo representar a esas ideas, las negamos o las prostituimos con nuestra ignorancia, y sobre todo con nuestras pequeñeces y miserias. Por eso digo que la Revolución no se defiende sola, tenemos que defenderla todos los días, y en primer lugar de nosotros mismos, de nuestros defectos.

Por eso me alegro mucho cuando sale algo como tu texto, que en nombre de lo que debe ser la Revolución, ataca a aquello que la niega. Esa es para mí la pelea a muerte que tenemos hoy, y que, en lo interno, está fundamentalmente dirigida contra la burocracia y la corrupción, porque a los enemigos les pagan sus amos, sabemos cómo actúan y su propia conducta los desacredita ante un pueblo que sabe discernir, pero a los burócratas los pagamos nosotros y nos hacen más daño porque, siendo muchas veces nuestros representantes, niegan en la práctica lo que está muy bien definido en las ideas.

Los otros, los corruptos, son peores todavía, pertenecen a esa especie indefinible y abundante de hombres que, a diferencia de nuestros padres fundadores que les dieron candela a sus riquezas para fomentar la patria, estarían dispuestos a darle candela a la patria para fomentar sus riquezas. Por eso la bronca contra ellos debe ser a escala social, no solamente un asunto jurídico. "Seamos honrados, cueste lo que cueste: después seremos ricos", como decía Martí.

Para mí la Revolución siempre ha tenido un carácter más ético que ideológico, de eso casi no se ha hablado. Nos hemos basado sobre todo en la parte ideológica de la Revolución, que cualquiera que sean las varias fuentes que la alimentan, todas tienen un basamento ético muy fuerte; y aún más todavía, nos hemos ocupado de su parte política, que es la forma en que se llevan a cabo las ideas, y que debe ajustarse a cada momento histórico, como dice Fidel; pero de alguna manera hemos obviado el hecho cierto de que la principal fortaleza de la Revolución Cubana está en su ética, porque esa, basada en principios universales y con una expresión particularísima, tiene más de dos siglos de cimentación, muchos nombres ilustres e impecables y una memoria larga y prestigiosa. Fíjate si es así, que mirando la realidad cubana de hoy, se reafirma como una gran verdad aquella expresión lapidaria del Santo Cubano, el padre Varela: "No hay Patria sin virtud".

Sé que sabes pensar, y que tienes el valor de decir y de hacer lo que piensas, por eso quería compartir contigo estas ideas, que no son mías, porque ya aprendí hace tiempo que los hombres en las generaciones sucesivas no hacemos más que repetir, en formas y con métodos a veces distintos, las mismas verdades primigenias. Por eso me quedo con aquel verso inolvidable de Neruda en que dice. "Yo solo soy la frente de los que van conmigo."

Un abrazo, hermano.

UN ÚLTIMO ASALTO: EL BOXEO ESTÁ DE LUTO

El viejo me recordó aquel televisor metido en un cajón de concreto en el parque de mi pueblo, donde el campeón era una patria sobre el cuadrilátero.
Por Eduard Encina (Escritor)

Tenía solo siete años cuando mi padre me llevó al televisor público que había en el parque de Baire, para que viera pelear a Teófilo Stevenson. La demasiada algarabía me asustó y no logré concentrarme en los puños del gran Campeón. Sin embargo, nunca he podido olvidar el coro de toda esa gente cada vez que golpeaba el tunero, y los rostros se iluminaban por algo que solo después de muchos años comprendí: sobre el ring había un país.

Aquel que guardó fidelidad a sus ideas y a su pueblo, ahora necesita que su pueblo le recuerde y no permita que las nuevas generaciones desconozcan que un día tuvimos un país sobre el encerado.
Escuché la noticia y un gong resonó dentro de mí: Teófilo Stevenson ha muerto. Salí para avisarle a mi padre y nos sentamos juntos a esperar los detalles. Chávez bailaba en el acto de incripción de su candidatura, el Presidente recibía a otro presidente, un tal Honecker y la cosecha de no sé que rayos en Bolivia eran titulares que ocupaban mayor importancia que la muerte del más grande campeón del boxeo amateur del mundo.

Teófilo Stevenson: una historia inigualable de humildad y grandeza
El país es un ring, el ring es un país. Por fin mi padre escuchó la noticia y no podíamos creer que hace unos días lo vimos durante el Cardín, en la entrega de medallas y casualmente nos preguntábamos ¿Hasta dónde sabrán esos muchachos la grandeza de que Stevenson le cuelgue las medallas? Enseguida el viejo me recordó aquel televisor metido en un cajón de concreto en el parque de mi pueblo, donde el campeón era una patria sobre el cuadrilátero, por la que los baireros una vez más se congregaban en un grito anhelando la victoria.

Por estos días los cubanos no hablan de otra cosa, el corazón está a media asta, el  gran Teófilo de boca en boca y su mito de imbatible se reproduce, se llena de de nuevos contenidos, que si Milian o Vysotskiy, tal vez Cassius Clay,¿Savón? «la técnica es la técnica…», Munich, Montreal, Moscú ¿Los Ángeles? El campeón de campeones. No hay otro.

Aquel que guardó fidelidad a sus ideas y a su pueblo, ahora necesita que su pueblo le recuerde y no permita que las nuevas generaciones desconozcan que un día tuvimos un país sobre el encerado y una historia inigualable de humildad y grandeza. Sé de lo malos que hemos sido construyendo símbolos, creamos consignas y nos creemos vencedores, nos hacen falta marcadores perdurables, imágenes qué imitar, prácticas qué defender. Entonces los niños ya no tendrán que irse a un televisor público para verlo combatir, podrían ver sus peleas y documentales en  un DVD, su imagen en las camisetas, en los almanaques. Los más jóvenes no lo deben desconocer y ojalá no tengan un padre como el mío, que esa anoche se levantó cabizbajo, me puso la mano en el hombro y me dijo: ¡Estamos jodidos!


GOLPES BAJOS

como Teófilo Stevenson
dijo mi padre
antes que ismael, el gambao
por cuarta vez me partiera
la nariz.
como Teófilo Stevenson
dije yo frente al televisor
cuando tyron biggs caía
macizo sobre la lona.
al norteño lo sacaron en camilla
ismael, el gambao, siguió partiéndome
la nariz
a Teófilo Stevenson siempre le alzaban
el brazo
mi padre no entendió.


martes, 26 de junio de 2012

El lugar ideal para criar un hijo es Cuba

Recuerdo te habías sorprendido mucho cuando dije que Cuba era el lugar ideal para criar un hijo, y aún lo sigo sosteniendo.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

En 1999 asistí como delegado al Congreso Internacional Pedagogía 99. Durante el trabajo en comisiones conocí a la argentina Rosana Bezhía. La imagen del Che Guevara flotaba en el pulóver que vestía.  Conversamos de la Cuba real. Por el valor testimonial del encuentro,  Caracol de Agua reproduce íntegramente la carta que recibiera, desde Buenos Aires, con sus impresiones más íntimas del mismo.

“Querido Arnoldo:

No se si te acordarás de mí, en tal caso  te mando una foto adjunta. Nos conocimos en el Congreso de Pedagogía, durante la Conferencia de Roberto Robaina. Habíamos quedado  en que  me escribirías primero. No sé si te olvidaste o me habías escrito una carta que nunca llegó. Me dieron muchas ganas de escribirte. Por eso lo hago hoy para compartir emociones.

Recuerdo te habías sorprendido mucho cuando dije que Cuba era el lugar ideal para criar un hijo, y aún lo sigo sosteniendo, más todavía,  cuando regresé a mi país, sobre todo a la ciudad de Buenos Aires, que es donde vivo y prevalece el consumo, la individualidad, los carteles Mcdonals.

Al despegar el avión se me cayeron las lágrimas, fue muy brusco el cambio de un sistema a otro, a veces creo que ustedes tienen que conocer  algún otro país de América o de cualquier parte, para valorar  un poco más lo que tienen.

No quiere decir con esto que Cuba  sea una sociedad perfecta, pero siendo un poco crítica, creo que hay muchas cosas que deben mejorar. Sin embargo, a pesar de las limitaciones materiales, la identidad que conserva el cubano es increíble, algo que nosotros, los latinoamericanos hemos perdido por completo.

La gente en su mayoría  dice que en Cuba  se vive una dictadura feroz. Yo me peleo mucho por esto, pues las asquerosas ideas capitalistas nublan su inteligencia y no pueden identificar los valores humanistas de un sistema social que ha hecho mucho por los marginados de la tierra.

Hay que visitar la isla para comprender la diferencia. En nuestros países capitalistas, los marginados no tienen para comer y mueren de desnutrición; la salud  y la atención en los hospitales  es crítica, ahora quieren recortar el presupuesto para la educación, pueden llegar a cerrar las universidades, claro, cuando un pueblo es ignorante, más fácil es dominarlo, y nuestro presidente juega al fútbol y pasea en su avión privado, gastando el presupuesto de la nación en viajes, comitivas. Lo único que le preocupa a los políticos acá, son los votos. Quieren hacer otro Estados Unidos en América del Sur.

Me dan muchas ganas  de tomarme un avión e irme a vivir a Cuba, pero se que no es fácil, tengo que terminar mis estudios (si es que me dejan) y luego pensar mejor las cosas. Mi sueño es ir a pasar el año nuevo allá y poder quedarme  allí, para seguir defendiendo a la Revolución, pero sé que para hacerlo debo tener un trabajo o ir a estudiar algo.

Desde la tierra  del Che Guevara, que lo único malo que hizo  en su vida, es no hacer la revolución aquí en la Argentina, te mando, con mucho cariño, un fuerte abrazo. ¡Hasta la victoria siempre!

Rosana".


jueves, 21 de junio de 2012

Hueso, pellejo y gordo para el cubano de a pie

El espíritu de Carlos Carnero, otrora dueño del restaurante, me perseguía. “52 años de gastronomía socialista y esto es lo que han conseguido”, eran sus palabras, una y otra vez acariciaban mis oídos hasta sangrarlos.
Por Arnoldo Fernández Verdecia.arnoldo@gritodebaire.icrt.cu 

Viernes 15 de junio. Inicia el carnaval en Contramaestre, uno de los municipios de Santiago, aquí en Cuba. Formidable impedimenta llegó al lugar desde todo el país.

La isla se muda de un lugar a otro. Juegos, comidas, dulces, helados, rifas, productos de artesanía y cerveza a granel, invaden cada rincón. Compran corredores, patios, salas, avenidas y calles para exhibir mercancías y venderlas. Orquestas de primer nivel, junto a otras de menor convocatoria, se unen a la impedimenta y, con el oído atento, escogen al mejor postor.

En el carnaval surge una especie de maridaje entre servicios gastronómicos  estatales y redes grupales por cuenta propia. De los primeros, desaparecen ofertas, siempre necesarias, en las fiestas, y del segundo, las encuentras por cantidades, pero a un precio inalcanzable. El problema tiene una respuesta, pero prefiero hacer dos preguntas, para que cada cual saque sus propias conclusiones: ¿Por qué la red de restaurantes y cafeterías, del servicio gastronómico estatal, no cubre la demanda en cuanto a diversidad de ofertas se refiere? ¿Qué hacen con los surtidos provenientes de los almacenes centrales?

El sábado acudí a uno de los restaurantes estatales, de mucha tradición culinaria antes de 1959: el Carnero;  hoy rebautizado con el nombre: Caribeño. Imaginé trato excelente, comida diversa y bien elaborada, bebida suficiente, y  sobre todo, mejores precios que los del mercado privado o por cuenta propia, como se dice por estos lares.

Como cubano tradicional pedí una ración de cerdo asado, por $24,  moros y cristinos, ensalada de pepino y una cerveza cacique. Creía llenar mi gusto con el pedido. Al revisar la Carta, era la única oferta. Suspiré. La duda se instaló en mi mente. A los quince minutos llegó el asado. ¡Sorpresa! Hueso, pellejo y gordo cubrían todo el plato. Ofendido me levanté de la mesa y llamé a la capitana. Me llevó junto al cocinero. Le pedí que separara gordo, pellejo, huesos y los pesara, garantizaba el pago del servicio. De 8 onzas, 5 eran de hueso, una de gordo y pellejo; y sólo una: carne.

Pregunté si era justo recibir un servicio como ese en una nación que se precia de conquistar toda la justicia. El administrador, un señor grueso, muy bien vestido, dijo que debía haber reclamado sin desmenuzar la ración. Le reiteré la pregunta: ¿Es justo recibir un servicio como este? El señor dio un respingo. “Claro que no”, precisó.  “A otros clientes les ha pasado y no crean un problema”, dijo. Cocinero se sacude. Es responsable de que el gramaje no esté en regla. Ha sido descubierto. ¿A cuántas personas les harán lo mismo?, interrogué. Por respuesta, silencio.

Una prieta salió detrás de un cajero y dijo que era la del sindicato. Anunció que finanzas y precios, en el gobierno municipal, eran los culpables. Mandaban la lista así y había que obedecer. “Nos interesa vender, sea gordo, huesos y pellejo. En la lista no se específica qué tipo de cerdo asado deberá ofertarse”. Una guapería, propia de la “gastronomía socialista”, para la que siempre lo malo tiene justificación, cayó sobre mis oídos. ¿Cómo era posible decir tantas estupideces?, pensé.

En el intercambio descubro que el asado tenía varios días de elaborado. Me comunicaron que no podían trabajar al pedido: “¿cómo era posible una idea así?, ¿a quién se le ocurre?” Pago un servicio y exijo calidad por el mismo, riposté, casi derrotado. “Usted nos disculpa compañero, pero no debía haber desmenuzado el cerdo”. Volvían sobre lo mismo para autoafirmarse. Convencido de que estaba en presencia de un círculo vicioso, del que nunca lograría salirme, opté por la variante de pagar la ración, y dejarles una propina en reconocimiento al mal trabajo.

Salí a la calle. El espíritu de Carlos Carnero, otrora dueño del restaurante, me perseguía. “52 años de gastronomía socialista y esto es lo que han conseguido”, eran sus palabras, una y otra vez acariciaban mis oídos hasta sangrarlos. La impedimenta cubría la vista. Fui hasta ella. Compré un pollo frito. No tenía opción. Sueño inquieto en la noche. Domingo nublado al amanecer.

Invitación a opinar
A todos los lectores de este post, los invitamos a participar en nuestro foro sobre Servicios Gastronómicos en Cuba. A continuación todos los comentarios, el suyo también es necesario. Gracias a todos.....

Ingenio y choteo en Viajes de Miguel Luna


Abel Prieto, su autor, nos presenta una caracterización del personaje Miguel Luna, que por momentos genera rechazo, y otras, aceptación.
 Por Arnoldo Fernández Verdecia.arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Un buen libro engancha desde la primera oración. Con Viajes de Miguel Luna no me sucedió así, llegué a confesar, luego de leer diez o doce hojas, que no servía. “Corría o trotaba o más bien reptaba tórrida  y lentamente aquel mes de agosto”. Así abría las puertas a dos historias: la novela de formación del protagonista, Miguel Luna (“Mikimún” para sus amigos); y el relato del primer viaje de Mikimún al extranjero, a la imaginaria isla de Mulgavia en vísperas de la caída del socialismo. Mi instinto alberga dudas. ¿Valdría la pena invertir tiempo en 537 páginas?

Tenía varios textos en cola, entre ellos, La carne de René. Pero algo etéreo, quizás mi linaje espiritista,  por parte de abuelo Jesús, motivaron un haraquiri, del que luego no me arrepentiría.  

19 días de Miguel Luna, en Mulgavia, ofrecen una mirada crítica, quizás en clave, tal vez entre líneas, de lo que representa tener talento literario en una isla, que premia la mediocridad e ignora la calidad.
Viajes de Miguel Luna apela al ingenio y al choteo como fórmulas para reflexionar sobre procesos destinales asociados a un escritor cubano, y a un sistema que naufragó en sus propias heces: el Socialismo de Europa del Este.

Abel Prieto, su autor, nos presenta una caracterización del personaje Miguel Luna, que por momentos genera rechazo, y otras, aceptación. Lo describe gordito, pequeño burgués, instruido en los clásicos; pinareño; y precoz en el español y el inglés. Es el típico niño que sus colegas desprecian y recibe motes; pero también es admirado por el conocimiento que atesora y sirve para sobrevivir en el universo escolar.    

Signan el comportamiento sexual de Luna,  una adicción a la masturbación que no lo abandona hasta sus últimos momentos de vida. No tiene actitudes ante el trabajo, padece complejos con su físico, que lo hacen incapaz de atraer a alguna mujer, al menos se valora así mismo de esa forma. En fin,  es un tipo de cubano crecido en décadas anteriores al parto glorioso de 1959. Toda la complejidad de ese mundo anterior, identifican al personaje, que desarrolla la peligrosa tendencia de querer ser escritor, en una Cuba efervescente, matizada por transformaciones revolucionarias, y la imagen machista del guerrillero que baja de la Sierra Maestra,  dispuesto ha construir la sociedad nueva, instalada en el imaginario, pero sin un acabado profético.

Miguel Luna nos permite conocer las complejidades de su familia: disfuncional a partir del exilio del padre a Estados Unidos por razones económicas; había perdido sus propiedades en la Cuba castrista; una madre que entra en locura ante el viaje inesperado de su esposo; una migración forzada a La Habana por razones de vivienda; convivencia junto a tres tías beatas y un tío espiritista: “Benigno”; una realidad signada por las escasez de alimentos y la tosquedad en los procesos productivos de las industrias; un mundo donde no hay espacio para la individualidad, pues tiene una razón de ser: servir a la Patria.  En ese contexto se desarrolla la vida de Luna. Muchos sueños permanecen albergados en su cabeza, pero no le queda otra opción que estudiar para profesor de español, e irse al servicio social en la Isla de la Juventud.

El interregno que va de la universidad al adiestramiento en tierras de piratas, corsarios y tesoros, determina sus inclinaciones literarias, y sobre todo, la vocación de viajero, proceso que lo lleva a devorar literatura de viajes, ya iniciadas precozmente en edades anteriores, pero que definitivamente consolida en estos años.

Balada para Eva es la obra que lo hace famoso en la universidad, gracias a ella recibe un premio. Gana reconocimiento y admiración en el mundillo literario, incluso es recibido en un selecto grupo de escritores que se llaman así mismos: Los Tres. Con su ingreso serán: Los Cuatro. Balada para Eva es la narración en versos del proceso experimentado por el autor, al acudir a la mayor adicción de su vida: la masturbación. Gracias a las emisiones eróticas que generan los poemas, logró atraer a la mujer ideal: Eloísa Pantoja.

Miguel Luna padece el trauma de la insularidad, proceso que permite al personaje, reflexionar sobre limitaciones que sufre un ser humano rodeado de mar. Quizás por esas razones, lo persiguen fantasmas de famosos viajeros en tierras continentales: Phíleas Fogg,  Marco Polo, Gulliver, Aladino, Popeye, Simbad, Supermán... Viajar, viajar, romper las rejas simbólicas de la isla. Todas las islas son prisiones, parece leerse en el espíritu total del libro.

Las peripecias realizadas por un creador para ingresar a la “venerable Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)”, son narradas con un toque de humor e ironía. Luna sueña ganar un premio que le abra las puertas a la benemérita institución. Sin embargo, un peligroso crítico, ensayista por más señas, ha leído su Balada para Eva, al ser publicada en la universidad, y siente una fuerte hostilidad hacia el autor, que no lo abandona nunca. Muchos malabares tiene que hacer el protagonista, entre ellos, uno muy famoso, escribir para complacer al jurado que lo evaluaría. Su amigo Heriberto Fresneda, alias El Bemba, aconseja eliminar cosas, poner otras, para poder alzarse con el galardón.

La forma en que funcionan los jurados literarios, en Cuba, son cuestionados desde la obra en formación de Miguel Luna. En realidad no interesa la calidad, sino los grupillos formados alrededor de uno u otro autor y sus poéticas, que como regla, premian, a los que siguen su obra o les son afines incondicionalmente.

Finalmente, Luna ingresa a la UNEAC y viaja. Por ironías de la historia, vive los últimos días de un país comunista, en Europa del Este, con el nombre imaginario de Mulgavia, aunque bien pudiera ser, cualquiera de los que formaran parte del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME).  La interacción con personas e instituciones, ofrecen al escritor cubano, una imagen de un país decadente, cerrado a la cultura occidental, atascado en las coordenadas del realismo socialista; pero también, las complejidades de una sociedad, al transitar hacia otro régimen,  y alojarse el capitalismo en su espacio físico y espiritual.

19 días de Miguel Luna, en Mulgavia, ofrecen una mirada crítica, quizás en clave, tal vez entre líneas, de lo que representa tener talento literario en una isla, que premia la mediocridad e ignora la calidad.  Luna tiene un alter ego, que lo hace verse como un genio que merece más y es marginado de viajes, prestigios, reconocimientos. En vida, sólo viaja a provincias, en el interior, a eventos sin etiqueta. Otros son los que reciben honores, aplausos.

Evadirse de la realidad, a través de la adicción a la bebida, es otra de los zonas desnudadas ante el lector. Asoma el estilo de vida de un escritor, con mucha fertilidad creativa, que decide anularse a sí mismo, ante la ausencia de oportunidades para crecer espiritual y materialmente.

En la distancia, Miguel Luna aprende que el odio no es fórmula para triunfar, a pesar de perseguirlo durante cuarenta años. Aprecia el valor del mundo afectivo inmediato: mujer, hijo y su único amigo (EL Bemba), aunque comprende que es un poco tarde para recuperarlo.

Su pierna gangrenosa, víctima de un vidrio adherido a la misma, durante una borrachera en Mulgavia, devora gordura, estropea la fertilidad creativa, y asiste a la mutilación de los últimos seres que aman y sienten por el socialismo. A pesar del dolor, asume la decisión de denunciar, en rueda de prensa, a su regreso a Cuba, los asesinatos masivos de que son víctimas, por parte de bombardeos del capitalismo occidental.

No podrá hacerlo. Llega a Cuba muy grave. Es internado en un hospital con un shock séptico. Tienen que amputarle la pierna. Muere el 28 de septiembre de 1989, una fecha simbólica en el calendario épico, fundación de los Comités de Defensa de la Revolución, un día antes de cumplir 41. 


Para un escritor lo más preciado es la lengua materna. Miguel renuncia a ella, vísperas de la muerte. Sus últimas palabras las dijo en mulgavo: “Mulg-hüssh, mlg-hüssh,  mulg-hüssh!”, las mismas que pronunciara una enana antes morir, víctima de  bombardeos imperialistas. ¿Cuántas lecturas pueden hacerse del citado hecho? No pidió luz como Goethe. “El barrio exageró y vino en pleno o casi en pleno al último viaje de Luna”. “Los principales dirigentes de la UNEAC  y de la Sección de Escritores no asistieron a la ceremonia… ”Lopito, el exnovio  de Eloisa Pantoja “también estuvo ahí”.

Mi haraquiri ha terminado. Diversas ideas flotan. Miguel Luna llega a los 40 sin viajar a ningún país del mundo. Tiene talento, a pesar de los defectos que caracterizan su personalidad, pero el contexto en que se desarrolla, no favorece a las individualidades creativas. Odio, alcohol, cigarros, pajas y lecturas, son antídotos ante la mediocridad que invalida. Recibe como premio, por defender lo individual ante lo colectivo, tremenda sátira, casi cercano a la muerte, e incluso en su réquiem, viajar a un país decadente y socialista de apellido.

Abel Prieto ha logrado, inteligentemente, apelando al ingenio y al choteo, construir el arquetipo del creador cubano, hijo de una revolución utópica, que hizo como Saturno. El mensaje final para los lectores: Sólo queda fantasear, desde el trozo de tierra que recibimos “socialistamente”, e imaginar que un día, alguna persona o institución, nos seleccionen para un viaje.  

Tengo 40 años anclado al fondo de la isla.

lunes, 4 de junio de 2012

María Antonia Puyol y su granja milagrosa en Cuba comunista


“Ella puede cabalgar en una dirección durante dos días en su caballo y aún así seguiría en su tierra".
 Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu  

A unos kilómetros del lugar donde vivo, aquí en Contramaestre, oriente de Cuba, se levanta una imponente granja privada: El Alcázar. Sus trabajadores reciben salarios decorosos y son beneficiados con una nutrida jaba  de alimentos, muy difíciles de adquirir en otros lares, entre ellos la carne de res.  El Alcázar es valorada como ejemplo de excelencia en la ganadería.

En torno a su nombre existe el mito de si fue la María Antonia que ayudó a Fidel Castro en México; o sencillamente una vecina del líder cubano en Birán, unida a la familia de éste por sólidos lazos afectivos.  La segunda de las razones es la que se acerca definitivamente a la verdad.

Lo cierto es que resulta inexplicable para muchos conservadores, como en un país socialista se permitió un modo de producción que difiere con las esencias del colectivismo leninista; pero la realidad es que funciona bien y sus animales son reconocidos en todas las ferias ganaderas de Cuba y del mundo.

Algunos medios malintencionados describen sus propiedades como un ente infinito: “Ella puede cabalgar en una dirección durante dos días en su caballo y aún así seguiría en su tierra. Esto ocurre en el único país comunista en el hemisferio occidental”. (BBC Mundo)

María Antonia Puyol no se disculpa por ser una gran terrateniente. La tierra, insiste, necesita un dueño, por eso dice:  "La tierra: Si es suya, uno la cuida y la valora. Pero si no es suya y sólo se la dieron, a usted no le importa".

Nadie imaginaría que años  después Cuba retornaría silenciosamente hacia este modo de producción, aunque tímidamente, pues la tierra es entregada en usufructo. 

Aquí en Contramaestre proliferan muchas personas que imitan a María Antonia Puyol. Nombres como Jaime Fonseca, Hildo Rosales y Eusebito, entre muchos otros, no les alcanza la mirada para cubrir sus propiedades.

El paso del tiempo y la actualización del modelo económico y social cubano, parecen darle la razón a María Antonia Puyol. Su extensa propiedad no es un destello del pasado, es quizás, una anticipación milagrosa de lo que siempre debió ser el futuro.

sábado, 2 de junio de 2012

Caricatura del Blogazo Cubano o de los mercenarios de la Web*


Por Jose Julio Pérez (Cubano residente en Miami)

Esto lo terminé anoche, ya que un supuesto bloguero me bloqueó,  por que no le gustó mi comentario, a mí no me gustan los de ellos sin embargo los leo, para saber.... ja ja ja (José Julio Pérez)
Este es el Blogazo Cubano. Desde la Cuba apuntalada, entre palos y piedras sale el Bloguero, "Mercenario de la Web", provisto de una computadora y el acceso al Internet ofrecido por el gobierno, sale este número, esta cuenta, mirando lo que puede ver, entre las limitaciones y la censura, el cerebro convertido en una máquina que se enciende y se apaga según sea necesario, antigua, sonante.

Debe oír solamente lo que se le dice. Audífonos son provistos para que eso suceda como fue planeado, la boca suturada dejando solo un escape para poco alimentarse, un cassete es añadido para repetir lo ordenado sin miedo a equivocarse, un video televisor también para reproducir las imágenes que son permitidas, un filtro para respirar no vaya a filtrarse el diversionismo ideológico.

Cuidadosamente vigilado y chequeado este mercenario de la Web ha llegado a repetir el cassete, el video, la serenata de que esta máquina por lo menos pueda hacer su ruido en libertad...

*Caracol de Agua publica esta caricatura ofensiva de los blogueros reunidos en el BlogazoxCuba. La misma fue tomada de la red social Facebook. Su autor es José Julio Pérez, cubano residente en Estados Unidos. Blogueros, los invito a desmentir  este alarde de conocimiento de la Blogosfera Cubana en Revolución.


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Aviso a los lectores de Caracol de agua

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