lunes, 30 de julio de 2018

Cuando los sueños unen (making of de la verdadera ruta funeraria de José Martí)


Donde comienza la verdadera Ruta Funeraria.

Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com 

Cuando los sueños unen,  no importan las diferencias. Qué malo fuera si estuviéramos de acuerdo en todo. Con esa energía a cuestas nos fuimos un día  a salvar la memoria de uno de los trayectos más olvidados de la Historia de Cuba, “la verdadera Ruta funeraria de Martí Apóstol”, esa que inicia en Dos Ríos y pasa por el Jobo de Martí, Remanganaguas, Los Pasos, el Anoncillo Macho de Juan Varón, y la guásima y la palma real de la Aduana, saliendo por Tamarindo.

Contramaestre tiene muchos kilómetros de la Ruta Martiana y es un honor visibilizarla, sin esos afeites ideológicos que  muchas veces niegan el valor de la historia. Desde Dos Ríos hasta la Aduana somos dueños de un patrimonio de un valor histórico enorme.

Para filmar esa verdad, en los predios de Contramaestre, mucha gente colaboró, desde las autoridades del gobierno, el Partido, hasta las personas que cuidan celosamente el pasado que los une a lugares vinculados con el recorrido del Martí cadáver. Hubo que tomar muchas tazas de café, cenar espléndidos almuerzos, incluso algunos tragos de ron, pero fue tanta la solidaridad de las familias con mi colega Roque y conmigo, que uno cree todavía que el alma cubana, como diría Martí, está en los campos.

Fuimos, sobre todas las cosas, muy humildes; nunca llegamos a una casa con la verdad en la mano, supimos negociar historias y la gente nos vio como cercanos; por eso nada quedó escondido, mucha historia con dolor asomó en cada relato de los octogenarios y los que andan ya cerca de los cien.
 
Nunca en nuestras vidas habíamos visto el Anoncillo de Juan Varón, creo que la mayoría de los once millones de la isla tampoco;  saberlo regio ante los huracanes, la lluvia, el tiempo, nos hizo respetarlo más; aunque tememos a las  manos inescrupulosas, ignorantes, que un día puedan tomar un hacha y derribarlo, porque nada dice que bajo esa sombra descansó el cadáver de José Martí el 25 de mayo de 1895.

En el Jobo quieren tumbar el nuevo árbol porque está enfermo, sembrar otro, así hicieron con el histórico, alguien decretó su muerte, porque una plaga comía su tronco; sin embargo hoy retoña y parece que a muy pocos importa ese nuevo despertar. Quizás un día retornemos y ya no estén las ramas que en el centenario de la caída en combate de José Martí fueron sembradas allí.
 
La Aduana duele recorrerla. Ya no tiene la palma y una pobrecilla guásima  intenta vivir en medio del sol, la falta de agua y el polvo terrible que cae sobre ella. El espíritu de Martí únicamente perdura en los más viejos que ya casi dejan lo terrenal.

Qué bueno saber el valor sentimental e histórico de nuestra serie “Remanganaguas: la verdadera Ruta funeraria de José Martí”, porque visibiliza a los cubanos, al mundo, esos lugares que el hombre de a pie no recorre por ignorancia y el ilustrado no visita, porque no tiene los medios de hacerlo.

En septiembre de 2018 Contramaestre recibirá en sus predios a los martianos de toda la provincia Santiago de Cuba. Como parte del encuentro los participantes podrán ver algunos capítulos de la serie “Remanganaguas: la verdadera Ruta funeraria de José Martí”, inspirada en el libro “José Martí, el Apóstol de Remanganaguas”, de los autores Antonio Isaac Hechavarría y Arnoldo Fernández, que gracias a los recursos personales y la pasión de dos periodistas, compañeros de labores en Radio Grito de Baire, se convirtió en documento histórico, pieza valiosa de una memoria que ya nadie podrá olvidar.
Vuelvo a mi pensamiento inicial, “cuando los sueños unen”, bienvenido todo lo que ayude a fundar en medio de la transparencia, la investigación seria, sin falsos protagonismos, ni egolatrías enfermas. Martí tuvo muchos enemigos en vida, gente que no lo quiso bien, esa es la verdad. Ningún hombre es tan perfecto como el sol, los agradecidos ven la luz de su obra; los otros se detienen en las manchas. Con Martí a cuestas seguimos por los caminos de Cuba, tras esas historias escondidas que las nuevas generaciones deben conocer. Agradecemos a todos los que generosamente colaboraron para que “Remanaganaguas: la verdadera Ruta funeraria de José Martí", fuera posible.

sábado, 28 de julio de 2018

Cuba une, no importa la distancia



A mi hermano Reinaldo Cedeño.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com   

Hago el mismo recorrido de todos los días. Busco a los amigos que no están, necesito hablarles de la vida, las cosas, pero mis amigos están en otra parte, o se han ido a algún país del mundo, o están muertos, o sencillamente se han alcoholizado, o ya no son mis amigos.

Hay una fiebre enorme de huir a cualquier lado, a algún sitio donde se pueda estar tranquilo, reunir unos kilos y regresar a reunirse con aquellos que una vez estuvieron, o los que permanecen leales, o con la familia dispersa. Lo ideal es una playa, un río, o el asado de un puerco en medio de la calle, una finca o sencillamente donde estar unidos, al menos, en esos instantes fugitivos, memoriosos, que nos hacen tan felices.

Un padre ha traído a su niño a Cuba, lo he visto descalzo, metido entre la gente, lleno de tizne, tomando un café en el lugar de todos, “tiene al cubano en los genes”, dicen sus cercanos. Así las cosas; la gente está viniendo de cualquier lugar a buscar a los suyos, a darse una dosis enorme de espiritualidad compartiendo una cerveza, un plato de comida, caramelos, chicles, lo que ayude a unir, a dar alegría, a repartir sueños. Casi nunca se habla de política, porque están muy agotados de lo diario.

La gente tiene sed de muchas cosas y esos amigos que llegan, traen un espíritu que vale la pena compartir; son cubanos hasta los genes como el niño tiznado, cubanos que no traicionaron nunca, que se fueron por mejorar económicamente, deportistas, artistas, gente que hoy tiene mucho que darle a sus hermanos de la isla. Merecen volver, ser  llamados también ciudadanos en la nueva Constitución.     

Sólo con esos amigos puede uno creer posible montar una bicicleta de agua en Varadero, o contemplar el azul del mar, las arenas blancas, los placeres de un capitalismo que una vez llamamos brutal y nos acompaña hoy disfrazado de oveja. Ahora hacen falta esa gente que está afuera, para darnos esos días de asueto, “mi familia carajo”, dice un viejo octogenario, “hasta campos de golf para ricos están floreciendo, imagino, dice-, que eso tampoco es para  los cubanos de adentro como yo, porque con qué bolsillo entrar allí".

Las grandes ciudades embellecen, los pueblos pequeños siguen con el mismo maquillaje de sus inicios. Las ciudades grandes viven de los pueblos pequeños. No hay manera de cambiarlo. ¿Con qué poder?

Vivo en un pueblo que sus creadores llamaron “Mesopotamia oriental”,  tierra entre los ríos Cautillo, Jiguaní y Contramaestre, donde cualquier semilla era fruto de la noche a la mañana y el ganado se esparcía silvestre. De aquella Mesopotamia solo queda el recuerdo, quizás el espíritu.

La gente que viene busca el pueblo bello, el de sus recuerdos, algunos quieren fundar, invertir, pero no hay manera de hacerlo. Lo que una vez José Martí llamó “crucero del mundo”, es una metáfora inalcanzable. Pensar que en mi pueblo hubo libaneses como Isaías y Erasme Tarabay que crearon hoteles identificados con sus apellidos; emigrantes asturianos como Carnero, que también lo hicieron, gente de Murcia, Canarias, Andalucía…Todo lo que habla del Contramaestre que somos, tiene un fuerte componente de riquezas venidas o creadas por emigrantes…

El regreso a casa, día por día, me pone muy sentimental, pienso en los viejos amigos, ¿dónde estarán ahora?, ¿en qué mares del mundo?, ¿en cuáles pueblos?, ¿qué familias fundaron?, ¿qué huella dejaron en la vida? Mis dudas me lastiman, como mismo lastiman a muchos que una vez fueron amigos y hoy no lo son; pero Pablo me asiste y cantamos, como lo hacen todos los que vuelven y encuentran a su gente: “¿Dónde estarán los amigos de ayer? (…) ¿Dónde andarán mi casa y su lugar, mi carro de jugar, mi calle de correr? ¿Dónde andarán la prima que me amó, el rincón que escondió mis secretos de ayer? Cuánto gané, cuánto perdí, cuánto de niño pedí, cuánto de grande logré. ¿Qué es lo que me ha hecho feliz? ¿Qué cosa me ha de doler?”.

lunes, 23 de julio de 2018

CONTRAMAESTRE: "Mi forma de hacer Rap, ay mamá"

El rapero Chucho es un artista de Rap muy querido en Contramaestre, oriente de Cuba. Actualmente reside en Atenas, Grecia. En su historia musical tiene varios demos, discos y hace radio, televisión. 

En 2009 grabó un clic de video, que por casualidad pude apreciar en casa, por esos azares tan especiales que traen las redes sociales; predominan en su factura imágenes que documentan una historia vinculada totalmente a Contramaestre, lugares esenciales en su vida espiritual, que determinan su línea de Rap.

La gestualidad, unido a una rítmica y palabra cuidada, con algunos giros en inglés, también son parte de esta historia; de alguna manera dice como somos, como hablamos, como nos relacionamos. Chucho va hasta el río Contramaestre, acude a sus aguas, se bendice allí; asume el tabaco y su raigal cubanía, todo eso y más nos habla de la Cuba profunda de donde viene Chucho. El clic es un canto a la solidaridad humana, los amigos, la familia, el barrio. 

El clic se volvió viral en la red social Facebook, al encontrarlo, conversé con Chucho y me permitió compartirlo con todos los que quieran apreciar buen Rap, nacido en el oriente cubano, tierra adentro, lugar de gallos cantores y finos, esos que saben ponerla buena y apuntan directo al corazón de la gente.

Saludos a Chucho en Atenas y a nuestro muy cercano, Rolando, un artista que nunca ha dejado de luchar por el Rap desde Contramaestre. En verdad, amigos, disfruten “Esta es mi línea de la calle” y comprenderán porque Chucho es tan cubano y universal a la vez, a pesar de que vive en la ciudad más filosófica del mundo. 

Aquí “ESTA ES MI LINEA DE LA CALLE”. PRODUCE PAPA UMBERTICO REAL 70 - CHUCHO-S.H.S - 2009.

domingo, 22 de julio de 2018

Documentando la pobreza desde la Cuba profunda



Todo esto por 151 pesos cubanos. Vale la pena, como diría un famoso psicólogo de nuestros medios.

Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com 

Alguien se ruborizó al escucharme decir "somos muy pobres, pero no vivimos en la miseria". Ese alguien no sabía la diferencia entre uno y otro concepto; el dogma ideológico no le permitía entender algo tan elemental.

Volví a la carga y  dije que mi salario apenas cubría cuatro o cinco días, porque todo está demasiado caro y por mucho que uno estire no hay manera de llegar al resto del mes. El hombrecillo se puso rojo como la grana. No admitía algo así,  menos él, tan sabio en asuntos de igualitarismo y doctrinario de los pies a la cabeza.

Seguí con mis razones: ¿por qué debo ir a Bayamo a comprar alimentos?, ¿qué diferencia hay entre esa ciudad y la mía, si apenas nos separan 50 minutos de distancia en automóvil? Aprecia las cosas que compré:

1 libra de queso amarillo.
4 libras de mortadella de pescado.
2 libras de mortadella de pollo.
2 libras de jamón vicky.
1 botella de vino de pasas.
10 panes suaves con ajonjolí.
1 paquete de refresco en polvo.

Todo eso por 151 pesos cubanos. Más veinte de pasaje y diez de merienda. Creo que para mi pobre mundo es algo muy grande. Ahora puedo respirar unos días. Al llegar a la ciudad donde vivo,  un melón de ocho pesos. Qué ironía, -le dije-...

El hombre admirado llevó la vista a las cosas, en verdad sabía que tenía la razón, pero a quién echarle la culpa de que en Contramaestre no pudieran encontrarse alimentos a precios razonables.

Le conté de los paquetes de galleta, pues hasta Bayamo llegan personas de las provincias orientales a comprarlos. ¿Sabe por qué? Son los mejores, de un paquete hacen cinco y lo venden a 15 pesos, 55 cañitas limpios. Redondo el negocio. ¿Por qué no pueden hacerlo con la misma calidad en el resto? ¿Acaso la materia prima? ¿El oficio? Otra cosa, el vino de pasas “Rey del Cauto”, cuesta allí 35 pesos, lo compran por montones y sabes a cómo lo venden acá, a 50, 15 limpio. La pregunta: ¿es tan complejo crear alianzas para traer esos productos?

En lo adelante tengo algo muy claro, cada vez que junte algunos pesos, tomo una guagua o un camión y me voy a Bayamo, allí venden carne de res en múltiples formas (palomilla, boliche, filetillo), en verdad cara, pero legal,  no existe el peligro de ir a prisión por comprarla en el mercado negro.

El señor quería aplastarme con sus argumentos, pero no tenía forma de hacerlo. Me dio una palmadita en el hombro y dijo “tal vez tengas razón”, luego salió a caminar bajo el sol de la tarde, quizás muy  culpable por no pensar de la misma forma que yo, sabiendo que me asistía la razón.  
Hacia Bayamo, muy cómodo.
Ya con los alimentos comprados, camino a la Terminal.

La cola de las galletas es un hecho incontrolable.

El regreso, una odisea terrible sobre un camión

lunes, 16 de julio de 2018

Revolución es un estado espiritual

Una mañana abriré los ojos y seré Pedro Páramo, quizás no tendré la certeza de si estoy vivo o muerto.
A mi hermano Antonio Isaac 

Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com

Al hombre le cuesta salir de la cama, puede ser cualquiera, no tiene identidad. Donde vivo todos son el hombre que intenta levantarse día por día. Yo soy el hombre. Siempre el círculo. Potajes de frijoles negros, chícharos, arroz blanco; un trozo de cualquier vianda; ausencia de “plato fuerte”;  al menos tiene la imaginación para soñarlos, o aquellos 80 que nunca volverán.

Lee por media hora encerrado en el baño. Es su mejor momento del día. Después, interminables jornadas siendo testigo de quejas, lamentos, maldiciones, babalaos y sus maleficios en las esquinas. El odio alcanza el cielo.

En la calle, alguien buscando vender cualquier cosa a precios elevados. La viejita pregona culantro de castilla; el discapacitado cucuruchos de maní, el viejo soldado limpia zapatos bajo un framboyán, el guerrero de Angola limpia calderos por veinte pesos,  el Testigo de Jehová, sus panes, el hijo de Juan el Misionero, sus ensartas de mojarras, la vieja de Bungo 5, turrones de maní, el profe, las botellas El Cauto,  la vieja Esmerida, sus cigarritos; parece un circo donde cada uno tiene varios personajes.

Desde la ventana, el mundo pasa muy lento; uno quiere andar, pero es tanto el peso del cuerpo.  Una amiga pregunta, ¿si es algo propio del año?, otra dice, que es el calor, lo cierto es que la gente lleva una carga aplastante e intenta salvarse con licores, excursiones al Mogote, Vega Limones, o lo que pueda darse según sus menguados bolsillos.

Yo también soy muchas veces ese hombre que no consigue levantarse cada día, todos somos ese hombre, luchamos por ser otros, pero al final nos aplasta el trillo, el zombi metido en el alma y uno quiere elevarse, creer en París, Cuzco, Petén. ¿Dónde están los sanos de corazón? ¿Dónde los que no odian? ¿Dónde los que no envidian? ¿Dónde los agradecidos? ¿Dónde los que dicen la verdad? ¿Dónde la familia? ¿Dónde los revolucionarios de espíritu?

El día me aplasta y así sucede durante la semana. Una mañana abriré los ojos, quizás no tendré la certeza de si estoy vivo o muerto. Un amigo me dice “Revolución somos todos” y le respondo: “Revolución es un estado espiritual que un día conseguiremos si somos hombres”.  

Calzo los zapatos y salgo a la calle. Todos lo hacen y buscan una felicidad que no consiguen traer en sus bolsos cuando termina el día. No queda otra que irse a la cama, cerrar los ojos. Hasta los sueños pesan. Al levantarme, la carga ahí, mirándome en tono desafiante; pero mientras tenga vida hay que seguir; la “resistencia es el único camino”. Así lo creemos todos.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Aviso a los lectores de Caracol de agua

Este blog admite juicios diferentes, discrepancias, pero no insultos y ofensas personales, ni comentarios anónimos. Revise su comentario antes de ponerlo, comparta su identidad y debatiremos eternamente sobre lo que usted desee. Los comentarios son propiedad de quien los envió. No somos responsables éticos por su contenido.