sábado, 30 de julio de 2022

Vindicación de un pequeño sitio de la patria






Por Reinaldo Cedeño

GRACIAS Arnoldo Fernández por tu investigación sobre la narrativa del paso de los restos de Martí por Remanganaguas, por la vindicación de los pequeños sitios de la patria, por tu ojo avizor y oído atento a tantos detalles que uno desconoce. 

De lujo.

Silencio, atención y agradecimiento, como era menester, a tu conferencia "José Martí: El apóstol de Remanganaguas" en la Biblioteca Pública Provincial  "Elvira Cape". 

Bravo por tu donación a la Sala Martí del volumen homónimo (Alianza Roque Libros y Piel Adentro Editores). Ellos sabrán atesorarlo y ponerlo a disposición de todos.

Y un honor tu participación en nuestra peña Página Abierta, camino a los nueve años. De aquí y de allá dejo esta fotos. Incluye esa imagen de  amor con Carmen Bonne Castelnaux, la profesora eterna, y esa otra con este despeinado boniatero cerca de la campana. Perdona los desenfoques y los sudores. Un abrazo de hermano.

Recuerda siempre que Santiago es más...

martes, 26 de julio de 2022

VIÑETAS DE TIERRA ADENTRO (Sueños rotos)


Por Arnoldo Fernández Verdecia.

Una mañana de agosto de 1989 un joven salió de su casa. Atrás quedaron sus abuelos, su perro, sus colores, el trino del sinsonte, el vuelo del zunzún, el sabor de la papelina, la naranja, la mandarina, el canto del gallo al amanecer y el olor a café recién colado.

Llegó a un lugar donde le enseñaron a pensar, a creer, a elevarse. Algunos profesores despertaron en él la pasión por las humanidades y se volvió un filántropo. Juró que nunca sería esclavo, ni rendiría culto a hombrecillos dueños de verdades absolutas.   

Un día de 1995 salió de aquel lugar y viajó a un lugar llamado el 1; allí conoció el hambre, el dolor, los sueños rotos, la noche llegando. 

Logró salir y se fue a un sitio donde los viejos vivían de narraciones épicas. La fortuna lo acompañó y aquellos venerables ancianos lo ayudaron a seguir su camino. 

Llegó entonces a una funeraria y vio las muchas caras de la muerte; allí se encontró con un duendecillo que le habló del porvenir y decidió seguirlo en sus recorridos; vivió de  sus recorridos, comía lo que Dios ponía ante sus ojos; fue feliz pudiera decirse, pero un día señaló los errores del duendecillo, no lo hizo por maldad, sino para ser consecuente con lo que había aprendido en la vida; entonces el duendecillo lo expulsó de su reino y el joven que ya no era tan joven tuvo que regresar al comienzo de su viaje, pero ya no estaban sus abuelos, su perro, sus olores, sabores, el vuelo del zunzún, el canto del sinsonte.

jueves, 14 de julio de 2022

El nuevo rey de la guaracha (Crónica)


Por Arnoldo Fernández Verdecia.  

Salió de "Los muchísimos", allá en casa de abuela Amalia, donde la música era un don que acompañó a toda la familia. 

En alguno lugares de Cuba lo llamaron "El loco", porque hacía una fiesta lo mismo bajo un puente, que a la sombra de una ceiba al mediodía.

Muy pocas personas saben que se graduó de comercio, pero trabajó de carpintero, carnicero y en todo lo que Dios puso en su camino. 

En Los astros tocó el bajo;  lo hizo muy  bien, dicen sus colegas de aquellos momentos precursores en la historia musical de la que fue llamada en 1988, "Ciudad del cítrico."   

Formador de instrumentistas de la guitarra, el bajo. No hay dicha mayor para este hombre que ver a sus discípulos convertirse en profesionales. 

Considerado el rey de la guaracha en Contramaestre. En ese trono ya es famoso. En cualquier jolgorio tiene que tocar La Wiffi,  Soy un tipo viejo, La boniatera, La motorina, El mlc y muchos números más de un amplísimo repertorio.

Padre, abuelo, hermano, amigo, hombre de una inmensa generosidad. El pueblo de Contramaestre es su mayor pasión. 

Siempre será una de las estrellas de aquellos Astros que se desintegraron en 2016. 

Pachango, que nadie lo ponga en duda, es una personalidad de la cultura en este municipio del oriente cubano.

martes, 12 de julio de 2022

LA ESTRELLA DE LOS ASTROS (Crónica)


Por Arnoldo Fernández Verdecia 

En un lugar de Lumumba, tierra adentro, en la casa de Amalia Mustelier, un muchacho de siete años convirtió la paila en su instrumento favorito. Allí empezó la historia de José Gutiérrez González, Pipito el de la paila, conocido así en aquel reino donde ganó amigos, colegas, admiradores... Había nacido un 14 de julio de 1962, hijo de Alfonso y Guarina. 

Al cumplir los 11 se fue a la Ritmo Oriental de Nito Ortega, donde adquirió mayores habilidades en la paila y creció musicalmente hablando. 

Pero Pipito soñó en grande, por eso aprendió infinitamente de forma autodidacta y decidió probar fortuna con el conjunto Castellanos, pero tocando acordeón, guitarra prima. 

El servicio militar lo sorprendió, pero no perdió tiempo, ingresó al Conjunto Artístico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; allí se estrenó en el piano y el trombón. 

Al licenciarse se fue a Jiguaní como trombonista del conjunto Katabatá. Invirtió algunos meses en la citada agrupación, pero regresó a Contramaestre, su tierra, donde trabajó como instructor de música en la escuela primaria Manuel Galán. Luego se incorporó al Movimiento de Artistas Aficionados e ingresó a la que sería la agrupación de su vida: Los Astros. 

Razones profesionales lo llevaron a Holguín, donde formó parte de la emblemática orquesta Hermanos Avilés por varios años; pero regresó nuevamente a Contramaestre, a Los Astros y se convirtió en su director, ya como auténticos profesionales de carrera evaluados. 

Varias veces probó fortuna en otras agrupaciones, incluso fuera de fronteras: La Alianza, Son 14, Cubano Express y la Sinfónica de Curazao; pero el llamado de su tierra natal, las raíces, lo convocó y en 2011 unió su vida profesional por completo a la agrupación que vio crecer, ganar premios, convertirse en orgullo de Contramaestre. Con ella grabó varios discos, se presentó en carnavales de toda Cuba y fue reconocido por sus contemporáneos como uno de los grandes músicos de nuestra historia.

Cada pueblo tiene los músicos que se merece; algunos como Cheo trascienden su tiempo y se quedan en la memoria de todas las generaciones.  Una y otra vez habrá que volver a él, para darle sentido al presente e imaginar la ruta del porvenir. 

Cheo, nombre artístico con el que fue conocido por sus colegas, ya como profesional, es aquel niño llamado Pipito que junto a Los muchísimos, en casa de su abuela Amalia, sobre unos taburetes, tocó la paila y viajó al cielo un 23 de abril de 2017, para convertirse en la mayor estrella de  Los Astros.

lunes, 11 de julio de 2022

LA MEMORIA PUEDE SALVARSE (A propósito de nuestro libro José Martí, el apóstol de Remanganaguas)


Por Arnoldo Fernández Verdecia. 

Un libro es parte esencial de la vida, sobre todo si ha sido el resultado de una investigación iniciada en 2004 y concluida en 2019. 

Soñamos publicarlo en alguna editorial cubana, pero siempre que parecía posible lograrlo, sucedía algún imprevisto y no conseguíamos concretar ningún acuerdo. 

¿A qué editorial podía interesarle un libro sobre José Martí en Remanganaguas?

Fueron imprescindibles los datos procesados para conformar un texto que aclaró muchas cosas para la historia, entre las que sobresale la presencia de un grupo de familias en Remanganaguas en 1895, responsable de la construcción de un imaginario sobre la llegada del cadáver de Martí allí, los días que estuvo en su cementerio, en su barrio y todo lo relacionado con el traslado a Palma Soriano. 

Pero también narramos la historia del barrio de Remanganaguas, cómo surgió, su devenir  en la colonia, la República, los partidos políticos que hubo, la confrontación electoral a partir de la utilización del recurso simbólico a Martí. No podía faltar la historia de su cementerio, la parroquia y el cuartel militar que lo atendía, que son sin dudas, datos que no pueden soslayarse para entender el barrio al que había llegado Sandoval el 20 de mayo de 1895. 

Resultó muy interesante la información procesada, sobre la robusta sociedad civil que hubo allí en los años de la República, artífice principal de la construcción del obelisco, y de la campaña comunicacional a favor de la Gran vía martiana, donde hacían coincidir historia y economía para gestionar el desarrollo de barrios y sitios enlazados a la ruta funeraria de José Martí, un anhelo que llega hasta hoy. Ese espíritu emprendedor hizo posible que a partir de 1942, Remanganaguas cambiara su nombre por barrio José Martí. 

José Martí, el apóstol de Remanganaguas, está escrito con los sentidos bien atentos a los datos de las fuentes: las orales y las escritas. El libro es el soporte que salvó un imaginario que corría el riesgo de olvidarse, o ignorarse por desconocimiento. Ojalá y alguna editorial cubana se interese en una edición para el lector de la isla. 

Agradecerle a Roque Libros y Piel Adentro Ediciones, por la publicación del mismo y que hoy esté disponible para los lectores del mundo. Agradecerle también a mi amor Alejandra Carolina y a mi amigo del alma Víctor Adriel, por hacer posible un sueño que en aquel momento para nosotros era una terrible pesadilla, pues fuimos víctimas de varios intentos de plagio por parte de personas inescrupulosas, que medraron a costa de los resultados de nuestra investigación y hasta ganaron premios, reconocidos incluso por algunas instituciones de la vida pública.  

Un día como hoy de 2020 fue publicado José Martí, el apóstol de Remanganaguas, un libro que honra la memoria histórica de un barrio de Cuba, que por razones inexplicables volvió a llamarse, a partir de 1976, Remanganaguas. 


sábado, 9 de julio de 2022

ODELÍN ES MI AMIGO (Crónica)


Por Arnoldo Fernández Verdecia. 

Arnoldi, Arnoldi, siento su voz desde el patio y respondo: -Ya voy Odelín. Un fuerte apretón de manos es nuestro saludo. 

Luego va a su ambulancia, la que sirve a los abuelos, al que la necesita, y me trae unos mangos; con inmenso cariño me invita a probarlos, son de los mejores Arnoldi, me dice. 

Me pregunta por mi respiración, cómo anda, le digo que más o menos, entonces cierra los ojos, ora muy concentrado y luego me invita a toser, luego me pide que expulse la flema y suelta una palabrota. Ahora sí estás bien Arnoldi, exclama con seguridad.

Me pide unas fotos para Radio Progreso, Telesur, Facebook y lo complazco. Mucha gente me sigue allí Arnoldi, tengo que complacerlos. Sonrío ante sus palabras. Eres una figura de mucho respeto, le digo. 

La situación con la alimentación es compleja, por eso le pregunto dónde está comiendo, responde que en El criollito. Cocinan bien, pero casi siempre es lo mismo mañana y tarde. Hace un gesto de estar al tope con aquello.  

Parece que va a llover, me dice. Debo regresar, tengo mucho trabajo que hacer Arnoldi. 

Monta en su ambulancia, la del pueblo, la de los viejitos y se pierde en una ciudad que no lo valora como merece; mucha gente se burla de su estampa quijotesca, de persona conectada con Dios y hasta violentan su cuerpo con empujones, golpes... 

Odelín Lara es un personaje de nuestra cultura popular, nuestro Caballero de París, el que en sus delirios hace el bien, no importa edad, sexo, origen social, ideología política.

Odelín es mi amigo, no me apena decirlo. Ojalá y todo Contramaestre lo sienta así y lo cuide como merece. Es un símbolo de una virtud que en los más cuerdos parece extinguirse.

lunes, 4 de julio de 2022

ADIÓS COSITO DE MI VIDA (Crónica)



Por Arnoldo Fernández Verdecia 

Tu lengua era un regalo de cada amanecer, primero te erguías sobre tus dos patas traseras y luego pasabas una de las de adelante sobre mi cuerpo dormido; cuando abría los ojos, allí tú, con esas motas de algodón blanco, negro y esa mirada tan humana que me hizo adorarte desde el día que decidí recogerte, cuando deambulabas por las calles, sin refugio, ni comida, ni amor... Te di primero unos metros cuadrados en una casita improvisada que hice para ti, pero eras tan agradecido, amoroso, que fuiste ganando espacios y terminaste acompañando la soledad de mi habitación, donde ya nadie podía sacarte de allí. Heredaste el plato rojo, el de Cuquita, la mascota de 15 años que el tiempo me robó en enero de 2021, lo hiciste tan tuyo que no podías comer en otro. Comprendí que conocías mi dolor y sabías empujarme a seguir viviendo, luego de perder el trabajo, a mi padre, al abuelo que me crió desde niño, a la finca donde vine al mundo que tíos egoístas nunca compartieron e ignoraron la memoria amorosa del abuelo. Nunca pude llevarte allí porque ya era de extraños. Añoré recorrer aquellos sitios donde mi niñez creció y fue feliz, pero no pude complacerte. Creí que podíamos tener un fragmento de tierra para sembrar, un caney forrado con guano, plantas frutales para alimentar el alma, un concierto de tojosas y palomas como regalo y juntos esperar la tarde para volver a casa y regresar cada día allí, como antes lo hizo el padre del abuelo, el mismo abuelo, mi padre y yo. Nunca supe la edad que tenías al llegar. No te pregunté, lo importante era hacerte feliz y que olvidaras los traumas que tu vida anterior grabó en tu memoria. Conociste el amor en toda su fuerza expansiva, ese es el mayor consuelo que puedo darle a mi conciencia. Te di las comidas de tus sueños. Nos acostamos tantas veces sobre el piso del corredor a mirar las estrellas en la noche y creer que un día seríamos alguna de ellas. Te llamé Cosito, porque eras apenas un fragmento de la nada que había sido tu vida anterior. Ladrabas a los carros porque los creías monstruos de alas y grandes cuernos que venían a comerte. A veces desaparecías en unas convulsiones que te hacían orinarte de dolor, pero a fuerza de afecto, cuidados médicos, hacía un año que no las habías tenido.  Eras el guardián de mis días y noches, nadie podía acercarse a mí, porque estabas dispuesto a morder al que quisiera hacerme daño. Durante la pandemia estuviste a mi lado, podías haber regresado al mundo del que una vez viniste, pero escogiste quedarte y juntos armamos una felicidad que nos convirtió en familia, grandes amigos; nunca imaginamos que un día tu paso cansado, la respiración trabajosa, eran las señales de una despedida que nunca creímos cercana, porque nos habíamos jurado amor eterno y acompañarnos siempre hasta el final de nuestras vidas. Te has ido Cosito mío. Tu corazón se apagó ante mis ojos sin poder hacer nada; no pude ser el guerrero que te trajo a casa, luego de enfrentar a aquel bárbaro en marzo de 2020, que apedreó una de tus patas y casi te saca un ojo;  de aquella nada, violenta, triste, pude salvarte, poner ante tu vida un reino para que nadie más abusara de ti;  sin embargo hoy, domingo 3 de julio de 2022, a las 7: 19 minutos de la tarde, te has ido al cielo; ahora eres una estrella que buscaré en la noche. Será muy difícil no salir a pasear contigo en las mañanas y al anochecer. El mundo ya no será el mismo sin tus ladridos. Al amanecer, me costará aceptar que ya no tendré nunca más las caricias de tu lengua y tus paticas adorables sobre mi cuerpo, como el mejor de los relojes.

viernes, 1 de julio de 2022

LOS VALORES DE LA ENCINIDAD (SOBRE LA POÉTICA Y LECCIÓN DE VIDA DE EDUARD ENCINA)* (Ensayo)


Por Arnoldo Fernández Verdecia. 

Los pueblos necesitan valores en los que sostenerse para recorrer el presente y tener una visión lo más clara posible de su destino. Los mismos se desarrollan en la individualidad del ser humano. No existen, si no hay motivaciones personales, valoraciones, si no se sienten en lo profundo del yo, si no se lucha por conquistarlos, socializarlos, hacerlos parte viva de grupos sociales a los que somos afines. Por eso tiene razón Fernando González Rey cuando afirma:

“Los valores son todos los motivos que se constituyen, se configuran, en el proceso de socialización del hombre, o sea, todas las relaciones humanas potencialmente constituyen valores.”(1)

Eduard Encina nos legó valores que tienen una vigencia extraordinaria; valores que deben formar parte de la joven vanguardia artística y literaria del oriente de Cuba. A ellos llamo encinidad. Los mismos deben potenciarse desde la resistencia y lo alternativo, en los procesos de socialización de intelectuales y artistas de pueblos como Baire y Contramaestre, por mencionar sus dos territorios de fe más cercanos. ¿Dónde encontrar esos valores que conforman la encinidad?

Al no existir una biografía intelectual publicada nos adentramos en todas sus entrevistas escritas, creemos que en ellas está el pensamiento más robusto de la encinidad, expresado coherentemente por el propio Eduard. Para comprenderlo como un proceso en su justa evolución, proponemos la siguiente periodización, sobre la base de los datos que ofrecen sus diez entrevistas publicadas. 


DIOS. PATRIA. SENSIBILIDAD. RESISTENCIA   

El primer período lo ubicamos de 1973 a 1984 porque durante el mismo Eduard adquirió una profunda sensibilidad, condicionada por el entorno rural donde vivió su niñez. En el mismo hay un campo fértil para la conformación de un imaginario creativo donde la madre, la maestra de escuela y el padre, jugaron los roles esenciales. 

La creencia en un Dios espiritual la adquiere a partir de los rudimentos sencillos que conforman sus relaciones en el hogar: 

“Mi madre tenía un altar y un espejo. Yo era niño pero sabía que Dios no podía estar ahí, en todo ese mundo que habitaba del lado de allá de mi ventana, sin embargo, tuve que convivir con él.”(2) 

Durante la educación primaria construyó los primeros atisbos de una resistencia que definirían su personalidad: 

 “(...) tuve una maestra que me rompía los dibujos, con ella aprendí a arriesgarme cada día, a recomenzar lo que otros rompen.” (3)

La pobreza del hogar donde nació no fue una barrera para aprender a amar lo propio, la patria chica; en esa educación su padre es una pieza angular porque con sencillez desarrolló en él formas de resistencia que permitieron superar los límites que toda precariedad establece: 

 “Mi padre se levantaba por la madrugada para ir a tumbar monte (solo por tres pesos con veinte centavos) en un lugar que le decían Las Playitas, donde solo había cansancio y manigua. La palabra manigua me es familiar, desde el nacimiento.

(...) apenas tengo fotos de pequeño, pero sí una memoria llena de historias que entretejía mi padre, un guajiro imaginativo. Él era un poeta, pero no lo sabía. Siempre quise que me comprara un juego de pistolero, sin embargo se las arreglaba para dejarme suspirando al demostrarme que Guamá y Hatuey fueron más valientes que Triniti o el más pinto del Oeste; enseguida nos poníamos a armar arcos y flechas con una rama de güira o palo bronco.”(4)

En este ciclo histórico se dan los primeros indicios para la formación de una visión de la vida centrada en cuatro valores esenciales inculcados en el hogar, la escuela y el barrio: creer en Dios, en sí mismo, sentir por los otros y hacer lo necesario para conquistar sus propósitos. 


LECTURA Y POSTURA VALLEJIANA 

El segundo período va de 1985 a 1992. Está signado por una adolescencia y una juventud rica en vivencias cotidianas que llevaron a Eduard a recorrer caminos de riesgo, quizás urgido por ese barrio donde lo precario exigía ciertos códigos de honor para sobrevivir, ser respetado. Por embullo o quizás por necesidad asumió el boxeo como deporte, llegó incluso a enfrentar,- como él mismo confiesa en las categorías escolares-, al que luego sería rey de la riposta en Cuba:  “(…) subí al ring contra Enrique Carrión.” (5)  

Otro de los espacios socializadores que lo marca y define es el ejército, donde cumple labores castrenses.  Así lo dice: pasé el Servicio Militar General cuidando reclusos en el Centro Penitenciario de Boniato. (6) Vivir en ese entorno, comprender la naturaleza de violencia, acoso y terror que allí predomina no fue obstáculo para fraguar una sensibilidad expresada en los primeros versos que escribió, muy suyos, muy íntimos y leer altísima poesía como tabla de salvamento: (...) allí escribí mis primeros poemas (...) leí a Baudelaire.”(7) 

En 1992 descubrió a Byron, a Vallejo y creció mucho más espiritualmente. Cuba vivía su momento más crítico en la economía al desaparecer el Campo Socialista y sufrir una crisis donde casi no había opciones para sobrevivir. Sin embargo, en lo más íntimo de su yo había un poeta naciendo y era preciso empujarlo para que asomara definitivamente. Ya era un vallejiano en potencia: 

“... que en eso de los golpes me enseñó muchísimo, y no eran precisamente rectos o swinnes, sino los bajos, que te derriban para siempre si no tienes cerca unas palabras y una hoja en blanco para respirar, o mejor dicho, para esquivar los desprendimientos que a veces la realidad impone.”(8)

Durante este ciclo histórico se fraguan los primeros amagos de un hombre que tenía una profunda sensibilidad que lo hizo leer a Baudalaire, Byron y Vallejo; pero sobre todas las cosas asumió a este último como orientación valorativa del ser poético que nacía en lo profundo de su yo, cuando la economía de su país hacía agua por todas partes y la gente emigraba a cualquier lugar del mundo para salvarse. 


DERRUMBE DE LOS PARADIGMAS 

El tercer período va de 1993 a 1998 y tiene como espacio socializador al Instituto Superior Pedagógico Frank País García de Santiago de Cuba. Allí coincidió una generación de creadores, necesitados de hacer algo que pudiera amplificarse en toda la isla y convenciera que era posible desde el arte y el pensamiento seguir camino al futuro, aunque Fukuyama pregonara a toda voz el fin de la historia y el Socialismo real era una entelequia que en la práctica no había conseguido demostrar la justicia que habían soñado los fundadores del Marxismo: Departí con gente que creyó que iba a cambiar el mundo descargando noches enteras en una escalera de la residencia.(9) 

Menciona a esas personas y siente orgullo por haber sido parte de ese mundo, hermoso, repleto de sueños: 

“músicos como Eduardo Sosa, Roly Berrío, Anairis Blanca, Bárbara Grave de Peralta, los artistas plásticos Eliomar Puente, José Luis Berenguer, el humorista Julito (el habanero) y su Show La Bomba, los escritores Rogelio Ramos, Arnoldo Fernández, Jorge L. Legrá”(10)

Estudió Licenciatura en Educación Plástica, convencido de que podía ser maestro y darle cauce al pintor que también pugnaba por salir, así que participó en exposiciones estudiantiles, interactuó con artistas de Santiago de Cuba, Guantánamo, Manzanillo, Bayamo, Las Tunas y empezó a tomarse muy en serio lo de convertirse  en profesional de la plástica.  Sin embargo el yo poético que lo habitaba era insistente y sintió necesidad de participar en talleres literarios, probar su poesía, así visitó el taller Café Bonaparte(11), gestado por Rogelio Ramos; allí   conoció la técnica, intentó depurarla, superar al Vallejo que lo dominaba, pero sus versos no convencían, incluso fueron rechazados por los talleristas, convertidos en objeto de burla.(12)  Sin embargo insistió en ser poeta, ir contra lo imposible, crecerse contra esa mirada crítica, choteadora, que no veía ningún futuro en sus escritos poéticos. 

Al graduarse salió convencido de que se podía hacer, fundar. No era solamente él, sino una generación de la que formó parte, con una fe extraordinaria en que sí podían cambiar el mundo.(13)

En este ciclo histórico se fraguan los dos yo que cohabitarán en la obra de Eduard Encina hasta sus últimos días: el poético y el plástico. Ambos los desarrolló a partir de una profunda sensibilidad ante el mundo que se había derrumbado definitivamente y el que estaba naciendo, del que aún se desconocía el futuro. De esos instantes fugitivos, memoriosos, trágicos, señala algo desde el poeta que ya venía en semilla: 

“A nosotros nos tocó ordenar el derrumbe de muchos de los paradigmas que habíamos asumido, vejados por la pérdida de la noción de futuridad, escritores de la dispersión, la incertidumbre, poetas de la resistencia.”(14)


POETA, NARRADOR, PINTOR, LÍDER 

El cuarto período va de 1999 a 2014. Es uno de los más fértiles en la vida y obra de Encina; durante el mismo lee fervorosamente, pinta, publica sus primeros libros, construye una familia y se convierte en líder de la célula de la Asociación Hermanos Saíz de Contramaestre.  

Los dos yo, el poeta y el plástico, asoman definitivamente, se convierten en figuras visibles porque aprendió a hacer otras lecturas de la realidad, acercar a Joyce y a Jackson Pollock, o a Ángel Escobar y Belkis Ayón.(15) Incluso reconoce la influencia del pintor de El grito: Celebro mucho la obra de Marcel Duchamp, sus estudios del espacio y el movimiento, esa es una lectura de donde emana todo lo que hago. (16)

Se consagra a leer, estudiar poéticas disímiles, encontrar una voz dentro de la tradición universal y nacional: leí los diarios de Martí, ahí comenzó el impulso, después llegaron Lezama y Eliot, Rilke, Lautreamount, Heidegger, Nietzsche, Gastón Bachelard, André Guide, Michael Butor (17) Reconoce el papel de Reinaldo García Blanco en sus dos primeros libros, De ángel y perverso y El perdón del agua: uno se acerca a una poética de fuerza expansiva como la de Reinaldo, estar al lado de sus construcciones lingüísticas, sus conversaciones, sus manías del lenguaje,  todo eso tiene una gran carga sobre ti.(18)

La Casa Editora Abril publica El silencio de los peces, 2002 y Golpes bajos, 2003. Con estos cuadernos gana el premio Calendario en poesía infantil y poesía respectivamente. Sobre este último confesó: ahí comencé un espíritu patricida, no para negar lo que había aprendido, sino para cuestionarlo(19) En 2011 Editorial Oriente publica Lectura de Patmos. Aquí reconoce un cambio de posición, una voz propia: hay una experiencia con el lenguaje y con la realidad, la voz se ha ido concentrando, digo lo ineludible; cuando tengo que callar, callo.(20) 

Un momento esencial en su creación se produjo cuando se da a conocer la noveleta  Ñampiti en 2012 por la Editorial Sed de Belleza y Las caravanas por Ediciones Caserón en 2013. Sobre su trabajo narrativo dijo: Cuando quiero divertirme escribo narrativa, aunque esos textos no desdeñan algunos procedimientos muy cercanos a lo poemático.(21) 

Asumió la periferia como una condición del nacimiento de su obra. Los márgenes son ejes que recorren lo que escribe y pinta. Observa, procesa y asume una concepción del arte y la literatura desde esa ubicación. Sociológicamente comprende el lugar que ocupa en las relaciones sociales e inicia una pugna por desbordar la prisión local y posicionarse en el escenario creativo de la provincia, el país:   

 “ es difícil escribir desde los márgenes, donde no hay un entorno cultural propicio a grandes motivaciones, pero sobre lo difícil ya Lezama nos legó aquel conocido axioma, y eso me estimula. La periferia también me salva de farándulas y contaminaciones, y aunque ya no conservo la virginidad del principio, puedo pasar cerca y alejarme, convivir sin participar.”(22)

“En medio de todo eso, escribo mis libros, me escribo, desconfío del horror vacuis, de la página en blanco, porque no me siento a inventar nada, sino a vivir, a luchar contra el tiempo.”(23)

Muy importante en su vida fue la creación de una familia, hecho que asumió con voluntad espartana en medio de una crisis que no parecía irse del país. Así lo describe: 

 “(...) nacieron Handel y Malcolm entre la vorágine de las ferias del libro y la construcción de mi casa.”(24)

“Lo más parecido a la felicidad es la familia, en ella está el reino afectivo del hombre; mis hijos, mi esposa; amanecer cada mañana, conversar con ellos, poder darle mi apoyo como padre, esposo, cabeza de familia; eso me ha dado seguridad. Ellos me han permitido entender cómo piensan y sienten los otros, el otro desde mi entorno familiar. Me permite crear un reino que tiene que ver con la afectividad, la comprensión. Mi familia me ha aportado vivencias para escribir, sufrir.”(25)

A su quehacer vital como artista plástico, escritor y padre de familia, incorpora el de dirigente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Las trampas del funcionariado cultural no lo atrapan, ni lo ciegan; las mieles que toda hegemonía trae no lo seducen. Tiene algo muy claro, así lo reconoce: la Asociación me ha dado visibilidad, sentido histórico de la participación. Ahora necesita de mí, y yo no la voy a traicionar. (26)

La base programática de la organización que se propone reinventar y refundar tiene propósitos encomiables: 

“...proyectar una imagen diferente en el plano de la creación artística...

...proyectar y defender un pensamiento diferente...

...proyectarse hacia la responsabilidad intelectual, desde la participación activa en el diseño y rediseño de nuestra sociedad...

...no ceder, trazar caminos y caminar sobre la desidia y la inmovilidad que a veces se nos para delante. (27)

...lo alternativo una manera de salir a la calle y desde allí darles participación a muchos jóvenes con inquietudes que después se convertirán en los principales proyectos de la AHS."(28)

"No todos los jóvenes están preparados para la responsabilidad de ser la vanguardia artística, si no se cultiva primero una vanguardia de pensamiento."(29)

Desde el punto de vista metodológico formula una serie de preguntas para guiar la praxis de la organización en la búsqueda de los fines propuestos: 

“¿Cuál es la intervención real del talento joven en la concepción y aplicación de la política cultural?  

¿Qué imagen de los jóvenes producen y reproducen nuestros medios de comunicación?

¿Se evalúan correcta y responsablemente los contenidos que se transmiten? 

¿Son efectivos los modelos educativos de la escuela cubana actual? 

¿La enseñanza artística persistirá en mantener perfiles y programas, claustros y directivos incongruentes, alejados de las necesidades y la sensibilidad que esta enseñanza reclama? 

¿Se tiene conciencia de la necesidad de las Casas del Joven Creador como un espacio que diseña modelos de pensamiento, de gusto y de participación para los jóvenes? 

¿Por qué no se proyectan en el país las muestras generadas en los festivales de Nuevos Realizadores, el Almacén de la Imagen o cualquier otra, que reflejan nuestros problemas e intereses, ante una avalancha de programas juveniles norteamericanos, que legitiman un estilo de vida y un modelo que distorsiona las expectativas y las aspiraciones que nuestra sociedad defiende?” (30)

Pero también logra concretar una serie de espacios que llevan en su contenido la nueva AHS que se ha propuesto crear entre los que sobresale, como uno de los de mayor alcance y singularidad en el mapa cultural de la isla, la Jornada Literaria Orígenes. Después de realizada su primera edición, en un momento de ajustes y proyecciones, señala lo que debe ser para tener un sello identificativo que perdure:  

“abre la posibilidad del encuentro y el diálogo en una zona del país que se ha querido signar como interior, periferia, área verde y otros apelativos que van en detrimento de nuestro orgullo como ser oriental, no solamente escenario de lucha armada, sino parte imprescindible de la producción de pensamiento y cultura, recuérdese solamente a Heredia, Boti, Poveda y Soler Puig” (31)

“será una prioridad la proyección comunitaria, interactuar con la gente, promocionar la lectura, el pensamiento y estimular entre los participantes el debate, la toma de conciencia como promoción o generación, así como ampliar la capacidad de convocatoria para próxima ediciones.” (32)

Otros espacios creados durante este período perfilarán el rostro definitivo de la AHS en Contramaestre: 

“La jornada musical Rockevolucion cada vez logra mayor solidez en su organización y participación, de tal manera que ya se ha convertido en uno de los encuentros roqueros más importantes del oriente del país, en ello ha tenido mucho que ver el trabajo de la Banda de Rock Metástasys, anfitriona de estos encuentros.

el salón plástico Márgenes como espacio de debate teórico y práctico para el arte contemporáneo en el municipio, ha sido un logro indiscutible

intervención en la transformación visual de la ciudad. Hoy Contramaestre no es el mismo, solo basta apreciar los murales, esculturas, decoraciones de cafeterías, restaurantes y avenidas.

el Café (con) cuerdas en el Café Cantante.

la peña audiovisual La Casa Bocarriba conducida por el DJ Yury

el Proyecto Trovadura de música alternativa

la peña de los grupos de rap Rueda Dentada y Descendientes

la sección radial Gente Natural para la promoción del talento de la organización

Se han logrado establecer relaciones de trabajo con diversas instituciones y organizaciones que permiten un intercambio recíproco que enriquece y facilita nuestro funcionamiento.

la peña Nombrar las cosas enfocada hacia el debate de temas culturales.”(33)

El ciclo histórico que hemos reconstruido es uno de los más fecundos, pues durante el mismo se desarrolla ampliamente el escritor y el pintor. Logra escribir libros que trascienden la geografía local, provincial, nacional. La mayoría de las antologías de la novísima poesía cubana lo incluyen. 

La Jornada Literaria Orígenes logra convertirse en evento nacional; alcanza el anhelado sueño de posicionar la cultura de Contramaestre en la geografía insular y universal. 

Como líder, la célula de la AHS del municipio es reconocida entre las mejores del país. 

Fue invitado a la Mesa Redonda, incluido en el Buró Nacional de la AHS, delegado a dos congresos de la joven vanguardia. Por su currículo artístico es promovido a las filas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). 


SUBIR LOS ALTOS DE BAIRE PARA DAR UN GRITO LIRICO

El último período se enmarca entre 2015 y 2017. Durante el mismo madura definitivamente como poeta al escribir tres textos de amplia resonancia: Lupuz(34), Manigua(35) y Estructuras del silencio.(36) Sobre ese discurso visceral, incómodo, dijo: 

“No es tiempo de arabescos y floripondios, estamos jodidos, sin noción de futuridad, en un país donde es más importante triunfar que ser feliz. () La poesía es un machete y hay que cruzar la trocha; isla adentro no queda fe, mucha soledad, eso sí, mucho desamparo y sordera (...).” (37)

Otra de las dimensiones que decide asumir es la de convertirse en un intelectual periodista porque el contexto histórico que vive el país lo exige. Cuestiona descarnadamente el papel de la prensa(38) y está plenamente convencido de la necesidad de asumir el rol comunicador en redes sociales, blogs y medios tradicionales: 

“...los intelectuales tenemos que convertirnos en creadores de opinión, a partir de la credibilidad que tienen los seres humanos en nuestra figura pública. Para la gente tenemos una ética en el actuar público, atesoramos conocimiento, incluso una ética en la producción literaria, de pensamiento, por tanto, urge que tomemos las armas del periodismo para poder comunicarle lo que realmente necesitan.” (39)

Tiene un diagnóstico crítico de la hegemonía en la cultura cubana: El poder cultural está enfermo. No sabe qué hacer con instituciones inválidas, no tienen piernas y quieren seguir caminando.(40)

Sobre el estado del sistema editorial cubano es contundente al afirmar:

“Hoy estamos dudando si en realidad necesitamos el sistema editorial, lentísimo, poco flexible, deprimido... Deberíamos tener la capacidad de estimular pequeñas editoriales privadas o gremiales, (tanto en lo analógico como en lo digital) con modelos de gestión, distribución y promoción más eficaces, con estudios de públicos y con posibilidades de convertir la obra de los autores en valor de uso y plusvalía, por supuesto, también un aparato jurídico que las proteja.”(41)

En ese nuevo escenario de crisis asume con valentía el hecho de dialogar con todos, sin discriminar, ni marginar, como forma de alcanzar consensos para el bien de la diversidad, la nación y la cultura: 

“...la cultura debe unir, lejos de dividir, alejar y crear jerarquías en los grupos sociales; orientada, sobre todo, a la urgencia de pensar y favorecer cómo cada grupo social aporta su sabiduría a la construcción de la nación cubana actual.

...será necesario construir espacios de restauración del diálogo, la fe, la espiritualidad, donde todo el mundo tenga los mismos derechos a expresarse y hacer desde la posición que ocupa en la sociedad”(42)

Para hacerlos posible no tiene fe en la prensa tradicional, ni en los espacios oficiales, pues están envejecidos, agotados. Ubica el cambio en lo alternativo y lo nombra zona de fe: 

“Pienso que para posicionarlos juegan un papel importante los movimientos alternativos que se están moviendo fuera del marco institucional.(43)

“Construir zonas de fe es trabajar con la memoria, despojarla de lo verborraico, lo tullido, y recuperar la libertad individual para poder participar en el sueño de todos. Una zona de fe es un territorio libre de apatía.(44)

El ser de oriente, más que una construcción geográfica es un hecho cultural sedimentado en siglos de historia que no pueden obviarse de la noche a la mañana; por eso Eduard asume con dignidad el rol de escribir poesía sobre un caballo en tiempos de pelea; así escriben los orientales, a diferencia de los habaneros que son más cerebrales(45):  

“Tocar el país desde el Oriente nos obliga a ser más eficientes porque el tiempo es profundo y real, vivimos en estado de sitio, la manigua nos libera y al mismo tiempo acorrala, es una especie de cimarronaje, se baja al llano cultural por provisiones, luego hay que subir los altos de Baire para dar un grito lírico, así, tan grande como el de Saturnino Lora.”(46)

Sobre la relación de su obra escrita con sus descendientes Encina señala: “Escribo para que descubran el horizonte y todos los caminos que van hacia él. (47) 

En su último año de vida, 2017, tenía una lectura muy clara de la historia, por eso vuelve a una frase lapidaria que escribiera en la década de los 90 del siglo XX, pero actualizada por las vivencias del contexto social: Los tiempos han empeorado. Todavía no hemos sido capaces de construir nuevos paradigmas.(48) 

Poeta al fin, tiene una valoración estética de la vida capaz de sembrar versos donde nada crece y la esperanza se aleja: 

“Es duro armar la desgracia del mundo y convertirla en belleza (...) La poesía es conciencia y desgarradura, lo único que hace es mostrarnos un horizonte cuando en realidad no existe, la poesía trabaja con lo imposible.(49)

Durante este ciclo configura definitivamente el poeta con obras referenciales en lo nacional, incluso algunas como Manigua con resonancia Latinoamericana que llegó al Festival de Poesía de Medellín, 2017. Según confesiones de Roberto Manzano, sus versos empezaban a sentirse en muchos países y estaba llamado a convertirse en uno de los poetas más importantes de Cuba.(50)  

También es significativo el activismo que asumió en lo público, al expresar sin miedo su pensamiento desde el ejercicio de un periodismo ciudadano nada complaciente con el poder cultural. El mismo quedó registrado en las redes sociales y el blog Cimarronzuelo oriental. 

Su interpretación del valor de la cultura tiene una vigencia extraordinaria, al asumirla como espacio de unidad donde caben las diferencias y los aportes de cada grupo social, sin exclusiones, ni marginaciones, ni prejuicios de clase, ni estigmas ideológicos. 

Murió convencido de la necesidad de un grito lírico que salvara el camino incierto de los tiempos, sintió que encarnaba la personalidad de Saturnino Lora en la poesía y que Baire era su Baraguá literario, social. 


LA  ENCINIDAD

La fe en Dios, la resistencia ante los derrumbes ideológicos, históricos, culturales,  la vocación de fundar, crear; Eduard Encina las construyó en el proceso de relaciones sociales vividas por él durante 44 años;  aprendió que los proyectos son posibles si la gente cree en ellos, lucha por conquistarlos; no importan las barreras, las trampas del funcionariado cultural, ni el fatalismo geográfico que  ha perseguido como un fardo a casi todos los artistas y escritores de esta región de la isla.  La encinidad es una herejía con causa ante el tiempo, un desafío permanente al inmovilismo, un rechazo a todo dogma y beatería que conspire contra el desarrollo de la cultura del ser oriental. Tiene una vigencia extraordinaria en los tiempos actuales y no debemos ignorarla o callarla por espíritus de aldea, feudos ideológicos, mediocridades, vanidades infantiles. La teluricidad de la misma reside en una actitud crítica con causa ante la frivolidad, la desidia, la abulia, la mediocridad, el sin sentido del presente, la cultura. 


CITAS BIBLIOGRÁFICAS Y NOTAS

1. Fernando González Rey: Un análisis psicológico de los valores: su lugar e importancia en el mundo subjetivo, publicado en La formación de valores en las nuevas generaciones (et. al), Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1996, p. 46.

2. Teresa Melo: Eduard Encina, Palabras cruzadas, periódico Juventud Rebelde,  1 de octubre de 2006

3. Teresa Melo: Obra citada.

4. Reinaldo Cedeño: La poesía trabaja con lo imposible, en La Jiribilla, 3 de mayo de 2017.

5. Teresa Melo: op.cit.

6. Teresa Melo: op.cit.

7. Teresa Melo: op.cit.

8. Frank Castel: “Nos ha tocado un tiempo hermoso y terrible”, Cubaliteraria, septiembre de 2006.

9. Teresa Melo: op.cit.

10. Teresa Melo: op.cit.

11. Teresa Melo: op.cit.

12. Frank Castel: Obra citada.

13. Frank Castel: op.cit.

14. Frank Castel: op.cit.

15. Frank Castel: op.cit.

16. Arnoldo Fernández Verdecia: Afán posmodernista sin poiesis, blog Caracol de agua, 10 de septiembre de 2009.

17. Reinaldo Cedeño: Obra citada.

18. Reinaldo Cedeño: op.cit.

19. Reinaldo Cedeño: op.cit.

20. Frank Castel:  op.cit.

21. Teresa Melo: op.cit.

22. Teresa Melo: op.cit.

23. Arnoldo Fernández Verdecia: La cultura cubana debe restaurar el diálogo, la espiritualidad, blog Caracol de agua, 2014.

24. Arnoldo Fernández Verdecia: La Asociación Hermanos Saíz me ha dado visibilidad, blog Caracol de agua, de 2 de septiembre de 2009

25. Arnoldo Fernández Verdecia: Obra citada.

26. Arnoldo Fernández Verdecia: op.cit.

27. Arnoldo Fernández Verdecia: op.cit.

28. Arnoldo Fernández Verdecia: op.cit.

29. Arnoldo Fernández Verdecia: Orígenes: nuevo espacio para los escritores del Oriente de Cuba, blog Caracol de agua, 7 de octubre de 2009.

30. Arnoldo Fernández Verdecia: Obra citada.

31, Arnoldo Fernández Verdecia: 15 años de fe y amor para seguir creando, blog Caracol de agua, 7 de octubre de 2011.

32. Eduard Ecina: Lupuz, Ediciones Loynaz, Pinar del Río, Cuba, 2016.

33. Eduard Encina: Manigua, Ediciones Áncoras, Isla de la Juventud, 2018.

34. Eduard Encina: Estructuras del silencio, Ediciones la Luz, Holguín, Cuba, 2017.

35. Frank Castel: “No estamos contentos, ni conformes, ni en silencio”, Árbol invertido, 30 de agosto de 2017.

36. Eduard Encina: prólogo del libro, Cuba con los mismos bueyes de Arnoldo Fernández, publicado por Editorial Entre Líneas, Miami, Estados Unidos, 2016, página 9.

37. Arnoldo Fernández Verdecia: La cultura cubana debe restaurar el diálogo, la espiritualidad, blog Caracol de agua, 30 de octubre de2014.

38. Frank Castel: Obra citada.

39. Frank Castel: op.cit.

40. Arnoldo Fernández Verdecia: Obra citada.

41. Frank Castel: op.cit.

42. Reinaldo Cedeño: op.cit.

43. Frank Castel:  op.cit.

44. Reinaldo Cedeño: op.cit.

45. Reinaldo Cedeño: op.cit.

46. Frank Castel: op.cit.

47. Reinaldo Cedeño: op.cit.

48. Frank Castel: op.cit.

49. Reinaldo Cedeño: op.cit.

50. Ver texto de Amir Valle: El poeta Eduard Encina, “un guajiro de oro”, publicado en La Joven Cuba, 29 de enero de 2022. Roberto Manzano me hizo llegar un correo personal el 18 de noviembre de 2017 con las siguientes palabras: “No tendremos nunca cómo reponernos de la muerte de Eduard Encina, ido en el momento justo de su esplendor y fuerza.


*Publicado  en Revista Hispanoamericana de  Cultura Otro Lunes, no. 62.



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