lunes, 30 de noviembre de 2009

El arquetipo del demonio: el Machacante

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

En la historia del Período Especial en Contramaestre tiene un lugar cimero el Machacante del camión de pasajeros, un personaje siniestro que no conoce limite alguno en su trato con cualquier ser humano: sea médico, barbero o cosmonauta.

La ligereza de su carácter lo hace actuar como payaso, pues cree tener el don de la risa y hasta piensa que todo lo que dice es inteligente y oportuno. En la caseta del camión es una especie de gallo fino, nadie puede disputarle, pues él lo controla todo.

Su poder es tan grande que lo mismo te baja del camión si le protestas el precio, el servicio o simplemente te deja sin alternativas: o sigues viaje bajos sus condiciones o te quedas a sufrir una larga espera. De esas necesidades se nutre la ganancia de este señor de vestir grosero y palabras obscenas en la comunicación.

No hay un hecho más doloroso que montar en uno de esos camiones y reconocer en el Machacante al tipo despreciable que bajó a un viejito porque no tenía el completo del pasaje, o aplastó a una embarazada por reclamar un asiento.

Las normas institucionales establecen unos límites para el camión de pasajeros, una cantidad sentado (unas 12 o 14 personas) y otras de pie. Al Machacante no le interesa la ley y hasta se burla de ella, no importa si estás operado, enfermo o lo que tengas, o haces espacio para montar más usuarios o te ofende brutalmente.

Si el sabio cubano Jorge Mañach se refirió al choteo como prurito que rebaja toda autoridad y la nivela, sea de la condición que sea, hoy, de estar vivo, se quedaría corto si observara el comportamiento del Machacante.

Lo curioso es que lo mismo te puedes encontrar un Machacante con un septo grado que hasta un graduado universitario o un campesino, su procedencia social varía y es harto difícil definirlo como grupo orgánicamente hablando, pues no existe organización alguna, ni sindicato que coordine su trabajo y le otorgue identidad ante el resto de la sociedad. Sencillamente existen como estrellas rutilantes en el firmamento del transporte, y sólo le interesa ganar dinero despiadadamente, aunque tenga que pasar por encima del dolor, la pobreza o la alegría.

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viernes, 27 de noviembre de 2009

A Contramaestre en coche

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Pasear en un coche tirado por corceles ha sido motivo de inspiración para bardos, pintores y músicos en todos los tiempos.

En Cuba es célebre la canción “A Bayamo en coche”, del sonero Adalberto Álvarez, que narra su visita a esta ciudad del oriente cubano en tiempos de carnavales. Sin embargo, lo que fue una tradición devino necesidad y el coche se convirtió en una de las alternativas de transporte durante la década de 1990 en Contramaestre, Cuba.

El personaje del cochero forma parte de la acuarela del periodo especial, tiene matices que muchas veces lo hacen inolvidable, desde el niño que lo conduce y olvida darte el vuelto, hasta el adulto cargado de sombrero y látigo, estilo oeste, que te abofetea si le reclamas algo.

Este personaje olvida muchas veces las normas de la más elemental higiene y los pobres animales orinan y defecan en la calle sin control alguno, hecho que torna desagradable la presencia en el lugar donde pernoctan, sobre todo para los vecinos que sueñan algún día tenerlos bien lejos de sus casas.

Otras veces es agradable tener la presencia del cochero y muchas parejas de enamorados prefieren este medio de transporte, más romántico e íntimo para el ritual que marca el paso de soltero a comprometido.

También funcionan como una alternativa segura en caso de problemas de salud repentinos, pues te los encuentras a cualquier hora y siempre están disponibles para servirte, aunque en horas nocturnas cobran más caro.

Si la ciudad de Bayamo es célebre por sus coches, Contramaestre no queda rezagado. Llegará el momento en que algún poeta o músico le dedique un poema o un son que fije para siempre al cochero, no el de la escritora Dora Alonso, sino el de Pancho, el loco que vive en América y tiene delirio de vaquero.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Los temas de la gran prensa norteamericana (Jonathan y su continente, Nueva York, febrero 7 de 1889)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

En esta crónica José Martí con ojo clínico reitera los sucesos que atraen a los diarios de Estados Unidos: “No saben los diarios de acá cómo sacarse ventaja. El Herald anda levantando sucursales en Europa, y publica en Londres otra edición. Con el escándalo de dar un número en domingo, porque oyó que Pulitzer, el de la nariz hoceante en que cabalgan inquietos los anteojos, como saliéndose de la silla para ver de más lejos, estaba por Europa, so pretexto de ceguera, moviendo para alguna empresa oculta las amistades que se hizo con el pedestal de la estatua de Bartholdi…”(1).

“Charles Dana, que es el Sun, está en Roma, viendo como recobra, con el auxilio de la Iglesia, el poder que su diario ha perdido por ponerse al lado de los pícaros en las cosas políticas”.(2)

“Pero la regata de ahora es entre el Sun y el World. Compra el Sun el derecho de reproducir el mismo día que salió en Londres, el libro de Mackenzie sobre la enfermedad de Federico, y el World imprime entera desde entonces, en su número del domingo, una novela renombrada, sin cobrar más de lo que cobraba por el número, que es cuatro centavos. Obtiene el Sun privilegio para publicar a Cleopatra, la novela nueva de Ridder Heggard, libro de desocupados, con más sorpresa que méritos, de esa invención que no dura; y el World aparece el domingo próximo con todo el libro esperado de Max O Rell, que es Paul Blouet, el maestro de escuela que ganó celebridad con “Jhon Bull y su Isla”.(3)

Luego de reseñar lo que ocupa a la prensa de Estados Unidos, presenta uno de los grandes temas que tiene a todos los periódicos sobre él, el libro de Max O Rell titulado “Jonathan y su continente”: “No se lee otra cosa, ni el amor de las pantallas, que se usan rojas ahora, en pedestales de bronce, y grandes como sombrillas, ni en el lunch, entre plato y plato, ni en el ferrocarril. Todo el mundo quiere saber lo que opina de Jonathan y su continente…”(4)

En lo adelante se dedica a reflejar los diferentes temas que trata el libro y que interesan a la sociedad norteamericana: la percepción de la mujer; las diferencias entre el americano escrito y el americano vivo; la distinción entre las leyes y las costumbres, entre la nación como se prepara y elabora, y la nación como se la publica y desea, entre el pueblo real que se palpa asustado el corazón y el pueblo deslumbrador que está poniendo gigantes en el cielo.(5)

“El libro está lleno de apotegmas, de cuentos rápidos, de diálogos cortos, de epigramas que apenas punzan, vuelan. Las frases están de punta, como lápices bien afilados: así que su herida marca pero no duele. Es un estilo de frac; pero después de que se han ido los convidados de etiqueta”.(6)

“De los periódicos no dice lo que les falta; sino la empresa febril, la brutalidad e ingenio del repórter, la perspicacia de los visitantes el monte de páginas, los números de los domingos, que son repertorios verdaderos, con novela, con poesías, con páginas de chistes, con artículos para los niños, con críticas admirables, con cartas de todas partes del mundo, con títulos feroces: “De un salto a Jesús” es la noticia de un ahorcado: “Se murió la abuela”, quiere decir que ha muerto la ancianita de la cofia, aquella a quien Garfield escribía todos los días, la madre de Garfield. Ha visto los periódicos por dentro. Lo de menos son las máquinas gigantes. Un publicista famoso escribe sobre una mesura coja en mangas de camisa. Pasan cien redactores ante la mesa editorial. “¿Qué trae? –Una muerte- ¡Una columna! –Un divorcio- ¡Dos columnas! –Un escándalo: una página”. Viveza es lo que se quiere, y novedad constante: el buen inglés no importa tanto”.(7)

Sus criterios sobre la prensa norteamericana los profundiza grandemente, cuando toma distancia de los temas que la ocupan y señala los males que padece y el tipo de ejercicio periodístico que necesita, para darle dignidad a la misma y no estar comprometida con el pago de honorarios, que generalmente vacían de sentidos los mensajes que hacen falta a la población: “No es eso lo que este periódico falta, no cordura, que es mucha en ellos, ni el genio que centellea a cada paso, sino el desinterés, que falta también a la nación, -el calor humano, que consiste en verse a la vez como persona suelta y como parte del mundo, y no por sobre él, y como si nada se le debiera, o se le mirase como mera fuente de noticias, - y la autoridad, el desembarazo, la fuerza, la fiereza, que en vano finge el escritor que disimula su opinión, o calla de ella lo que es cierto y no conviene al empresario que le paga. Se ve la garra en estos diarios, y suenan a hueco”.(8)

“Dignidad falta a lo escrito, no en lo aparente, ni en el modo de defender las cosas públicas, sino en ese sutil poder que viene del brío y decoro del que escribe, y no excluye los respetos y transacciones necesarios a la vida, ni permite hacer de la mente lo que aquel abogado, que “no miraba si el que le pedía el artículo se lo pedía realista o liberal, con tal que se lo pagasen bien, como no miraba su zapatero de qué política era el parroquiano que le mandaba hacer un par de botas: -¡pues es necesario, en cosas de pensamiento, ver quien se manda hacer el par de botas!”.(9)

Esa prensa que una vez criticó José Martí es la misma de hoy, lógico, con todos los elementos del desarrollo asociadas a la misma. Es normal en ella la trivialidad al presentar informaciones como la detención de un hombre, que por sólo llamarse Fidel Castro es noticia: “Detenido Fidel Castro en Miami”, subraya el titular; “Desembarcan Gómez y Martí en Miami”, en alusión a dos peloteros cubanos que se fueron a los Estados Unidos de forma ilegal.

Notas:
1. Jonathan y su continente, Nueva York, febrero 7 de 1889, Obras Completas, Tomo 12, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 151
2. Ibíd...,
3. Ibiden, p. 152
4. Ibíd..,
5. Ibiden, p. 153
6. Ibiden, p 157
7. Ibiden, p. 160
8. Ibiden, p. 161
9. Ibíd.,

lunes, 23 de noviembre de 2009

El camionero ¡qué personaje!

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Un nuevo personaje colorea la vida cotidiana en Contramaestre, el camionero, un simple chofer, propietario de un camión de carga, que al llegar el periodo especial se convierte en una figura importante y alcanza distinción social por su poder adquisitivo y las ínfulas que construye en sus relaciones.

Este señor antes de la crisis de 1990 no sobresalía en el entramado social cubano, era generalmente una persona medianamente instruida, vestir trivial y lujo modesto. Sus comidas eran típicamente cubanas: arroz y frijoles, alguna que otra vianda, verduras y carne de cochino.

Al llegar el periodo especial, su camión sustituyó a la guagua de pasajeros, así improvisaron casetas cerradas, con luces en su interior, música grabada y bancos bien diseñados para una cantidad concreta de personas, que no tenían en cuenta si eran gordas o delgadas, la cifra era dinero y la diferencia no contaba. El pasajero debía acomodarse hasta completar el número ideal. En buen cubano, se podía comparar con las sardinas.

Eran los ángeles salvadores para viajar la isla de un extremo a otro. El precio del pasaje, dolorosamente, siempre se ha movido por la ley de la oferta y la demanda y el personaje del camionero devino el nuevo rico de la década de 1990.

Ahora visten distinto y se diferencian del resto de la sociedad por las bebidas que consumen y las comidas que distinguen su mesa, donde no falta la langosta, el camarón, múltiples especies de pescados de mar, la carne de cochino, chorizos y todo lo imaginado en la culinaria universal.

En su trato son brutales con el pueblo a quien humillan al llevarlo de una villa a otra. El pasajero sufre los efectos del moho y el mal olor que cubre su cuerpo al llegar al destino. El señor camionero hace largas paradas donde quiere y no se le puede reclamar porque te mandan a bajar, golpean o hasta insultan.

Llegará el día final para este personaje que recorre las calles de Contramaestre y compra en los lugares que el obrero de a pie no puede. No es posible seguir aceptando que señores como él, tengan más prestigio y poder que un médico, un abogado, o un ingeniero.

Cuba recupera su transporte urbano y rural, y ya se acerca la hora de que el camionero regrese a su lugar, del que nunca debió salir, aunque se entiende que el protagonismo alcanzado por este personaje, fue una necesidad bien justificada ante la crisis de los 90.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Los temas de la gran prensa norteamericana (Carta de los Estados Unidos, La Nación, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1882) IV parte

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Según los criterios de José Martí los diarios de los Estados Unidos centran su interés en sucesos irrelevantes como el proceso judicial que se siguió contra el reo Guiteau que asesinó al presidente Garfield: “Apena recordar los días últimos de la vida de ese mísero. Apena ver como los narraron los diarios de esta tierra…”(1)

El Herald “…habló del mísero, y de los lances de sus postrimerías, y los de su muerte, con mofa abominable. De Guiteau antes de morir decía que estaba fresco como un pepino, tranquilo como una mañana de verano, ágil como una pulga, pintaba al hermano del reo, que iba y venía como por casa propia, por la cárcel donde había de recibir horas después su hermano ignominiosa muerte, y andaba jovialmente, por entre los grupos de curiosos favorecidos que repletaban el patio de la cárcel, y con sus mismas manos examinó las cuerdas, las tablas, el gorro de los ahorcados, los resortes, la trampa: palpó con fría curiosidad todos los escondrijos del fúnebre aparato”(2).

También Martí señala como la prensa usó la ejecución del reo para vender sus noticias: “Se anunció el programa de ejecución como el de una exhibición curiosa. Jamás sufrimientos de hombre honrado, ni celestiales dolores de mártir, fueron contados con mayor menudez que las palabras y actos de este reo, los hilos de la cuerda que lo ahorcó, los matices del vestido que le cubrió el cuerpo, las fibras de las tablas del cadalso. Decíase de qué pino era hecho y de qué árbol fue cortado el pino, y de qué país vino la cuerda fúnebre, y de qué menjurjes la untaban para suavizarla, y cómo lo iba a ahorcar “el ahorcador más afable de esta tierra”.(3)

Al director del periódico, al que le envía la escena citada, le comunica la necesidad de tocar otros temas que ameritan su reflejo en estos diarios, que no toman al hombre de la periferia como protagonista: el sufragio público(4), la educación de la niñez, las bondades de la Cristiandad de los filósofos amigos de Jesús y notas curiosas sobre los seres humildes de la sociedad norteña.

Luego Martí realiza una declaración de principios de una extraordinaria profundidad:

“La prensa no puede ser, en estos tiempos de creación, mero vehículo de noticias, ni mera sierva de intereses, ni mero desahogo de la exuberante y hojosa imaginación. La prensa es Vinci y Angelo, creadora del nuevo templo magno e invisible, del que es el hombre puro y trabajador el bravo sacerdote. Aquí hierven, en junto con los modernos problemas humanos, los problemas concretos de América, y ambiciones que alarman y grandezas reales que deslumbran. ¿Qué mucho que, movida del ansia de cumplir estos grandes deberes, la pluma, a riesgo de parecer cansada, se abandone a considerarlos?”(5)

Notas:
1. Carta de los Estados Unidos, La Nación, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1882. José Martí, Obras Completas, Tomo 9, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 317
2. Carta de los Estados Unidos, La Nación, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1882. José Martí, Obras Completas, Tomo 9, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 318
3. Carta de los Estados Unidos, La Nación, Buenos Aires, 13 de septiembre de 1882. José Martí, Obras Completas, Tomo 9, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 319
4. Ibíden, p. 326
5. Ibíd.,

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El dedo sobre la llaga: actualidad de José Martí en el siglo XXI

Por Luis Enrique Jerez Domínguez. (Doctor en Ciencias)

Siento el calor de la brasa, cuando acerco el dedo a la llaga. Sobre la estrella que ilumina y mata, con una estocada filosa contra la tela de araña del burocratismo. Sobre estibas de informes deformes y triunfalistas, que pueden mediatizar los hermosos proyectos de un modelo justiciero. Algunos de los nuevos quijotes, no gustan de montar en Rocinante y prefieren los carros de marcas vistosos.

Poner el dedo sobre esta llaga entraña: el peligro de ser mal interpretado, incluso algunos, lo pueden etiquetar como ¨problemas políticos ideológicos¨, con la superficialidad de no profundizar en la génesis y evolución de la política y de la ideología en una sociedad perfectible…

No se vive en una urna de cristal, estamos expuestos al influjo del bombardeo informático, el mundo está interconectado y eso no podemos cambiarlo, sino utilizarlo, a partir del pensamiento y praxis de José Martí, como brújula orientadora, para encontrar los caminos viables. ¨No se sabe bien sino lo que se descubre”.

La corrupción es real, pequeña si se compara con otras sociedades, más nosotros debemos compararnos con nosotros mismos, si queremos extirpar de raíz un mal que se expande por el mundo. Actuar sobre las causas y no sobre las consecuencias es un modo martiano de asumir la realidad, de una manera creadora.¨ Crear es la palabra de pase de esta generación ¨. De lo contrario corremos el riesgo de convertir este altruista propósito en un rito disperso y sonoro, rozando con la fantasía deseada, pero no conquistada con el sudor y el brillo de la verdad. La mentira es una daga que se clava en el alma de la patria y debe ser desterrada, con los pies puestos sobre la tierra heroica de un pueblo virtuoso y bueno…

El sol nace para todos, el mercado es un mal necesario, hasta que alcancemos un estado de abundancia, sin embargo. ¿Por qué las ciudades están llenas y los campos vacíos?

La moneda cubana, el peso, se ha desvalorizado, en compensación nuestro proyecto ofrece salud, educación, independencia y dignidad, tan añorados en el mundo, más estas y otras bondades del sistema no le bastan al obrero que pretende vivir de su salario, aunque sea un profesional, los precios se disparan y los productos de la canasta básica que son por ciertos subsidiados por el Estado, no alcanzan para la sobre vivencia ordinaria, por lo que muchas personas buscan otras alternativas, algunas de las cuales no son ni éticas, ni viables…

“Decir es hacer, cuando se dice a tiempo”. No hemos logrado una auténtica cultura de productores, y las miradas están puestas más en las vidrieras de las tiendas, que en los campos y talleres…

¨No hay igualdad social posible sin igualdad de cultura¨. Dudo del conocimiento sin esfuerzo, sin horas de meditación, lectura y fichaje y posterior despliegue de los procesos lógicos del pensamiento, cuidémonos de no crear una seudo cultura, con un conocimiento referencial, sin un sólido basamento. El peligro está en pie, es hora de accionar en la solución del problema.

Interpretar a Martí desde su pensamiento, es un deber de todo cubano que desee aproximarse a la cultura general integral y requiere limpiar la mente de dogmatismos estériles, abrir paso a los cambios necesarios, los que impone la práctica de la vida en sociedad y para el bien de ella; poniendo a un lado los intereses personales…

La vida nueva no se puede adaptar a las leyes viejas, cada época requiere de cambiar hasta hacer coincidir la justicia a la vida real y no a la inversa…
¨De nada servirían la libertad y el derecho, si el derecho y la libertad no se ejercieran, si todavía tuviera el pensamiento sobre sus espalda el látigo de la censura”. Percibimos que algunas personas temen decir lo que piensan, otros prefieren la mentira como un escudo protector que se torna destructora y corrosiva y se clava en el alma de la patria. Pobre cuerpo que se arrastra, pobre cerebro que no piensa…

¨ (…) Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser de nuestras repúblicas ¨. No podemos aceptar imposiciones de los centros de poder internacionales, tampoco debemos imponer el poder desde posiciones de fuerza, el poder es del pueblo, que lo delega, lo presta, seamos fieles servidores de ese pueblo heroico, pensemos en lo que le preocupa a ese pueblo casi anónimo, que llena nuestras plazas…

Súfrase con los pobres de un país de pobres, donde algunos no lo son tanto y lo disimulan menos. No se trata de un reclamo al igualitarismo utópico, la naturaleza nos hizo de por sí desiguales…
Entonces el amiguismo y el socialismo no son socialismo, tampoco son capitalismo clásico, ¿es acaso un híbrido?...

¿Es que el tiempo sólo alcanza para hacer papeles? ¿Por qué no pensar más en nuestras realidades, aciertos y errores, sin llamarles automáticamente diversionismo ideológico? Abrir espacios a la pluralidad, sin lesionar la unidad es posible…

Sin embargo, no está claro por qué dos monedas si ambas son de nuestra propia nación, ello dificulta su utilización en la práctica cotidiana, además impone gastos adicionales en las red de “Cadecas”, que genera gastos en salario de todo ese personal y la posibilidad de vendedores clandestinos que lucran sus ganancias…
Ser radical es ir a la raíz del problema afirmó José Martí. Busquemos las raíces, cortemos las que ya están putrefactas, no es un problema sencillo, los problemas transcendentales, siempre son difíciles, abordarlos es un reto que no debemos ni rehuir ni dilatar…

La rutina es una plaga que amenaza convertirse en una pandemia, las justificaciones falsas, son el ánimo que tratan de darse los incapaces de crear y transformar. La revolución no es un proceso hecho de una vez y para siempre, ella se construye y reconstruye todos los días, con todos y por todos, no es una obra de minorías encumbradas, sino de grandes masas… Sucede que algunos de los que viven en centros o capitales, se estiman sobre un pedestal y desdeñan a los provincianos, ¿Qué decir de los que nos ubicamos en la periferia, en los municipios o más allá en los pueblos aldeas, recodos, campos y montañas?...

¨ (…) La libertad política no estará asegurada, mientras no se asegure la libertad espiritual. Urge libertar a los hombres de la tiranía de la convención (…) El sol nace para todos. Somos materia estelar viviente, con este planeta estamos comprometidos, con el equilibrio del mundo en lo ecológico y en lo ético y estético y en la conservación de todas y cada una de las especies.

Continuar estudiando el pensamiento y acción revolucionaria de José Martí, sigue siendo una de nuestras prioridades, para interpretar mejor nuestras realidades y acometer acciones de transformación, que nos lleven al desarrollo progresivo en la lucha contra la pobreza, el bloqueo económico y todo lo que dificulte la felicidad de nuestro pueblo…

Estudiar el pensamiento martiano e interpretarlo a partir de su propio método de análisis de los fenómenos sigue siendo una prioridad en el presente siglo veintiuno.


Fotografía: Ave Fénix, de René Emonides Quintana

Notas:
1. José Martí. Carta a María Mantilla, 2 de febrero de 1895. En Epistolario en cinco tomos, Tomo 5, p.56.
2 Obra Citada. P.247.
3 José Martí. Carta a los cubanos, Nueva Cork, septiembre de 1880. En Epistolario en cinco tomos, Tomo 2. p. 217.
4 José Martí. ¨ Un plato de Lentejas ¨. Patria. Nueva York. 5 de enero de 1894, en Obras Completas. Tomo 3, p. 28.
5 JM. ¨ Los tiempos se acercan ¨. El socialista. 11 de junio de 1876. En O. C. Edición Crítica. CEM: tomo 2, 1985. p. 274.
6 JM. Nuestra América. En Antología Mínima en dos tomos el tomo 1 p. 244.

El periodismo de Estados Unidos: de la admiración a la crítica (III parte)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Es indudable que el modo de hacer periodismo en los Estados Unidos impregnó a José Martí, no debe olvidarse que fue un lector atento de los principales diarios de ese país, entre ellos el Herald, The Sun, The Tour, entre muchos otros. De estos dos últimos fue colaborador permanente.

The Sun, según la crítica especializada, criterio que compartimos, “fue el puente entre la vieja prensa y el nuevo periodismo que se estaba desarrollando antes de fin de siglo. Como los grandes diarios de la ciudad, dirigía sus editoriales y el estilo de la escritura a un público de trabajadores, pequeños mercaderes e inmigrantes”. (Susana Rotker. Fundación de una escritura: Las crónicas de José Martí. Casa de las Américas, La Habana, 1992. p.131)

En The Sun José Martí aprendió los rasgos del nuevo modo de hacer periodismo:

 Presentar de la forma más lúcida una fotografía diaria de las cosas del mundo.

 Manifestar interés por la política, la economía y el gobierno.

 Poner en el centro de la noticia a la gente cotidiana.

 Investigar a fondo el hecho noticioso.

 Usar todos los recursos narrativos para llamar la atención y hacer vivida la noticia.

 Dedicar enormes extensiones a una información que podía parecer menor pero interesaba al hombre de la calle.

 Acoger en sus páginas a los mejores escritores del momento: Mark Twain, Walt Whitman, Jacob Riis, Carlos Marx, entre muchos otros.

No obstante a lo antes expresado, José Martí fue capaz de distanciarse de los hechos noticiosos triviales y poner en el centro de su bregar periodístico, la búsqueda de la noticia que reflejara las transformaciones que se estaban operando en los Estados Unidos, y en lo que se convertiría ese país, sino le ponía freno a las mismas.

martes, 17 de noviembre de 2009

Los editores

Por Juan Cruz.

No sé qué pasará con los libros, si serán digitales, si se combinarán los digitales con los de papel; el futuro se va escribiendo. Los que no dejarán de existir serán los editores, y los escritores, y los lectores, y los bibliotecarios, por supuesto, y éstos serán los garantes de que, pase lo que pase, la escritura sea el espejo de las épocas, el reflejo de la creatividad, de la imaginación o del estudio, el resultado de una convocatoria excepcional en la que intervienen el deseo de saber, el deseo de contar y la necesidad de expresarse. Y una palabra sobre los editores: ayer estuvieron en Madrid, y les vi, estuve con ellos, los promotores de Barril y Barral, Joan Barril y Malcolm Otero Barral. Nuevos editores que ya han sacado a luz algunos de su proyectos. Y estaban, en este otoño que aun no refresca del todo, visitando Madrid como lo visitaba, hace siglos, el abuelo de Malcolm, visitando autores, buscando materiales entre las tinieblas de lo que aún no ha sido escrito. Y tuve añoranza de esa época en que yo también hice el mismo ejercicio, visité gente que acaso tenía un libro en la cabeza o ya lo había escrito, y traté de convencer a unos y a otros para que ese libro fuera nuestro, es decir, de la editorial donde trabajé, en la que, con otros, construí ilusiones que ahora ya son parte del pasado, es decir, de las estanterías, que son una reserva del futuro, por cierto. No sé qué pasará con los libros, y ojalá todo lo que pase sea bueno, tan bueno como los libros o mejor que nosotros.

Tomado de http://blogs.elpais.com/juan_cruz/

El periodismo: atender imparcialmente al público (II parte)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

En el artículo “Sobre periodismo”, publicado en “Patria”, 1892, el cubano José Martí define la misión del periodista de la siguiente manera:

“…que no haya una manifestación de la vida, cuyos diarios accidentes no sorprendan al diarista: eso es hacer un buen diario. Decir lo que a todos conviene y no dejar de decir nada que a alguien pueda convenir. Que todos encuentren en el diario lo que pueden necesitar saberlo. Y decirlo con un lenguaje especial para cada especie: escribiendo en todos los géneros, menos en el fastidioso de Bibeau, desdeñando lo inútil y atendiendo siempre lo útil, elegantemente. Que un periódico sea literario no depende de que se vierta en él mucha literatura, sino que se escriba literariamente todo. El periódico debe estar siempre como los correos antiguos, con el caballo enjaezado, la fusta en la mano, y la espuela en el tacón. Al menor accidente, debe saltar sobre la silla, sacudir la fusta, y echar a escape el caballo para salir pronto y para que nadie llegue antes que él. Debe, extractando libros, facilitar su lectura a los pobres de tiempo. O de voluntad o de dinero. Hacer asistir a los teatros, como sentados en cómoda butaca que este efecto hace una alineada y juiciosa revista, a los pobres y a los perezosos. Debe desobedecer los apetitos del bien personal, y atender imparcialmente al bien público. Debe ser coqueta para seducir, catedrático para explicar, filósofo para mejorar, pilluelo para penetrar, guerrero para combatir. Debe ser útil, sano, elegante, oportuno, saliente. En cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe, y los labios sin mancha que lo dicta. No hay cetro mejor que un buen periódico”.

Por esas razones el periodismo del cubano José Martí ha sido elogiado por la crítica de muy diversos modos, algunos dicen que es “elevado a un nivel artístico como jamás se ha visto en español, ni probablemente en otro idioma”(1), otros señalan que se trata de un modo de hacer atento “a la vibración del instante”(2).

Lo cierto es que Martí usó el periodismo de diversos modos: uno, como medio de subsistencia, y el otro, como un modo de hacer arte, ambos ángulos del oficio integrados en su máxima expresión literaria, una vía para trasmitir su pensamiento.

Notas:

1 Pedro Henríquez Ureña: Las corrientes literarias en la América hispánica (1940-1941, trad. De J. Diez-Canedo, México, 1949, p. 167.
2 Fina García Marruz: El tiempo en la crónica norteamericana de Martí, varios: En torno a José Martí, citado en Roberto Fernández Retamar, Nuestra América: cien años y otros acercamientos a José Martí, Editorial SI-MAR S.A, La Habana, 1995, p. 19.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Ejercicio de la verdad en cualquier condición (I parte)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Desde muy adolescente José Martí se vinculó al ejercicio del periodismo. Tenía 16 años cuando publicó sus primeros trabajos en un periódico creado por él y su amigo Fermín Valdés Domínguez (El Diablo Cojuelo), publicado el 14 de octubre de 1869 y de efímera duración.

Apenas habían transcurrido nueve días de la aparición de "El Diablo Cojuelo", cuando vuelve a la carga el 23 de octubre, con un nuevo periódico "La Patria Libre". Este tiene un formato mayor que el anterior, con más páginas y mejor papel. En esta ocasión acompañado no solo por Fermín sino, también, por el maestro de ambos, Rafael María de Mendive y el abogado Cristobal Madan.

Razones extraliterarias lo llevan a prisión, al encontrarse en la casa de Valdés Domínguez una carta en la que se acusa a un condiscípulo de apostasía. Martí reclama la partenidad del documento y es condenado a presidio. Luego de varias gestiones de los padres la pena se le conmuta por la de destierro a España.

En la tierra de Cervantes, Martí desarrolla una fecunda práctica periodística, sin embargo, para muchos críticos, valoración que compartimos, donde se revela, definitivamente, como periodista es en México. En territorio azteca colaboró en "La Revista Universal" redactando crónicas parlamentarias, críticas de teatro, crítica de arte y los Boletines que firmaba con el seudónimo de "Orestes". Sobresalen también sus colaboraciones en la revista "El Socialista".

En cada una de las colaboraciones para los medios de prensa de la tierra de Juárez se percibe la madurez alcanzada en la práctica del oficio, ello obedece a la incesante avidez de Martí por los temas políticos relacionados con esta tierra.Conoce la misma, tiene información de primera mano sobre los actores que se mueven en el escenario político y no teme dar sus opiniones, incluso sobre el presidente Porfirio Díaz. Los temas científicos también reclaman su atención.

En Estados Unidos desarrolló una extraordinaria labor periodística. A su inicial trabajo, como crítico de arte, en "The Hour", se agregó su inserción en "The Sun", que dirigía el famoso Charles Dana, uno de sus más fervientes amigos, que escribió a propósito del periodismo de Martí: “…fue colaborador de The Sun, escribiendo sobre temas de bellas artes, en las que tenía sólidos y extensos conocimientos, y sus ideas y conclusiones eran brillantes y originales”. (Así vieron a Martí, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1971, p. 63)

En Estados Unidos, a José Martí le correspondió inaugurar en nuestra lengua la forma de periodismo que es la corresponsalía extranjera, lo que explica sus numerosas colaboraciones con los mejores diarios de la América Hispana: "La Opinión Nacional" (Caracas), "La Nación" (Buenos Aires), "La Opinión Pública" (Montevideo), "El Partido Liberal" (México), "La República" (Honduras) y otros.

La etapa más fecunda e intensa de su actividad como periodista ocurre tras su llegada a Nueva York, en enero de 1880, después de su segunda deportación a España.

En la revista de arte “The Tour”, ven la luz sus bellas crónicas, en las que se destacan las que reseñan la vida norteamericana, intituladas “Impressions of America”, bajo el seudónimo A very fresh Spaniard.

También redacta artículos sobre los pintores impresionistas, que llegan a causar admiración. En estas páginas Martí muestra un amplio conocimiento artístico, así como sensibilidad y capacidad crítica.

Al valorar su notable desempeño como periodista, Fausto Teodoro de Aldrey, director y propietario de “La Opinión Nacional”, le propone que sea corresponsal de ese diario, en los Estados Unidos. O sea, Martí regresa a Nueva York y reanuda su labor periodística, a partir del 20 de agosto de 1881, pero ahora en una faceta distinta.

Sus trabajos comienzan a salir con el seudónimo M. de Z., pero al despertar la curiosidad entre los lectores por saber quién es el autor de tan encendidos trabajos, Aldrey reconoce públicamente que no es otro que José Martí y, a partir de entonces, empieza a firmar con su nombre.

En “La Opinión Nacional” también ocupa una columna fija de comentarios de actualidad llamada “Sección constante”. El 10 de junio de 1882 culmina el Apóstol su etapa como colaborador de esta publicación, al no admitir que Aldrey le ponga freno a sus criterios.

Con posterioridad, comienza a colaborar, el 13 de septiembre de 1882, con “La Nación”. Su paso por este diario argentino culmina el 26 de marzo de 1891, lo que confirma el estrecho nexo que existe entre ambos. Inigualables crónicas suyas, que narran la vida norteamericana e importantes sucesos acaecidos en ese país, vieron la luz en esta publicación, en la sección titulada Carta de Nueva York o Cartas de Martí.

Martí deja una medular huella de su cultura e ideas en las más renombradas publicaciones de la época: La Habana, El Elegante, El Almendares, La Revista de Cuba; La Juventud, El Avisador Cubano, El Avisador Hispano-Americano, El Porvenir, La Revista Ilustrada y El Latinoamericano, de Nueva York; La Opinión Pública, de Montevideo; La Pluma, de Bogotá; La Nación y El Sudamericano, de Buenos Aires; La República, de Honduras; La Revista Azul y El Partido Liberal, de México, y La Opinión Nacional, de Caracas.

En los días de entrega total a los preparativos de la continuidad de la lucha por la independencia de Cuba, Martí fundó "Patria", periódico al que consagró sus mejores energías, reseñando en sus páginas el clima de seguimiento a sus ideas de libertad y, sobre todo, el carácter francamente americano de la guerra de independencia de Cuba.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Las congas que una vez fueron en Contramaestre

Entre 1947-1948 surge la primera comparsa como entidad cultural propia, se autodefine: "Los Invasores", organizada por José Hurtado, en el antiguo Reparto San Luis (hoy Rodolfo Rodríguez).
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Contramaestre tiene que esperar hasta 1930, para la llegada de los primeros aires de la conga. Vienen desde San Luis y Santiago de Cuba, hecho promovido por comerciantes, dueños de tiendas y almacenes, en particular la Casa Garcés-Morín.

Algunos congueros de estos pueblos se mudaron a Contramaestre, entre ellos sobresalen  José Hurtado Pineda y Zenaido Évora, que hacían piquetes para amenizar fiestas de barrio. En 1940 se unen a ellos, Ángel Luis Céspedes, Alfonso Girón y Asterio Palacios, también santiagueros y  sanluiseros, y forman una conga que recorrerá el camino entre Maffo y Contramaestre durante las populares fiestas de San José.

Entre 1947-1948 surge la primera comparsa como entidad cultural propia, se autodefine: "Los Invasores", organizada por José Hurtado, en el antiguo reparto San Luis (hoy Rodolfo Rodríguez). Junto a Hurtado se encuentran Zenaido Évora, Asterio Palacios, Ángel Luis Céspedes y Alfonso Girón, que hicieron resonar dos tambores, cuatro bocuses, un quinto y una campana.

“Los Invasores” se presentaron en las fiestas de San Juan de esos años. Los propietarios de la principal casa comercial del pueblo garantizaron vestuario, divulgación y propaganda. Algo muy peculiar fue la existencia de los "padrinos" y "madrinas" que entregaron monedas adornadas con cintas de colores a los comparseros de su simpatía.

Los comercios garantizaron papeles brillantes con vivos colores, oropel, lentejuelas y telas satinadas. Treinta parejas danzaron al ritmo de esta conga, al tiempo que exhibían farolas, pendones y banderas.

Los hombres llevaban mangas aglobadas con vuelos; las hembras, faldas con franjas. En ambos trajes predominaban el rojo, azul y amarillo; algunos llevaban short corto del que prendía una pequeña capa de vuelos, blusa corta, atada, con un nudo dejando el vientre y cintura libres.

"Los Invasores" se divertían haciendo partícipes a todos de su entusiasmo, confundían sus voces con las del pueblo al compás de un rítmico y sabroso estribillo: "Adiós, mamá; adiós, papá, que yo me voy con Los Invasores".

En 1950 los percusionistas de "Los invasores" cambiaron de domicilio, se establecen en el reparto La Cuba (hoy Patricio Lumumba). Nace entonces la segunda conga, bajo la batuta de Juventino Zamora "Leguén: “Los Mambises del Siglo XX" . Se trata de un grupo de pequeño formato ("Montomporo"): un par de tumbadoras, dos bocuses y un cencerro. Adoptan el toque "Masón", influenciado por el toque que se hacía en las celebraciones del San Lázaro en el reparto Rosabal (con igual nombre en la actualidad). Al grupo se incorpora Eliseo Odio, de Palma Soriano, esta comparsa la patrocinan comerciantes de prestigio en el pueblo.

Al realizar su recorrido tenía una característica que la identificaba, una estampa cubana: “casa de guano, dentro, dos niños que representaban al pueblo: Liborio vestido de mambí y Macubá de Bandera Cubana; ella simulaba macerar café con un pilón y luego salía de la casa, llevando tazas con la aromática bebida para brindar al jurado”.

Las muchachas lucían saya blanca, corta, blusa azul de satín, chal rojo atado a la cintura. Los varones, los mismos colores, llevaban en sus manos un trozo de madera, simulando el machete mambí. La conga “Los Mambises del siglo XX”, dejó de salir en 1957.

Las comparsas del reparto San Luis y La Cuba, estaban comprometidas con la propaganda y el apoyo de los centros comerciales, llevaban en sus estandartes anuncios, propagandas, incluso en el vestuario exhibían una marca de ron en forma de botella, otros llevan incrustados en las camisas, una tijera confeccionada con tela de brillo, para llamar la atención y promover la Casa Comercial "La Tijera".

Estos comparseros salían desde sus puntos a recorrer las calles céntricas del pueblo, hasta llegar donde estaba el jurado, que siempre se ubicaba en los portales del Hotel Carnero (hoy Hotel Caribeño). La conga del Reparto San Luis dejó de salir en la primera mitad de 1950, la mayoría de los músicos se unieron a la comparsa La Cuba.  Esta última desaparece entre 1957-1959. La situación del país era insostenible, estaban en guerra los rebeldes de la Sierra Maestra y la dictadura de Fulgencio Batista, hecho que culmina con la victoria del Primero de Enero de 1959.

Con el triunfo de la Revolución Cubana la alegría popular crece y el ansia de diversión también, pero hubo que esperar hasta 1966 para que el espíritu de la comparsa renaciera en Contramaestre: la de Ignacio Carreón(1966) y la del Paseo de "Nana" Mondéjar(1971).

La comparsa “El paseo de Nana Mondéjar” estaba integrada por Gelasio Domínguez, (director), Melba Mondéjar (subdirectora), Juventino "Leguén" Zamora y Rolando Estrada como organizadores. La percusión: dos tumbadoras, dos quintos, una tambora y tres campanas. Los instrumentos de viento: dos trompetas, dos tamboras y un saxofón; los músicos eran de Contramaestre y Jiguaní.

En el vasallo bailaban trece parejas escoltadas por tres banderas, dos pendones y dos farolas. Dicha agrupación hizo su salida durante los carnavales de San Juan en 1966, celebración que se mantuvo en los primeros años de la Revolución, pero que luego se cambia para el Verano por las autoridades oficiales y finalmente para junio.

En 1971 surge la "Conga del Paseo de Nana Mondéjar", fundada por Ignacio Carrión González, que junto a su entusiasmo e iniciativas, traídas de su natal Palma Soriano, se dio a la tarea de crear una comparsa en el Reparto Patricio Lumumba.

Se unen a este empeño, como principales percusionistas: Eloy Castellanos, Esperanza Ferrera - esposa de éste - Ángel Luis Céspedes, Ibrahín Domínguez, y Orlando Carrión. Con gran frenesí hicieron resonar seis tumbadoras, cuatro tamboras, dos quintos y tres campanas; a ello suman la corneta china que contratan en Santiago de Cuba, pero que finalmente no llegó a cuajar, porque no hubo músicos del patio que supieran tocarla.

Esta comparsa recibe el apoyo de la Comisión de Festejos que soluciona lo necesario para los carnavales. La misma, tuvo una gran factura estética y una amplia participación de jóvenes: 30 parejas con bellos atuendos. Sus desfiles tuvieron lugar durante los carnavales.

Al fallecer Ignacio Carrión, fue dirigida por Eloy Castellanos, figura principal que da nombre al proyecto y gana popularidad en el pueblo. Castellanos es asesinado en una riña de barrio, hecho que conmocionó a todos los habitantes, dicen los testigos del velorio que la Conga que él dirigiera, entonó sus acordes hasta la última morada del popular músico. Esperanza asume la sustitución de Castellanos y se le une Fulgencio Orozco, que en lo adelante asume la dirección. Al morir Orozco, se encarga de sostener la conga, Orlando Carrión Isaac.

En 1985 surge la última comparsa de Contramaestre, la "4 de Abril", integrada por 46 niños. Entre sus instrumentos cuentan con dos trompetas, cinco tumbadoras, un bombo (en sustitución de la tambora), cuatro campanas, dos aros de llanta y dos granaderos. El vasallo desarrolló cuadros de baile, vistieron trajes multicolores con telas suministradas por la Comisión de Congas y Paseos de la Dirección Municipal de Cultura. Tampoco faltaron las tradicionales farolas y banderas encargadas de "abrir" la marcha y un estandarte fijo con el nombre de la comparsa.

Eran recurrentes las caracterizaciones de algunos miembros para trasmitir un mensaje social y político acorde a la época: la paloma, el sol, la rama de olivo. Sus presentaciones las realizaban todos los 24 de febrero en Baire y durante los carnavales de Contramaestre. Su última salida ocurre en los primeros años de la década de 1990.

Con la llegada del período especial, en 1990, la conga es víctima de las carencias materiales padecidas en Cuba, su base instrumental y rítmica intenta sobrevivir esos avatares, hecho que no logra, tal vez eso justifica una añoranza por ella, que recuerda a aquellos abuelos que un día la trajeron desde Santiago de Cuba y San Luis, para quedarse por siempre en la memoria del contramaestrense.

Nota:
En este artículo se utilizaron datos e informaciones de la ponencia "Orígenes de la conga en Contramaestre", de Flora Preval.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Evocación masculina del huracán

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Los primeros habitantes de Cuba, los aborígenes, consideraron al Dios Huracán como el de los remolinos, de los vientos y de las tempestades, lo representaron con un símbolo de carácter giratorio, una espiral.

Los huracanes fueron personificados por ellos como entes sobrenaturales, dioses, demonios o brujos malignos, en su evocación, predomina la variante masculina.

Si miramos a los sabios de la nación cubana, José Martí y Fernando Ortiz, su valoración de los huracanes se asocia a los elementos positivos, que desde el punto de vista cultural y ecológico dejan los mismos. Señala José Martí: “No hay que temer sino que bendecir los huracanes porque después de ellos queda la tierra renovada y pura”.(1) En otras páginas, lo llama fenómeno que fecunda y purifica.(2)

Fernando Ortiz considera que “…cuando han pasado los huracanes…, cuando vienen a acariciarnos los primeros fríos del Norte, se cuela entre nosotros, una ráfaga de cultura”.(3)

En ambos casos la evocación es masculina, el huracán tiene la capacidad de preñar la tierra, dotarla de componentes que la limpian y la condicionan para los cultivos. A la vez, los huracanes nos preparan para la llegada del invierno y con éste las tertulias, los cafés literarios, el teatro, la navidad y la despedida del año.

En torno a los huracanes, dice la cultura popular que los campesinos cubanos saben cuando se aproxima uno, pues las gallinas se intranquilizan mucho, salen de sus gallineros y escondrijos y se encaraman en los árboles, y sobre todo hacen un rodeo, desplegando en rueda las plumas de su cola.(4) Si nos damos cuenta, la premonición también es evocada por el hombre, en este caso identificado como campesino.

Para los cubanos Gustav simboliza el Diablo, como narra uno de los testigos de su paso por la Isla de la Juventud, algo sobrenatural que dejó expectantes a todos. El Diablo es evocado también desde el punto de vista masculino.

Si nos atenemos a lo que dice la alta cultura representada en nuestros sabios y la cultura popular, en torno a los huracanes, en todo lo malo que les pasa a los humanos, siempre está la mano invisible del ser masculino, Gustav no me dejará mentir.

Notas

1 José Martí. Pensamientos. En el Avisador Cubano, Nueva York, 26 de diciembre de 1888, Tomo 28, página 547.
2 José Martí. Versos libres, 1878, Tomo 16, página 190.
3 Fernando Ortiz. La ráfaga, en Entre Cubanos, página 35.
4 Fernando Ortiz. El Huracán, su mitología y sus símbolos, Fondo de Cultura Económica, México 1986, Cap. III, pgs. 107-128.

Todo lo malo no tiene nombre de mujer

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu


La experiencia histórica ha demostrado que el uso de nombres de mujeres y hombres en la comunicación hablada y escrita es más efectivo al nombrar los huracanes. Los expertos en este fenómeno no imaginaron que entre los nombres que habían preparado para el 2008, uno de hombre ganaría fama como de los más destructivos ocurridos en Cuba en los últimos 50 años: Gustav.

La lista para el 2008 incluyó otros nombres, entre los que sobresale Arthur, Bertha, Cristóbal, Dolly, Edouard, Fay, Hanna, Ike, Josephine, Kile, Laura, Marco, Nana, Omar, Paloma, René, Rally, Teddy, Vicky y Wilfre. Ninguno de los usados hasta la fecha, había causado tanto daño a los cubanos como el Gustav, que pasa a la historia como uno de los más destructivos, según el criterio de la mayoría de los especialistas.

La temporada ciclónica en Cuba comienza el primero de junio y culmina el 30 de noviembre, en la reserva de nombres para el 2008 se encuentraban Kile, Laura, Marco, Nana, Omar, Paloma, René, Rally, Teddy, Vicky y Wilfre, seis de hombres y el resto de mujeres, casualmente predominan los de estas últimas y es que hasta lo que va de fecha han campeado los del llamado sexo fuerte, en los finales de la temporada parece que predominarán los de mujeres.

Si nos atenemos a lo que dice la historia, los huracanes más destructivos que han ocurrido tienen nombre de mujer, entre ellos se encuentran Allison, Iris, Isidore, Flora, Lili, Isabel, Jeanne, Katrina, Rita y Vilma. De ocurrir los hechos, como parece la historia decirnos, en los próximos meses, si se manifestara un fenómeno tropical con estas características, tal vez se llame Laura, Paloma o Vicki.

En torno al tema, dice la cultura popular cubana, en sus refranes y chistes, que "todo lo malo que le ocurre al hombre tiene nombre de mujer", algo en lo que parecen equivocarse en relación con Gustav, pues tiene nombre de hombre y ha sido el huracán más destructivo en nuestra historia; algunos reportes de noticias así lo confirman:

“… más de 90.000 casas resultaron dañadas o destrozadas cuando el huracán 'Gustav' llegó a Pinar del Río, en el oeste de Cuba, el pasado sábado con vientos máximos sostenidos de 240 kilómetros por hora” (Europa Press_La Habana, 3 de septiembre de 2008).

“…el 80 por ciento de la provincia Pinar del Río, que cuenta con 750.000 residentes, se quedó sin electricidad después de que 'Gustav' se llevara por delante 136 torres de alta tensión por donde pasaba la energía desde plantas generadoras en La Habana, y otras doce de menor tensión”. (Europa Press_La Habana, 3 de septiembre de 2008).

“… el General de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías, al observarlo todo convertido en ruinas, mirando a su alrededor, compartía su asombro y admiración por la valentía de la población, y expresó: “Esto es ver una explosión nuclear.” (Fidel Castro, El golpe nuclear, En Cuba a debate, 2 de septiembre de 2008)

El criterio de Fidel Castro, líder de de la Revolución Cubana, es muy ilustrativo cuando señala: “Con toda franqueza me atrevo a decir que las fotos y vistas fílmicas de lo que transmitían el domingo por la televisión nacional me recordaban la desolación que vi cuando visité Hiroshima, que fue víctima del ataque con la primera bomba atómica en agosto de 1945”. (Fidel Castro, El golpe nuclear, En Cuba a debate, 2 de septiembre de 2008)

martes, 10 de noviembre de 2009

A Cuba no debe imaginársele como un trofeo

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

A Cuba no debe imaginársele como un trofeo ganado en la guerra entre los que se fueron a principios de los años 60 del siglo XX y los que decidieron quedarse y construir un mundo nuevo a partir de 1959.

Los que piensan así, tienen en su seno el espíritu divisionista que tanto daño ha causado a Cuba en más de un siglo de luchas por un mundo regido por la justicia.

En los procesos fundacionales de la nación cubana, fue normal el enfrentamiento entre cubanos en la búsqueda de un ideal de nación en correspondencia con el espíritu de los nacidos en esta orilla del mar Caribe. Ello explica el lugar que mereció el poeta José María Heredia entre sus contemporáneos, totalmente relegado al olvido, y hay algunos que piensan que hasta intencionalmente, pues en el proyecto que se construía era una pesadilla incluirlo. Hasta se dice, noveladamente, que Espejo de Paciencia, primer poema cubano, es apócrifo y sus autores lo esgrimieron para fundamentar una teoría de la nación.

Un texto clave para comprender los conatos entre cubanos es el de Joel James Figarola referido al contra sí, que en lúcido análisis presenta los fundamentos que enfrentaron a los miembros de una misma nación durante la República Mediatizada (1902-1958), sobre todo en su primera mitad.

Lo cierto es que los intelectuales han asumido un papel positivo, otra veces negativo, en la construcción de la nación cubana. Sus posiciones han variado en correspondencia con el contexto histórico y las corrientes de pensamiento que los han influido. Por eso fue normal que un reaccionario como Oreste Ferrara en sus años jóvenes se inclinara hacia la teoría de Carlos Marx y luego relegara de ella y se convirtiera en una de las voces imprescindibles de la Cuba republicana más conservadora.

En lo popular, los cubanos de la emigración tienen a Willy Chirino como su emblema, los de la isla a los Van Van, en cada uno de los proyectos musicales citados hay una clara intención de apropiarse de todos los sentidos de la cubanía y validarlos para sí mismos.

Tanto una como otra variante responde a los intereses de la nación, Chirino, el músico de la nostalgia, el que ataca de forma virulenta al gobierno cubano; los Van Van, por el contrario, hacen la crónica de la vida cotidiana en Cuba, y los héroes son las personas comunes que viven el día a día en su cuadra, barrio o reparto.

De esos enfrentamientos temáticos y espirituales se continúa nutriendo lo cubano, proceso no terminado, según el punto de vista de antropólogos y sociólogos de diversas latitudes, incluidos los de la propia isla caribeña.

Fotografías:
1. Orquesta Los Van Van.
2. Salsero cubano Willy Chirino.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Los cubanos de la emigración sin proyectos de cara al futuro

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Cuba no debe pensarse desde la improvisación, ni de la emoción, pues estamos ante un proceso donde confluyen muchas partes en la que cada una tiene una función esencial.

Pensar a Cuba desde cualquier lugar del planeta requiere ante todo comprender el lugar de Estados Unidos en su devenir histórico, una singularidad que radicalizó el pensamiento cubano de izquierda, obligado a buscar una alternativa que lo apartara de la órbita del “protector vecino”.

Una cuestión que no debe obviarse es que no se trata simplemente de una historia de buenos y malos y asumir una posición a favor de los primeros, de ser así, demasiado esencialista y poco creíble, tarde o temprano se inclinará hacia el ángulo de una visión hegemónica del asunto y no nos permitirá comprender las contradicciones normales en todo proceso histórico no terminado.

Cuba debe pasar por el prisma de la crítica permanentemente para interpretar y evaluar sus procesos y oxigenar posibles caminos hacia el futuro. Implica dialogar con todas las partes implicadas en la construcción de la nación, estén donde estén, pero sin los desafueros de querer imponer una u otra postura, de lo que se trata es de elegir en condición de iguales lo mejor para su pueblo.

Hasta ahora, los cubanos en la emigración, sobre todo la establecida en Estados Unidos, no han sido capaces de presentar un proyecto que supere los resultados alcanzados por la Revolución Cubana durante 50 años. Simplemente lo que han hecho es cuestionar de forma virulenta los errores, normales en cualquier proceso histórico y desde la emoción y la improvisación atacar todo resultado social alcanzado después de 1959.

Pensar la Cuba del futuro implica ante todo reconocer el complejo entramado social que caracteriza a la sociedad, tanto negativo como positivo, normal como anormal, fácil como difícil y omnipresente para todas las partes. Llegará el día de sentarse a la mesa de conversaciones, de lo que hagan sus intelectuales, sobre todo, dependerá el futuro de la isla. Cuba se gana o se pierde en el terreno de la cultura.

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viernes, 6 de noviembre de 2009

SOBRE LA LUZ QUE NO SE APAGA

Por Orlando Concepción. (Escritor y periodista)

Recuerdo una frase de Roland Barthes re-escrita por Teresa Melo: “Para que una cosa sea sabida es necesario que sea dicha, pero también desde que es dicha, muy provisionalmente, es verdad”. Aunque Ricardo Riverón Rojas me brinde el pretexto “para rendir tributo” (y José Martí haya advertido que “ninguna voz es débil”) debo confesar que el título de este libro, “Bajo una luz que no existe”, se aleja de la verdad, a pesar de ser dicho.

Tengo 84 razones, igual cantidad de páginas que contiene este poemario en Décimas, para declarar abierto un debate de ideas respecto a que la luz se mantiene encendida y, por tanto, existe. Invito a ustedes, amigos poetas o amantes de la poesía conocer un poquito al autor de este libro que nos ofrece Letras Cubanas en su colección Poesía, editado y corregido por Arnet Rodríguez, y que se abre a la lectura con una cita de Borges: “Creo que mis jornadas y mis noches se igualan en pobreza y en riqueza a las de Dios y a las de todos los hombres”. En un tránsito incansable circuló por Instituciones Culturales desde su natal Zulueta hasta la capital provincial de Villa Clara, Riverón asumió hace algunos años la dirección de la revista “Signos”, si, esa misma, la que tuvo como director al fabuloso e inmortal Samuel Feijoó. Riverón vio nacer y dejó sus huellas en Ediciones Hogaño, Signos, Ediciones Capiro donde fue editor y director, Ediciones Bumerang, Ediciones “Sed de Belleza”, revista “Umbral”, y un largo etcétera con el que no pretendo agotarlos a ustedes. Ganador en el 2001 del premio UNEAC en testimonio con PASANDO SOBRE MIS HUELLAS, ahora nos regala ésta, la más reciente aunque sabemos que no la última obra. Invito a ustedes a leer y observar cómo el poeta juega con la métrica española y hace un renuevo esencial de la espineliana forma poética.

La luz creativa nos toma de la mano y nos conduce desde los diez versos de ocho sílabas a los de once.

Abandona de pronto la rima consonante y nos traslada a la asonancia alterna, al trasformar el ritmo de la lectura o el oído y sus romances de diez versos nos acercan a otra luz existente en el “Romancero Gitano”, de García Lorca.

La variedad temática conduce desde lo aparentemente común o cotidiano hasta los temas universales. Un poeta con la experiencia de Riverón no es ajeno a la apropiación de versos de los más disímiles autores. A nadie sorprende que acuda al recurso literario de la intertextualidad de manera consecuente y que en un poema como “La Pecera”, los cinco primeros versos correspondan a otro de los tantos autores de los cuales Riverón demuestra ser acreedor. En seis partes ha sido dividido este decimario. A través de ellas nos regala sus quimeras nada borrosas, renombra a las cosas, confiesa que utiliza el papel como cortina para amar, se escuda entre la bruma y el iris, busca amparo en el monte con ocho décimas encadenadas por endecasílabos y octosílabos, y desde el inicio nos lega sus ideas “… el paisaje del monte es la acuarela/donde el hombre despinta su figura”, o “… es bueno salvar las hojas/que van a morir al río”. Nos muestra Riverón esas antípodas verdaderas de su libro nada pequeño, parte sexta que inicia con “Todo o nada”, dedicado a sus hijos: “Nada es la carne-que se vuelve lodo”./”Todo es la muerte-que nos desintegra”. En los poemas de “Amar la cortina de papel”, por solo citar un ejemplo, Riverón nos permite transitar por otras artes: el cine, la música, la literatura. Acepte usted, futuro lector, mi invitación. Déjese seducir por las décimas endecasílabas de “Mi amiga Pilar Ternera”, fabuloso personaje garciamarqueño del mítico Macondo, para que compruebe que no es necesario vivir durante “Cien años de Soledad”. Gracias, Riverón por estas páginas que prestigian “la tradición decimística iberoamericana”.

Pensar lo económico en la nación cubana

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

El libro “El pensamiento económico en la nación cubana” del escritor Ernesto Molina, presenta un bosquejo histórico y analítico del pensamiento económico cubano, desde sus cimientos hasta 1990. Los períodos y figuras que desarrolla la obra son:

• 1792-1829: Francisco de Arango y Parreño y José Antonio Saco.
• 1830-1867: Ramón de La Sagra y el conde de Pozos Dulces.
• 1867-1898: José Martí Pérez.
• 1898-1935: Manuel Sanguily, Enrique José Varona, Enrique Roig de San Martín, Diego Vicente Tejera, Carlos Baliño, Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena y Antonio Guiteras Holmes.

• 1935-1958: Ramiro Guerra, Julián Alienes, Jacinto Torras, Raúl Cepero Bonilla, Carlos Rafael Rodríguez y Fidel Castro.
• 1959-1990: Ernesto Guevara, Carlos Rafael Rodríguez y Fidel Castro.

“El pensamiento económico en la nación cubana” tiene varios méritos, uno de ellos es el intento de generalización, que felizmente logra en sus páginas, desde los momentos fundacionales en Cuba hasta 1990.

Otro de sus méritos es que reconoce y desarrolla el concepto de pensamiento económico cubano, desde su propio título hasta la fundamentación de las figuras seleccionadas para hacerlo.

Sobre el socialismo en el siglo XXI y la Revolución cubana, el autor realiza una serie de valoraciones de gran utilidad para el pensamiento emancipador de América Latina; ubica el proceso de integración como un factor estratégico para la construcción del socialismo en el área. Para lograrlo considera que "debe incluir la idea del desarrollo humano sostenible. Ello implica que las relaciones comerciales se subordinen a la necesidad del desarrollo en el contexto de las relaciones sociales y regionales".

Ernesto Molina es enfático cuando llama al socialismo a reconocer las diferencias: "Cada persona es irrepetible y tiene derecho a serlo. La individualidad exige protagonismo, participación en las decisiones. Ello supone capacidades y necesidades diferentes. Los actos dirigidos a la producción deben contemplar con flexibilidad las consecuencias más remotas de esas diferencias".

Es importante señalar que Molina defiende un presupuesto a lo largo del libro que llama idea económica, comprendida ésta última, como “fin práctico de transformación de la realidad económica presente, ya sea para conservar lo viejo con formas nuevas, o para llevar a cabo transformaciones radicales que responden a las tendencias objetivas de lo nuevo”.

La invitación a la lectura de “El pensamiento económico en la nación cubana” de Enrique Molina está hecha, se trata de un magnífico alimento para el espíritu.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Contra todos los demonios

Por Orlando Concepción Pérez. (Escritor y periodista)

Que la Asociación “Hermanos Saíz” (AHS), vanguardia artística de los jóvenes creadores en las cinco ramas representadas en la nación cubana, haya arribado a sus primeros 23 años de existencia, no causa extrañeza en un número considerable de aquellos que son observadores de una vida dedicada al esfuerzo cotidiano y de un empeño invencible por alcanzar las más elevadas cimas.

La A.H.S ha tenido distintas etapas en su quehacer en el Contramaestre de los siglos XX y XXI.

Al inicio navegaba por los mares inseguros de la carencia de apoyo oficial y de experiencia en los que surgían como directivos inaugurales. Es necesario consignar una verdad no siempre divulgada. Las organizaciones sociales de tipo cultural, nunca han estado en el punto de vista de mira del aparato oficial del estado cubano, por lo menos en los terrenos del (mal) denominado “interior del país”, como si todos los demás escalones oficiales estuvieran “en el exterior del país”, o sea, en los cayos adyacentes del Norte, dado que en ese ángulo geográfico está ubicada “la capital” de la nación. Los que desde allí se expresan, sin importar jerarquías laborales, rechazan –con una reiteración furiosa- que se les ubique “en el interior del país”. Constituye ello una de las múltiples maneras de practicar el espíritu divisionista.

Más de uno de los locales existentes dentro del centro histórico de Contramaestre, (de cuyos límites geográficos muchos de los que deben tener profundos conocimientos, están desposeídos), transitoriamente estuvieron a la disposición de la A.H.S.

Uno de esos locales, por un sin número de razones de tipo organizativo y de pensamiento, devino a la condición de centro que fue necesario clausurar en reiteradas ocasiones.

A partir del 2009 se logró lo que no resultó posible durante más de una década: ese mismo local, mediante condiciones diferentes, se decidió que asumiera las funciones de “Casa del Joven Creador”. Todavía marcha con el lastre in desprendible de uno de los sectores menos prestigiosos de los existentes: la gastronomía, que todo lo mide con el rasero que transita “por la ruta del dinero” y del alcoholismo. Por sobre todas las prescripciones culturales, que es el principal patrimonio de la A.H.S.

El apoyo oficial de tipo financiero, para adaptar el local a las necesidades más elementales de la organización juvenil de vanguardia artística, es un recurso que no circula con facilidad. A veces, se torna en un imposible, de esos tantos cuya culpan asumen eventos naturales ocurridos en fecha muy posterior al nacimiento de la A.H.S.

“El querer bien consiste en ahorrarle inquietudes a aquel a quien se quiere…” (O.C.20:133), dejó escrito José Martí a Manuel Mercado en el año 1888. Muchos pensadores consideran que “Querer es poder”, y que sólo puede el que quiere, aunque la aplicación práctica de ese pensar teórico, pudiera ser un laberinto al cual es fácil penetrar aunque no es tan fácil, después, poder salir.

Los “Hermanos Saíz”, al igual que los valientes mártires de Pinar del Río que les hicieron sus herederos, lanzan upercutts, ganchos, en un combate que dura más de quince asaltos, sin caer en la tentación de la profesionalidad. Pelea, si, con su manantial de ideas y de realizaciones. Tiene derecho a ganar esa pelea contra todos los demonios.

Fotografía: Miembros de la Asociación Hermanos Saíz en Contramaestre.

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Diez veces Café Bonaparte

Orígenes: nuevo espacio para los escritores del Oriente de Cuba

La Asociación Hermanos Saíz me ha dado visibilidad

Dime cómo escribes

Por Ciro Bianchi Ross

Un libro publicado hace ya algún tiempo recogió las respuestas que cuatrocientos escritores vivos y muertos de veinte y ocho países dieron a lo largo de los años a una sola pregunta. ¿Por qué escribe?

Hubo de todo en las contestaciones entresacadas de muy diversas entrevistas y confesiones. Así, mientras García Márquez lo hace “para que me quieran más”, y Julio Cortázar dijo que escribió Rayuela porque no pudo “bailarla, ni cantarla ni esculpirla”, ese monstruo de la creación que fue William Faulkner confesaba paladinamente que escribía “para ganarme la vida”. Aunque allí no se dice, el autor de Mientras agonizo y El sonido y las furias carretillaba carbón cuando conoció al novelista Sherwood Anderson y “al percatarme de lo bien que vivía comprendí que escribir era lo mío”. Si Hemingway llegó a tener un yate, Faulkner tuvo avión particular. Fue un hombre con suerte. El éxito monetario o de otro tipo no siempre acompaña al talento. Dostoyevski vivió en la miseria, y Balzac, que era un esclavo de la pluma, escribió asaeteado por las deudas en que lo sumía el afán desmedido de vivir por encima de sus posibilidades. Cuando murió, a los 51 años de edad, luego de legar las noventa y siete novelas de La comedia humana, no había podido redimir compromisos económicos que contrajo en la temprana juventud y que con especial deleite se ocupó de incrementar a lo largo de su vida.

Nunca se sabrá bien por qué escriben los escritores –el chileno Nicanor Parra afirmó que lo hacía por envidia-, por qué una obra pasa a la posteridad y otra no, ni por qué a veces un solo libro basta para inmortalizar a un escritor. Entonces, por qué no hablar ahora sobre cómo escriben los escritores. Cada vez más el lector, en el que existe siempre el deseo y la posibilidad de escribir la obra que lee, se interesa por ese tema. Esto es, el revés de la creación. El revés de la trama.

Víctor Hugo (Los miserables) escribía de pie y lo hacía en la misma habitación donde dormía. No desperdiciaba una sola cuartilla; las numeraba al comienzo de la jornada y las arrojaba al piso a medida que las llenaba para que no le estorbaran en la reducida superficie que utilizaba para el trabajo. El cubano Fernando Ortiz, en cambio, escribía sentado en su cama. Colocaba el papel en una tablita que apoyaba en sus muslos. Escribía en cuartillas sesgadas al medio y, para ahorrar, lo hacía preferiblemente en el reverso de las cartas que recibía. En su pulgar derecho había una zanja del grueso de un lápiz.

Ortiz escribía de noche, hasta bien entrada la madrugada. Alejo Carpentier comenzaba su jornada a las cinco y treinta de la mañana y trabajaba hasta las ocho. Al final de la tarde pasaba a máquina lo que había escrito a mano anteriormente. Lezama Lima lo hacía a la hora del crepúsculo y se iba a “una segunda noche” si el asma no lo dejaba dormir. Apoyaba una libreta larga y estrecha en el brazo de su sillón de siempre y llenaba la página de signos aljamiados. Luego, su esposa María Luisa sacaba tres copias mecanográficas de cada texto, copias que eran cosidas, no presilladas, en una misma carpeta.

Leonardo Padura, uno de los cubanos más leídos del momento, escribe todos los días posibles –de lunes a lunes- por las mañanas. Se sienta muy temprano delante de su computadora y trabaja hasta entrado el mediodía. Hace una primera versión de una novela, y después hace tantas versiones como crea necesario –cinco o seis versiones es la media. No trabaja en más de un libro a la vez. Espera concluirlo y, entre novela y novela, hace periodismo o acomete un guión de cine. El mexicano Paco Ignacio Taibo II, otro renovador, como Padura, del policial contemporáneo, sí suele trabajar en dos o tres proyectos al mismo tiempo hasta que se decide por uno que lleva hasta el final. Prefiere la noche, lo que quiere decir que aprovecha también la mañana y la tarde. Tiene más de cincuenta títulos publicados y todos de éxito. Tras la biografía de Che Guevara -250 000 ejemplares vendidos- acometió la de Pancho Villa y anda ahora tras las huellas del cubano Antonio Guiteras, uno de los revolucionarios, dice, menos conocidos de toda la historia americana. El narrador Lisandro Otero –La situación, Temporada de ángeles, Árbol de la vida…- que escribía un artículo diario para la prensa mexicana, hacía su periodismo entre las seis y las ocho de la mañana por lo que el día le quedaba libre para avanzar en algún proyecto de novela. Comenzó a escribir a los catorce años de edad en una vieja Remington que su padre, un destacado periodista, dejó de usar al cambiar para una Underwood. El último libro que Lisandro hizo totalmente a máquina fue En ciudad semejante. Después comenzó a escribir a mano porque esa manera, pensó, le posibilitaba una reflexión mayor y enriquecía su prosa. Pero desde fines de los 80 escribió directamente en una computadora y no se explicaba cómo pudo hacerlo de otra forma durante tanto tiempo.

Lisandro y Padura fueron de los primeros escritores cubanos que utilizaron el ordenador de palabras. También el historiador Newton Briones Montoto, que descubrió el invento en una visita a El Corte Inglés, de Madrid, y comprendió de golpe que era ese el aparato que necesitaba para domeñar su caos. Leonardo Acosta continua escribiendo a máquina. Antón Arrufat se resistió a la nueva tecnología y siguió tecleando sus narraciones en la tipiadora de siempre hasta que cayó la tentación. Miguel Barnet, en cambio, no da su brazo a torcer. Escribe todavía a mano y con una gorra puesta para abrigarse la cabeza. Dice que toda la gran literatura es manuscrita, y teme al ordenador porque cuando una frase aparece en la pantalla empieza a verla como algo lapidario, definitivo, que no lo deja avanzar. Lo priva del placer de la hoja en blanco que se llena con sus signos, del goce de estrujar una cuartilla entre las manos, que es como matar una criatura imperfecta para dar vida a otra saludable. Así rompió, no sin dolor, las trescientas cuartillas de una primera versión de Oficio de Ángel, iniciada en 1975. Sabía que alguna vez la retomaría y años después, en 1987, lo hizo cuando en un feo hotel de Valencia, España, agarró un pedazo de papel y escribió: “Y comenzó el tiempo fluvial. Y el agua de la superficie no volvió a ser calma. Y la noche se tornó día…” Nadie sabe bien, dado lo intenso de su vida social, a qué horas escribe Pablo Armando Fernández. Confesó en una ocasión que cuando se sienta a hacerlo escucha voces que le dictan lo que escribirá.

Cortázar hacía la prosa directamente a máquina (eléctrica) y escribía los poemas a mano; de ahí la huella digital que se advierte en ellos. Revisaba poco porque era muy severo a la hora de escribir y los muchos años en el oficio lo enseñaron a desconfiar de las palabras. Por eso, mientras escribía ejercía una especie de control y una vez que lograba el texto apenas le hacía enmiendas. De los cuentos hacía una sola versión que aceptaba o rechazaba en función de su poder hipnótico, que es condición inherente a todo buen cuento.

El puertorriqueño José Luis González, el gran cuentista de En Nueva York y otras desgracias y Las caricias del tigre, decía que tan pronto tenía la idea ya el cuento estaba hecho. “Los cuentos jamás se escriben por el comienzo, sino por el final. A un cuentista se le ocurre la idea y ya se le ocurrió el cuento. Busca entonces un buen comienzo y enseguida arma el andamiaje para llegar al final, que es la idea que tuvo primero. A un cuentista no se le ocurre un cuento sobre el adulterio, se le ocurre un cuento sobre un adúltero”, me dijo una vez el autor de En el fondo del caño hay un negrito y La noche en que volvimos a ser gente.

Augusto Monterroso, que se dedicó a la literatura porque tenía poca habilidad para la vida y no sabía bien cómo conquistar a una muchacha, decía que se enfrentaba a un texto como cualquier buen artesano a su trabajo. No tenía método, horario ni disciplina. Le pregunté una vez como escribía y me dio una contestación lapidaria. Respondió: “Tachando”. Por cierto, y esto no es chisme y fue el propio escritor quien me contó, Monterroso tenía un tío que se dedicaba a falsificar dinero y abandonó ese “oficio” cuando, al poner en claro sus cuentas, se percató de que falsificar le representaba una inversión de un peso con veinte centavos…

Para el chileno Antonio Skármeta –Ardiente paciencia, Soñé que la nieve ardía, La chica del trombón…-- mirar, oír, comprender, sentir son formas preliterarias de la escritura, y de esa manera escribe siempre, aunque no tenga delante una hoja de papel. Solo se pone a hacerlo cuando siente que tiene madura la historia y entonces trabaja a cualquier hora del día, con la condición de que sea en su casa, y no le importan los ruidos, la música ni la gente que se mueve a su alrededor. No lo entorpecen, más bien lo estimulan. El poeta español Juan Ramón Jiménez, en cambio, buscaba el aislamiento con ansiedad enfermiza. Escribía en una habitación a prueba de ruidos, sin embargo, un intercomunicador lo mantenía en contacto con la calle, y cuando alguien preguntaba desde la acera por el poeta, era el propio autor de Platero quien respondía: “De parte de Juan Ramón, que no está en casa”.

Jorge Amado se quejaba de continuo de las interrupciones, pero insistía en escribir en el portal o en la sala de estar de su casa de San Salvador de Bahía con todas las ventanas abiertas. Si alguien llamaba a la puerta cuando estaba escribiendo, era él quien atendía al llamado e insistía en contestar el teléfono. A veces dejaba la máquina de escribir y se iba a la cocina a interesarse por el almuerzo y, como presumía de buen cocinero, no era remiso a dar instrucciones a la sirvienta; indicaciones que a veces arruinaban la comida.

El argentino Mempo Giardinelli, capaz de teclear ciento veinte palabras por minuto y que piensa que la novela debe ser entretenimiento y reflexión, trabaja todos los días y escribe solo cuando tiene ganas. A veces, en una semana, escribe una única cuartilla, y otras en un día le sale un aluvión. Escribe más en verano que en invierno, y lo hace completamente desnudo, con una toalla enrollada al cuello para enjugarse el sudor.

Isabel Allende, por su parte, necesita vestirse y maquillarse como para una fiesta antes de sentarse a escribir. Si no lo hace así, se desmoraliza. Corrige sus textos hasta el infinito, lo que, reconoce, no siempre es bueno, ya que se corre el riesgo de que la historia se ponga rígida y pierda encanto. Le parece el colmo de la impudicia leerles a los allegados pasajes de un libro en proceso, “es como desnudarse en público o peor”. Es muy supersticiosa. Un ocho de enero comenzó La casa de los espíritus. Desde entonces ha comenzado todos sus libros un día como ese.

Tomado de http://wwwcirobianchi.blogia.com/2009/100301-dime-como-escribes.php

Visiones: una forma de enfrentar el Período Especial


La delegación municipal de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI) en Contramaestre, encabezada por Nancy Moraga Sablón, inició en 1995 la publicación del plegable “Visiones”. El número 1 del año I, salió el 11 de septiembre. En los créditos aparece como órgano de divulgación, bajo la dirección de la presidenta, y la redacción del asociado débil visual, Orlando Concepción.

Este plegable estuvo constituido por un cuento para niños de la autoría del propio redactor, con el título de “Los Anones”. Este cuento alcanzó primera mención en el Encuentro Nacional de Escritores de la ANCI, celebrado en Las Tunas, en la sede de El Cornito.

El plegable fue dedicado a Silvia Elena Estrada Pérez, entonces directora de la Revista Cultural “Algo Más”, de la emisora municipal Radio Grito de Baire, por su cumpleaños en esa fecha.

1995 fue un año de impulso en la labor de publicación de plegables, inspirados como enfrentamiento al “período especial” en Contramaestre, a cargo de sus intelectuales. Todo surgió como consecuencia de la constitución, por orientación del presidente nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Abel Prieto Jiménez, de un comité territorial de la UNEAC (Palma-Contramaestre), formado por cuatro escritores y un artista de la plástica.

El cuento escogido para inaugurar la colección de plegables, en medio de las restricciones propias de la etapa, recoge una expresión de fantasía, en la que el personaje central, además de la niña imaginativa, es un ejemplar de anón con una sola semilla grande. Otro de los personajes significativos es el del abuelo, que sirve a la niña de fuente de enseñanza y de estímulo a su poder de creación.

En el cuento aparecen los anones humanizados, que toman decisiones. Incluye diálogos entre la niña y el anón.

“Visiones” sólo pudo publicar dos títulos de plegables, con carácter anual. El número 1 del año II, salió el 28 de enero del 96, con décimas del poeta de Maffo, Omar Lora Rodríguez. Durante 1995 se vio florecer el esfuerzo editorial entre los escritores de Contramaestre.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Fragmentos del libro de poesía Fuera de juicio


René Emonides Quintana (Maffo, 1961) Poeta, narrador y pintor. Es miembro del taller literario provincial "José Manuel Poveda" y del grupo literario "Café Bonaparte" de Baire.

Ha alcanzado premios en diferentes concursos literarios entre los que sobresalen: Segundo premio en concurso nacional "Vida y obra de José Martí", tercer premio en "Por la cultura cubana" en los géneros poesía y cuento en las modalidades para adultos y para niños. Mención de honor en el concurso literario "Vida y obra de Antonio Maceo". Ha participado en el concurso literario "El soneto de la medalla clásica".

Ha participado en varios encuentros debate de talleres literarios en los que ha alcanzado importantes reconocimientos.

Como artista plástico su obra ha estado presente en exposiciones municipales, provinciales, nacionales e internacionales, como los 1ro y 2do Salón Internacional de Arte Naif, Salón del Caribe y colecciones privadas en Estados Unidos, Haití y Portugal.

Ha publicado el libro de poesía "Fuera de juicio", Ediciones Santiago, 2005, del cual reproducimos un fragmento a continuación:


La carne de René

Soy René
tan sólo una paráfrasis
centelleó la puerta
la escalera
será mi cruzada
posiblemente una reja
el rostro que se abisma
dirá el gusto de un hombre
arrepentirse
camina el dedo por el mapa
ala isla,
sí, ella tiene los cabellos
revueltos en el fango jornalero
que diría hirió su cofre de luz
yo no sonrío
porque soy un pedazo más
carne hierro olvido.


¿Por qué te has quedado mudo?

A Contramaestre

Manera esta de correr.
Son los pies el alimento
en esta ciudad que sueña y envejece
entre el fruto de la roca
el viento cosquillea
nuestros fanales
lloran y duermen impasibles
nadie le canta un anochecer
ni los árboles cabalgan
en busca de la cabeza arrugada del río
viejo marino con el timón en las valijas
las bridas del agua
en el tiempo que florece
los himnos que nadie memoriza
porqué te has quedado mudo.



La moneda es verde
A Renecito

Sou un zapatero
cuando Tochy descansa sus pies
hay hocicos abiertos
semejando el cocodrilo
que pasea no sé por dónde
son nuevos
pero un día y otro más
abren sus bocachas
cazando el camino del colegio
son hambrientos
un día de estos los dejo
sin la magia
el platero decora mis cabellos
no entienden
la moneda es verde
está en las nubes
fabricaré una escalera
en el flujo de esos fantasmas
soy un zapatero
víctima de la bocacha abierta
de esos cocodrilos en los pies de Tochy.

martes, 3 de noviembre de 2009

Hebras de ensueño: buen gusto en el vestir

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

La pasarela Hebras de ensueño”, tiene como anfitriones al cuerpo de modelos de la Maison Santiago, que viste las confecciones elaboradas por los hermanos Bello.

La exposición colectiva permite apreciar el serio trabajo que vienen desarrollando los hermanos María Elena, Mercedes y Enrique Bello, en torno a las fibras y tejidos.

Mercedes, Enrique y María Elena, miembros de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, junto al joven aficionado y también miembro de la familia Halil Rasul Bello presentan muestras de las obras que realizan en tejido a crochet, batik o entintado y naturaleza seca.

Vestidos, chaquetas, mantas, trajes de baño y otras piezas de vestir ilustran la maestría adquirida por Mercedes en el tejido a crochet; por su parte Maria Elena y Halil hacen gala de sus dotes artísticas con la técnica del entintado en varios colores y estilos.

Las ropas son acompañadas de accesorios de fibras naturales y naturaleza muerta, confeccionadas por Enrique, entre los que se destacan collares, búcaros, candelabros, sombreros y carteras.

Sus piezas se venden actualmente en Alemania, Italia y Portugal, además de Cuba. Cuentan con un amplio catálogo de su obra y han recibido premios en eventos nacionales e internacionales.


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